La loca idea de construir un túnel hasta el Adriático
Los habitantes de un país sin mar, como la República Checa, siempre sueñan con tener acceso a él. En el pasado, los científicos checos intentaron repetidamente hacer este sueño realidad y crear una vía subterránea que desembocaría en la costa del Mar Adriático.
Ingenieros checos diseñaron el primer proyecto sobre la creación de una vía subterránea que uniría este país con el Mar Adriático poco después de haber finalizado la Segunda Guerra Mundial.
El proyecto no se realizó, pero los expertos checos no se rindieron. En los años 70, bajo el régimen comunista, surgió otro proyecto sobre la construcción de un túnel ferroviario entre la ciudad de České Budějovice, Bohemia del Sur, y la costa eslovena, que desembocaría entre los puertos de Trieste y Koper.
El proyecto suponía combinar el transporte ferroviario y el automovilístico, según explica el ingeniero Jiří Svoboda, jefe del centro de obras subterráneas de la empresa Pragoprojekt.
“La idea era construir un sistema de túneles. El proyecto suponía subir los automóviles al ferrocarril que los llevaría a la costa adriática”.
El experto subrayó que se trata de un proyecto de alto nivel que cumple con todas las condiciones necesarias para ser realizado hoy en día.
“Los expertos que lo diseñaron pensaron de manera muy realista, así que proyectaron una vía que pasaría en su mayoría bajo tierra. Esta idea la están desarrollando actualmente los suizos, que construyen túneles parecidos, de hasta 50 km de longitud, para el transporte ferroviario de cargas por las montañas”, dijo.
El recorrido total del trayecto entre la República Checa y el Mar Adriático tendría unos 410 kilómetros, de los que 350 serían subterráneos.
De haberse realizado el proyecto, los checos llegarían a las playas adriáticas en dos horas, aproximadamente. Es decir, que la duración del viaje se reduciría diez veces en comparación con el tiempo que tarda el tren en superar esa distancia hoy día.
En los años 70, el Estado checoslovaco incluso tenía previsto adquirir una parte de la costa de la ex Yugoslavia y convertirla en territorio nacional.
Otro de los proyectos contaba con utilizar la tierra excavada de los túneles para crear una isla artificial en el Mar Adriático que habría servido como localidad de veraneo para los checos.
Los enormes costes financieros y la situación política de entonces eran los dos mayores obstáculos para llevar a cabo la obra. Es que un tramo del trayecto habría tenido que pasar por Austria, país del otro lado del Telón de Acero.
“Los costes habrían sido enormes. Además, en la época del Telón de Acero era imposible realizar la obra por razones políticas. Pero vuelvo a insistir en que si bien se trató de una utopía desde el punto de vista político y financiero, el proyecto sigue siendo realizable, como lo han demostrado los suizos”, indicó Jiří Svoboda.
Hoy día, los costes de la obra ascenderían a unos 120 mil millones de euros y las obras tardarían alrededor de 30 años.
De todas formas, el experto opinó que el proyecto no se realizará, aunque el Gobierno disponga de medios financieros necesarios para llevarlo a cabo.
“La época no ha madurado para realizar este tipo de obras, ya que el flujo de la mercancía no es tan grande para que el túnel sea rentable. Para ello sería necesario conseguir un flujo de mercancías mayor y creo que de momento no se exportan tantos productos desde el norte a la zona adriática”, sostuvo.
Mientras esto no suceda, a los checos no les queda otro remedio que seguir soñando con un acceso al mar directo.