Montxo Armendáriz: “El silencio es lo peor para las víctimas de abusos sexuales”

Montxo Armendáriz y Lluís Homar

La película de Montxo Armendáriz ‘No Tengas Miedo’, que aborda el tema tabú de los abusos a menores, es una de las candidatas a hacerse con el Globo de Cristal en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary. Tanto el director español, como el actor Lluís Homar, uno de los protagonistas de la cinta, hablaron para Radio Praga sobre una cuestión que han querido destapar para que la sociedad se enfrente a uno de sus fantasmas. Daniel Ordóñez habló con ellos en la ciudad termal.

Montxo Armendáriz y Lluís Homar
La vuelta tras la cámara del director Montxo Armendáriz seis años después de su anterior película, ‘Obaba’, no podía haber gozado de mejor acogida en el festival de cine más importante de la República Checa, donde aspira incluso a ser elegida como la mejor película de su 46 edición.

‘No Tengas Miedo’ recorre la niñez y juventud de Silvia, una niña que desde los seis años sufre abusos sexuales por parte de su padre. Para el director no se trata solo de una película, sino también de un acto de responsabilidad para combatir una lacra silenciosa, dolorosa, pero evitada a menudo, dice.

“Éramos muy conscientes de que era una película complicada pero un tema absolutamente necesario. Desde que empecé a trabajar en él me llamó mucho la atención porque yo tampoco conocía la gravedad de las secuelas tanto físicas como psicológicas que dejan los abusos sexuales en las víctimas que los han padecido. El tema en seguida me atrapó. Estuve año y pico, que fue muy duro, trabajando con víctimas, terapeutas y psicólogos para informarme”.

‘No Tengas Miedo’
En el caso de España, destaca Armendáriz, las estadísticas hablan de que el 23% de las mujeres y el 18% de hombres han sufrido algún tipo de abuso. Cifras muy por encima de la sensación general, pero que sin embargo pueden ser inferiores a la realidad, ya que una buena parte de las víctimas nunca reconocerá haber padecido abusos, continúa contando el cineasta.



‘No Tengas Miedo’
“Quizás lo peor o lo más duro es el silencio, la soledad en que tienen que sufrir todas las consecuencias, que son muy variadas y muy diferentes según cada víctima. Pero como la mayoría de los abusos se suelen dar en el entorno familiar y amistoso, se produce la culpabilidad, el silencio, el callarlo, disimularlo, la hipocresía. Todo esto unido a las secuelas propias que van desde depresión, dependencias, anorexias, intentos de suicidio, etc. Pues todo esto, llevado en silencio porque no puedes tener la comprensión ni la ayuda de la gente querida, porque la gente cercana ha sido la que ha destruido tu vida”.

Lluís Homar y Montxo Armendáriz,  foto: ČTK
Armendáriz destaca la profesionalidad del actor Lluís Homar al encarnar a un personaje que no le iba a granjear la simpatía del público. El veterano actor, frecuente en las últimas cintas de Pedro Almodóvar, es el padre de Silvia. Un dentista, casado, con una vida cómoda aparentemente, pero que convierte en un calvario la de su hija. Habló con varios abusadores para llegar a entender en la medida de lo posible ese comportamiento. El descubrimiento de Homar fue comprobar que hay otro drama en el pasado de una gran parte de ellos, como comenta.

‘No Tengas Miedo
“Viendo el primer objetivo de la película que es echar una mano de verdad a las víctimas, pues sí que soy el malo. Lo que pasa que dado ese primer paso, hay consideraciones que hay que hacer. Un tanto por ciento muy elevado de los abusadores han sido abusados. Cuando tienes ese dato te hace pensar que esas personas han tenido también un sufrimiento que luego ellos han pasado a los demás. Después de todo el trabajo acabas pensando que son personas enfermas, que también necesitan un tratamiento. Pero nunca dejas de ver que las consecuencias que produce el abuso son terribles y marcan a las víctimas para toda la vida”.

“Desgraciadamente pertenece a la propia condición humana ese aspecto negro, y terrorífico, al igual que las guerras”, apostilla Armendáriz.

Pensando en el rodaje, ¿cómo afecta al ambiente general la grabación de escenas con tanto dolor o tristeza presentes? Responde Lluís Homar.

“Aquí encontramos un equilibrio, en eso Montxo insistió mucho. Cuando preparábamos cada toma, la concentración era total, pero había una distensión también entre secuencias. Yo recuerdo especialmente las comidas, charlábamos, nos reíamos con Michelle, mi hija en la película, con el equipo… También porque era una cuestión de tiempo. A mí Montxo me habló de esta película un año y medio antes. Hubo momentos viendo películas o materiales que me pasaba Montxo o leyendo libros, que a mí se me estremecía el alma. Pero una vez que estábamos todos juntos, lo llevábamos muy bien”.

No es la primera vez que Montxo Armendáriz trabaja con niños. Su película nominada a un Oscar como mejor filme de habla no inglesa, ‘Secretos del Corazón’ tenía también a uno como protagonista. ¿Pero cómo se hace para rodar con niños pequeños escenas que son traumáticas en la vida real?

“La niña no conocía la historia, no leyó el guión, lógicamente. Era imposible ni planteárselo siquiera. Los padres sí conocían el guión, sabían cómo íbamos a rodar las secuencias y dieron su aprobación. La forma de trabajar con los niños, lo que siempre hago, es irlos preparando, contándoles historias que tenían que representar en donde lo que buscas es que el estado anímico y los sentimientos que tienen que expresar sean similares a los que buscas para la película. Pero nunca saben nada realmente, es un juego para ellas. Ellas siguen metidas en su mundo, un mundo infantil, normal, pero expresan y dicen en un sentido completamente distinto todo lo que nos interesa para la película”.

Foto: Štěpánka Budková
En cuánto al enfoque del director, Armendáriz explica cómo ha intentado meter al público en la piel de la víctima.

“Es una película donde no quería que hubiese ninguna manipulación, ninguna alteración. No hay música, no hay cortes de planos. Yo quería prescindir completamente del montaje para no dirigir la mirada del espectador sino que esta mirada fuese la cámara que acompaña todo el rato la cabeza o el rostro de la protagonista. Lo que vemos es lo que ve la protagonista. Es un reto, era muy duro, pero pensábamos que esa era la forma de hacer que el espectador sintiese el dolor, la angustia, el valor, el esfuerzo que hace la protagonista por salir de ahí, y le hiciéramos partícipe de todo eso”.

La 46 edición del Festival de Cine de Karlovy Vary concluye este sábado con la entrega de premios en todas las secciones en competición.

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