Los checos no añoran el comunismo
Pasados 20 años desde el fin del comunismo en Europa Central, la mayoría de los ciudadanos checos no añora esos tiempos. Para algunos fue una gran pesadilla, en otras personas esa época despierta ciertos recuerdos que actualmente provocan risa, pero que entonces complicaban la vida cotidiana.
Los 20 años de democracia en la República Checa no son un período muy largo desde el punto de vista histórico. No obstante, en el caso concreto de este país, trajeron profundos cambios en todos los sectores de la sociedad.
Según una reciente encuesta del instituto de opinión estadounidense Pew, realizada en varios países de Europa del Este, sólo los polacos y los checos afirman que desde el punto de vista económico, actualmente viven mejor que durante el comunismo.
En declaraciones para Radio Praga, varios ciudadanos checos, entre ellos Lenka Veselá, de Praga, confirmaron que están contentos de que su vida haya cambiado por completo desde 1989. “Ni quiero recordar aquellos tiempos. Si fuera por mí, prohibiría a los comunistas. Gracias al 17 de noviembre de hace 20 años podemos respirar mejor y gozar de la libertad. Además, en los comercios hay de todo y no tenemos que hacer colas para comprar papel higiénico o lavadora automática. Aquello fue terrible”.
Pavel Čermák tenía 22 años cuando cayó el comunismo. También él recuerda especialmente las largas colas para comprar cualquier cosa. ”No fue nada agradable vivir en el comunismo. Lo que más recuerdo, y lo que actualmente ya sólo me provoca risa, son las colas que había que hacer para comprar plátanos por ejemplo. Actualmente no nos falta nada, pero la gente, lamentablemente, aprecia poco este hecho”.
Jiří Fígler, quien es jubilado, dijo a Radio Praga que los sucesos del 17 de noviembre de 1989 los considera muy positivos ya que, en vista de su alta edad, recuerda todavía los acontecimientos acaecidos el 17 de noviembre de 1939, después de la ocupación de Checoslovaquia por los nazis.
”Los cambios que trajo el 17 de noviembre de 1989 los considero muy positivos. Más cuando hago una comparación con el año 1939, cuando después de una manifestación estudiantil, los nazis cerraron las escuelas superiores checas, ejecutaron a 9 líderes juveniles y a otros más de mil estudiantes los mandaron a campos de concentración. Hace 20 años los cambios se dieron pacíficamente”.
Para los jóvenes checos, alrededor de los 20, el comunismo es algo extraño, un fenómeno del que les hablan a veces sus padres o les enseñan en la escuela. Y, según sostuvo Martin Budiač, de 25 años, su generación tiene otras prioridades y el pasado no le preocupa.“No se me ocurre qué decir en relación con el 20 aniversario de la Revolución de Terciopelo. Tengo 25 años y cuando sucedió el cambio, yo era muy pequeño. Si fuera 20 años mayor, hablaría seguramente de otra forma. Pero las cosas hay que tomarlas como son y hoy todo es diferente, la enseñanza, las condiciones de trabajo, etc. Los jóvenes no vivimos en el pasado, no nos interesa lo que sucedió hace tantos años”.
De lo que han dicho varios ciudadanos a Radio Praga es posible deducir que a 20 años de la Revolución de Terciopelo, los checos no añoran el comunismo y están contentos con su vida actual. Otro entrevistado, Petr Bílek de 54 años, resumió el significado de la democracia de la siguiente manera: “Por fin podemos decir libremente nuestra opinión sin ser sancionados por ello”.