“Rusia no se atreverá a usar armas nucleares, en una hora desaparecerían Moscú y San Petersburgo”
Rusia intensifica sus ataques contra Ucrania después de que Occidente incrementase su ayuda militar a Kiev. Pero las amenazas del Kremlin de llegar a emplear armamento nuclear en el conflicto son, según la experta checa Dana Drábová, eso, meras amenazas.
Rusia lanzó contra Ucrania un número récord de 188 drones solo la pasada noche, según informó la fuerza antiaérea ucraniana. Además, Moscú disparó cuatro misiles balísticos Iskander-M. Rusia intensifica últimamente su agresión contra Ucrania camino ya del tercer aniversario de la invasión.
Al igual que otras tantas personas desde el inicio del conflicto, sigue su desarrollo Dana Drábová, presidenta de la Oficina Estatal para la Seguridad Nuclear. Y, como confesó en entrevista para la Radio Checa, no esperaba que durase tanto.
“Personalmente, no esperaba que el conflicto se prolongara por tanto tiempo. Creía que la expulsión de los militares rusos del territorio ucraniano se produciría en un corto tiempo. Pero ahora debo reconocer que fui ingenua”.
Drábová apuntó que hay que tener en cuenta también que el impacto que actualmente ocasionaría una bomba atómica abarcaría un territorio más amplio que en el caso de Hiroshima o Nagasaki, a finales de la Segunda Guerra Mundial en Asia.
“Los impactos serían parecidos, pero el radio de alcance de la destrucción sería mayor que en el caso de Hiroshima. O sea, no sería de tres kilómetros, sino de unos 20. Pero yo soy más bien optimista y creo que Putin al final no lanzará ese tipo de armas contra nadie y que sólo aprovecha el entendible horror de las personas ante las armas nucleares”.
“No existe un botón rojo”
La experta checa considera que las actuales amenazas del uso de armas nucleares rusas contra Ucrania no pasarán más allá de las palabras. Drábová sostiene que no tiene miedo de que Putin llegue a utilizarlas.
“No tengo miedo, no mucho, porque ya tengo una cierta edad y recuerdo muchas cosas. Recuerdo gran parte de los tiempos de la Guerra Fría y siempre que alguien amenazaba con armas nucleares, pronto desistía de sus intenciones. Hipotéticamente, Putin podría tomar esa decisión, por teléfono encargaría los códigos respectivos –porque en realidad no existe un botón rojo, así no funcionan las cosas–, y el misil con una ojiva nuclear sería lanzado. Pero el jefe del Kremlin podría estar seguro de que la respuesta no tardaría en llegar y en menos de una hora otros misiles destruirían San Petersburgo, Moscú y otras grandes ciudades rusas”.
En la entrevista para la Radio Checa, la experta en seguridad nuclear, Dana Drábová, recalcó que en los años 50 y 60 del siglo XX el peligro de un incidente nuclear, de una guerra nuclear, fue mucho mayor que en la actualidad.
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Entonces, por ejemplo en EE.UU., fue elaborado y distribuido entre la población un folleto con consejos de lo que había que hacer en caso de una situación inesperada como el estallido de una bomba atómica. En el folleto se aconsejaba que las personas trataran de huir y esconderse y, en caso de radiación, se cubrieran con algo para proteger su cuerpo y sus vías respiratorias. Drábová recuerda que en varios países la gente construía incluso búnkeres en sus jardines ante tal eventualidad.
La experta checa concluye que el peligro nuclear perdura, pero que no es grave, y que en caso de una catástrofe de esas características, ella se escondería en un sótano y no gastaría su dinero en construirse un búnker.