Museo Checo de la Música rinde homenaje a Antonín Dvořák
Una exposición sobre la vida y la obra del compositor checo Antonín Dvořák ha sido inaugurada en el Museo Checo de la Música este martes. La muestra, que se efectúa con motivo del aniversario 170 de su nacimiento, ofrece varios puntos de vista sobre el músico.
Recurriendo a formas inusuales de presentación, la muestra refleja la historia de un muchacho de una familia pobre que se convirtió de adulto en un compositor de renombre mundial, según sostuvo Eva Velická, comisaria de la exposición.
”Nuestra intención ha sido presentar a Antonín Dvořák no sólo como a un genial compositor, sino también como a una persona con problemas de la vida cotidiana. Por ello hemos acompañado la exposición con varias actividades interactivas que permiten identificarse con Dvořák y compartir con él imaginariamente algunos momentos y anécdotas de su vida”.Así, el visitante se entera de que Dvořák fue un respetado crítico musical, que le encantaba hacer largas caminatas por la naturaleza, pero también le gustaba la buena comida y el tabaco. La exposición muestra al compositor asimismo como a un padre de familia que amaba a sus hijos, dijo Eva Velická.
”Gracias precisamente a semejantes informaciones, el visitante puede hacerse una clara idea sobre Dvořák. El músico deja de ser exclusivamente un excelente compositor de las postrimerías del siglo XIX, sino que es apreciado también por sus cualidades humanas, porque fue realmente una persona de muy buen carácter”.Uno de los objetos de mayor valor que forman parte de la exposición es la partitura de la Sinfonía N°9 en mi menor, del Nuevo Mundo, compuesta por Dvořák en 1893, durante su estancia en Estados Unidos. La partitura se encuentra en una vitrina de vidrio antibalas y es protegida contra la luz directa del sol, recalcó Eva Velická.
”Se trata del original de la partitura de la Sinfonía del Nuevo Mundo, que es la obra de Dvořák que más se conoce a nivel internacional. Siempre que esta partitura se expone en algún lugar, vienen a verla muchas personas. Confiamos que así será también en este caso. Este texto musical tiene un inmenso valor histórico, por lo que se guarda con mucho cuidado y se expone sólo en ocasiones excepcionales”.El visitante de la muestra en Praga se entera de que la Sinfonía del Nuevo Mundo fue interpretada frecuentemente en el gueto de Terezín, durante la Segunda Guerra Mundial, por músicos judíos internados allí por los nazis.
La exposición sobre Antonín Dvořák se puede visitar en el Museo Checo de la Música hasta el 29 de febrero de 2012.