Arqueólogos checos contribuirán a proteger el patrimonio de El Salvador
El departamento de arqueología del Museo de Bohemia del Sur, encabezado por Zuzana Thomová, se encuentra desde hace años estableciendo lazos de colaboración con sus colegas de El Salvador. El objetivo común es proteger el rico legado histórico del país centroamericano.
Una de las más destacadas es la arqueóloga checa Zuzana Thomová, que desde el Museo de Bohemia del Sur y movida por su amor hacia Centroamérica, lleva años cultivando contactos entre los círculos arqueológicos salvadoreños.
“Puesto que ya hemos ido en varias ocasiones a El Salvador, este año tres veces, tenemos allí toda una serie de contactos, tanto entre arqueólogos como incluso con un colega que es psicólogo y que vivió cierto tiempo en České Budějovice, de donde yo soy. También tenemos un contacto interesante en la Universidad Tecnológica: el director del museo universitario, el doctor Ramón Ribas, con el que colaboramos. Ribas se dedica a la protección del patrimonio histórico salvadoreño”.
El Salvador salió en 1992 de una larga guerra civil y puede decirse que su economía y sociedad todavía están en proceso de recuperación. Y precisamente, una condición indispensable para su desarrollo viene siendo desde hace años el turismo, un sector estrechamente relacionado con el cuidado y fomento de la herencia cultural del país. En opinión de Thomová, para avanzar en este sentido existen recursos que pueden ser aprovechados.“Con Ribas discutimos sobre como reforzar nuestra colaboración. A mí me encantaría porque en Centroamérica está actuando la Comisión Europea: tiene una representación y toda una serie de proyectos. Y sería muy interesante si uno de estos proyectos financiara un registro más exacto del patrimonio salvadoreño para que se pueda proteger mejor”.
La experiencia de Thomová y su departamento, especializado en arquitectura europea, sería una valiosa aportación para los expertos de El Salvador, que además de yacimientos mayas tienen bajo su cuidado una amplia lista de inmuebles de la época colonial. Existen, no obstante, algunos impedimentos.
Y es que, de momento la buena voluntad de Thomová y sus compañeros choca con las débiles relaciones diplomáticas entre El Salvador y la República Checa, como nos explica.
“El único problema que tenemos de momento es que a diferencia de Eslovaquia, que el mes pasado firmó un acuerdo bilateral con El Salvador, nosotros no tenemos nada parecido con este país. Y por eso, si vinieran arqueólogos salvadoreños a mejorar su formación en nuestras universidades, habría un problema a la hora de convalidar sus títulos. Es una pena, porque además Centroamérica puede ser muy interesante para nuestros empresarios, por ejemplo en la industria alimentaria”.
Según apunta Thomová, El Salvador, con zonas arqueológicas tan interesantes como Joya de Cerén, declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, o San Andrés, sería ideal para que los estudiantes checos de arqueología realizaran estancias o mejoraran su español.