Defensa del medio ambiente antes y después del año 1989 - I parte

Con este espacio, "Del Totalitarismo a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer un vistazo sobre lo que ha representado el proceso de transición en la República Checa. Este espacio está dedicado a todas las personas interesadas en conocer detalles sobre la transformación checa desde la dictadura comunista hasta la democracia, por lo que creemos que encontraremos muchos radioescuchas en Cuba, donde importantes sectores de la población se preparan también para un proceso de cambio pacífico en la Isla.

Indudablemente, una de las razones del desmoronamiento del régimen comunista, en la antigua Checoslovaquia y en el resto de los países satélites soviéticos, fue el estado catastrófico del medio ambiente allá donde se mirara. La situación de aquel entonces determina precisamente el acertado título de uno de los documentos de Carta 77: Para que se pueda respirar.

Las cuestiones de la ecología y de la protección del medio ambiente se adueñaron del pensamiento público y de la atención de los políticos de los estados de Europa Occidental y de Norteamérica a principios de los años 60. Iba creciendo gradualmente el número de pruebas de que el influjo negativo de las actividades humanas sobre el medio ambiente significaba una amenaza, no sólo para la misma naturaleza, sino retroactivamente también para el hombre mismo y su economía.

El medio ambiente en el régimen totalitario

Haciéndose eco de ello, los gobiernos occidentales empezaron a aprobar una serie de reglamentos y a llevar a cabo una política que, en los años 60 y 70, tenía como objetivo rebajar los efectos de la contaminación. Esta época podría ser caracterizada con la fórmula inglesa de end-of-pipe. Al mismo tiempo, crecía la presión del gran público para que tanto los políticos como los especialistas reaccionaran con eficacia ante tal realidad.

Además, esa presión propiciaba crecientes inversiones en la investigación y en la protección del medio ambiente. ¿Cuál era la situación en aquel entonces en el bloque soviético? En los países que daban preferencia a un desarrollo a gran escala de la industria pesada y extractora y tendían a una industrialización de la economía agrícola (como era el caso de Checoslovaquia, Polonia o la RDA), la degradación del medio ambiente avanzaba a mayor velocidad que en los países industrializados occidentales.

Sin embargo, el Partido Comunista de Checoslovaquia hizo caso omiso de estos problemas hasta el año 1970. Las décadas de los 70 y los 80 trajeron un cambio. La calidad del medio ambiente había empeorado y los órganos del Partido empezaron a ocuparse activamente del problema. Sin embargo, al igual que en otros ámbitos, también a este respecto se manifestó la perversidad e inutilidad del régimen totalitario.

Los órganos pertinentes estatales dictaminaron numerosas medidas con el fin de frenar el empeoramiento del medio, pero en la práctica todo se quedó en palabras. La implantación de esas medidas fue realmente mínima. La degenerada calidad del medio ambiente, mientras tanto, llegó en algunas regiones a repercutir en un aumento de la tasa de mortalidad y en toda una serie de problemas ulteriores.

La prioridad del Gobierno siguió siendo hasta fines de los 80 la intensificación de la economía. La calidad de vida de los ciudadanos, así como la generosidad del medio ambiente, se sacrificaban en el altar de una economía sucia, inútil y regida de forma centralista desde Moscú. El régimen represivo, por una cuestión de principios, efectuaba un bloqueo informático acerca del estado del medio ambiente. Esto, junto con la pasividad general de los ciudadanos por causa de los días de la "normalización", hizo que en la práctica no existiera conciencia pública ni interés alguno acerca de los temas ecológicos.

Mientras en el bloque occidental, a partir de los años 70, hubo una serie de organizaciones ecologistas que experimentaron un exitoso desarrollo en el panorama político, en la República de Checoslovaquia existía solamente una institución independiente y voluntaria para la protección de la naturaleza: TIS (según sus siglas checas), la Unión para la Defensa de la Naturaleza y las Regiones. Tras diez años de vida, 1969-1979, la TIS fue sustituida por una nueva organización, mucho más dócil, controlada por el Estado, es decir, por el régimen: Unión Checa para la Protección de la Naturaleza.

Desde el punto de vista del sistema de protección del medio ambiente, hasta el año 1989 prevaleció una dinámica ineficaz y asistemática. En ningún momento llegó a surgir un órgano federal que se ocupara de los temas de medio ambiente con competencias vinculantes, a pesar de que una serie de organizaciones ecologistas exigían su formación ya desde principios de los 70.

Los órganos existentes (Asociación para el Medio Ambiente, en el Gobierno de la República Socialista Checa y la República Socialista Eslovaca, y la análoga Comisión para el Medio Ambiente, orientada al ámbito regional y local) tenían solamente carácter asesor, siendo mínima su influencia real sobre el estado del medio. La capacidad de decisión sobre cada uno de los factores individuales del medio ambiente estaba subordinada a los recursos económicos, lo cual evidentemente desembocaba en una serie de contradicciones haciendo que la situación empeorara todavía más.

La reforma legal para la protección del medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos naturales quedó difuminada en una innumerable cantidad de convenios que nunca llegaron a crear un sistema coherente. Además, en cada disposición se incluía una gran cantidad de excepciones y a menudo se violaban las leyes o se hacía caso omiso de ellas. La calidad del medio ambiente en la República Socialista de Checoslovaquia a finales de los 80 figuraba entre una de las peores del mundo.

El cambio del viejo sistema

El cambio de régimen que se produjo en noviembre de 1989 fue causado, entre otras cosas, por una serie de manifestaciones de carácter ecológico. La primera, de significado especialmente histórico, fue organizada por la agrupación "La Madre Praga", el día 29 de mayo de 1989. Los manifestantes aparecieron en las calles de forma bastante poco convencional, con cochecitos y carritos, con motivo del encuentro en Praga de los ministros de Medio Ambiente de los países vecinos de la República Socialista de Checoslovaquia, que acabó con una serie de vagas declaraciones.

El encuentro fue aprovechado, sin embargo, por los activistas para poner de manifiesto el alcance de la crisis ecológica. Por esos días se creó también la organización Sociedad Ecológica, que asumió la tarea de informar a los ciudadanos acerca del verdadero estado del medio ambiente. Estaba en contacto con disidentes y ecologistas de la "zona gris", que pertenecían tanto a estructuras disidentes como oficiales.

Después, en Praga, en la primavera e invierno del 89, se sucedieron una serie de manifestaciones ecológicas. En este contexto, fue muy importante el Vigésimo Tercer Encuentro de la Juventud en Sumava, que tuvo por primera vez una orientación ecológica. El encuentro contó con la presencia del miembro del Partido Verde de Alemania Occidental, Milan Horacek, exiliado checoslovaco, que después mantuvo una reunión con el conocido disidente y posteriormente presidente de la República, Václav Havel. Crecía el interés ecológico en círculos disidentes y semi-disidentes, así como entre los ciudadanos de a pie.

Inmediatamente antes de la "Revolución" gubernamental de noviembre de 1989, se dieron en diferentes distritos de Bohemia del norte una serie de manifestaciones que gozaron de un alto índice de participación: en esa parte se estaba llevando a cabo un régimen anual de inversiones otoñales con el resultado, producido por el desarrollo industrial, de un aire cada vez más irrespirable. El clamor popular por un aire limpio inundó las primeras manifestaciones fuera de Praga.

Fue la primera vez que los habitantes del norte de Bohemia salieron del cascarón "normalizado" en que dormían hacía mucho, lo que supuso un símbolo del "principio del principio del fin del régimen". De esta manera, el problema ecológico entró por derecho propio en una dimensión política nueva. Los representantes del régimen comunista se vieron obligados, por primera vez, a dialogar sobre los intereses de los ciudadanos.

(Viktor Trebický finalizó sus estudios de Protección del Medio Ambiente en Ústí nad Labem y en Praga. En 2005 se doctoró por la Universidad Carolina. Entre 1997 y 2005 ha trabajado en el Instituto de Ecopolítica de Praga. Actualmente trabaja en la ONG TIMUR, que ayuda a las ciudades a introducir los llamados "indicadores locales de desarrollo sostenible", y en la Consultora EnviConsult, de la que es co-fundador)