Los nazis depositaron en Vyšší Brod la colección personal de Hitler

El Sembrador, de Willi Knapp

A mediados del presente año, del parque del castillo de Hluboká, Bohemia del Sur, fueron súbitamente retiradas tres esculturas. La adyacente Galería de Mikoláš Aleš las trasladó a su depósito. ¿A qué se debió la mudanza? Las tres estatuas acababan de ser identificadas como piezas de la colección de Adolf Hitler...

Castillo de Hluboká
Las obras relacionadas con el Tercer Reich están en boga y debido a la demanda en el mercado internacional su precio está subiendo. Desde que Jiří Kuchař comprobara en su libro ´La Colección de Hitler en Bohemia´ que las tres esculturas del parque de Hluboká habían pertenecido al Führer, las piezas corrían el riesgo de ser robadas.

?Pero, cómo habían llegado a Bohemia? La respuesta hay que buscarla en el monasterio de Vyšší Brod, situado entre cerros boscosos en la orilla este del río Moldava, en Bohemia del Sur.

A principios de 1941, las autoridades nazis desataron en el Protectorado de Bohemia y Moravia represalias contra la Iglesia, cerrando también varios conventos, entre ellos el de Vyšší Brod, fundado en el siglo XIII.

La abadía cisterciense de Vyšší Brod fue ocupada por la Gestapo y después por unidades especiales de las SS. Sus edificios recibieron un camuflaje verde para hacerse invisible para la aviación angloamericana que durante la II Guerra Mundial bombardeaba cada noche objetivos en el Tercer Reich y en los territorios ocupados por los nazis.

El monasterio de Vyšší Brod, situado en un recóndito lugar de la región montañosa de Šumava, fue en los años de la contienda mundial uno de los veinte lugares donde los nazis habían escondido objetos de arte robados en toda Europa.

Vyšší Brod era un escondite muy importante porque Adolf Hitler mandó depositar en el monasterio una de las colecciones más interesantes del siglo XX, que había pertenecido al banquero judío, Fritz Mannheimer.

El monasterio de Vyšší Brod,  foto: www.czechtourism.com
Para la decisión de Hitler de esconder los objetos de arte en Vyšší Brod contribuyó la circunstancia de que el monasterio distaba apenas unos 40 kilómetros de la ciudad austríaca de Linz donde el Führer planeaba instalar un colosal museo que eclipsaría todas las colecciones del mundo.

A principios de 1945, cuando se acercaba el fin de la II Guerra Mundial, los nazis trasladaron la colección Mannheimer desde Vyšší Brod a las minas de sal gema en Altaussee, Austria.

Entre los miles de obras de arte que los Aliados encontraron en mayo de 1945 en esos recintos subterráneos había también piezas de inestimable valor que los nazis habían robado de la propia abadía cisterciense de Vyšší Brod. Por ejemplo, el crucifijo de Záviš, de origen bizantino, que había donado al monasterio en la segunda mitad del siglo XIII el noble Záviš de Falkenštejn.

El precioso crucifijo regresaría a Checoslovaquia en 1949.

Los Aliados rescataron de las galerías de las minas de sal en Altaussee además una de las obras cumbre de la pintura gótica checa: las nueve tablas del llamado Maestro del Retablo de Vyšší Brod.

En la primavera de 1945 en el territorio checo ya estaba operando el Ejército soviético. Su avance era muy rápido. En los últimos días de la guerra la principal preocupación de los alemanes que se encontraban en territorio checo era no caer en manos de los rusos que se acercaban desde el Este.

Desde el Oeste venían las tropas estadounidenses.

Los alemanes que habían custodiado el monasterio de Vyšší Brod escaparon. Los soldados estadounidenses hallaron abandonados los recintos de la abadía.

Los nazis tuvieron tanta prisa en salir de Vyšší Brod que habían dejado en su interior la colección de estatuas, bustos y cuadros que Adolf Hitler había adquirido en las exposiciones del arte nacionalsocialista, celebradas en Múnich desde la década de los treinta.

Después de la liberación de Checoslovaquia, en el verano de 1945 se encargaron de la documentación fotográfica de la colección de Hitler el profesor Antonín Friedel y el fotógrafo Jan Tuháček.

Las decenas de fotos entonces obtenidas se encuentran en el archivo del Instituto Nacional del Patrimonio. Se trata de negativos en placas de vidrio.

Casi todas las esculturas que el profesor Friedel y el fotógrafo Tuháček contemplaron en los recintos del monasterio de Vyšší Brod, representaban figuras humanas desnudas.

Eran cuerpos idealizados de la raza señorial germana, ejemplares del Superhombre.

En el arte del Tercer Reich, figuras musculosas de tamaño más que natural encarnaban la imagen del vencedor. El desnudo masculino reflejaba las supuestas virtudes germanas y pretendía imponer la superioridad de la ideología nazi.

Los desnudos femeninos expresaban que la misión de la mujer era la maternidad.

Los artistas del Tercer Reich que creaban en estilo del realismo nacionalsocialista, plasmaban frecuentemente figuras de deportistas. Uno de los desnudos de la colección personal de Adolf Hitler era la escultura ´El Remero´, de Hermann Zettlitzer. A raíz de la documentación fotográfica, obtenida en 1945 en el monasterio de Vyšší Brod, ha sido posible identificarla en el parque del castillo de Hluboká, en Bohemia del Sur.

Los azares de la historia llegaron a situar cerca de ´El Remero´ en el mismo parque checo el desnudo en bronce de ´El Sembrador ´, del escultor Willi Knapp, que también había pertenecido al Führer. La estatua se ve en una fotografía que había sacado en 1945 en Vyšší Brod Jan Tuháček.

La tercera escultura de la colección de Hitler, identificada en el parque de Hluboká, es el desnudo ´Afrodité´, de Wilhelm Wandschneider.

Después de la contienda mundial, las autoridades checoslovacas trataron la colección de Hitler, depositada en Vyšší Brod, como botín de guerra. Las piezas fueron trasladadas a castillos, museos y galerías del país.

Sin embargo, hay que tener en cuenta el caos posbélico que causó la dispersión de la colección de manera que el destino de la mayor parte de ella no está claro.

Además, en 1948 en Checoslovaquia cambió el régimen. Los edificios históricos fueron expropiados a sus dueños y pasaron a a manos del Estado. También una buena oportunidad para ladrones de objetos de arte.

Según Jiří Kuchař, autor del libro ´La Colección de Hitler en Bohemia´, algunas pistas conducen al castillo de Lemberk, en Bohemia del Norte, pero después se pierden.

?Quiénes son ahora los dueños de las obras desaparecidas de la colección de Adolf Hitler, depositada durante la II Guerra Mundial en el monasterio de Vyšší Brod? ¿Ellos saben que poseen una pieza que había pertenecido al Führer? ¿Dónde estará, por ejemplo, el busto de Horst Wessel, autor del himno nazi ´Die Fahne Hoch´, que también formaba parte de la colección? ¿Se hallará algún día una respuesta a estos interrogantes?