“La enseñanza del español en Praga ha mejorado mucho”

Carlos Ferrer, foto: Archivo de eŠko

Muchos de nuestros lectores y oyentes recordarán el nombre y la voz del protagonista de hoy: Carlos Ferrer. Después de trabajar más de dos años en Radio Praga, este polifacético e inquieto periodista, partió en búsqueda de nuevos horizontes personales y profesionales. Ahora tiene una de las pocas escuelas de enseñanza exclusivamente de español de Praga y se dedica a un sin fin más de cosas.

Carlos Ferrer,  foto: Archivo de eŠko
Carlos Ferrer dejó Radio Praga a finales de 2010. Pasó casi un año en Estados Unidos para volver después a la República Checa con varios proyectos en mente. Sobre todo uno, que le devolvería de lleno al mundo de la enseñanza del español en Praga, que tan bien conocía. Antes de llegar a la Radio, Carlos se recorría a diario toda la ciudad dando clases particulares, en agencias, escuelas de enseñanza secundaria, etc.

Ahora no es que sea tan distinto. Enseña en la Universidad de Economía de Praga, en un centro de formación profesional, da clases particulares, pero la mayor parte de su tiempo se lo lleva sobre todo una escuela que ha fundado.

“He conseguido con un amigo abrir una escuela de español, eŠko, y eso digamos que es una semillita de futuro que a lo mejor crece y que en algún momento se convierte en algo grande que nos dé de comer a los dos y a otros profesores. Pero de momento es algo pequeñito que está creciendo. Tenemos algunos grupos, estudiantes particulares, algunas empresas… funcionamos como funciona una pequeña escuela de idiomas. Todavía no hemos dado el gran salto para convertirnos en una de las grandes. Evidentemente primero por una cuestión de que estamos empezando y tampoco tenemos mucho dinero para invertir, y en segundo lugar porque estamos especializados solamente en español”.

¿Cómo es el mundo de la enseñanza del español en Praga comparado con el de hace unos años?

Instituto Cervantes
“En comparación con como estaba la situación hace siete años cuando llegué a Praga, la verdad es que la situación ha cambiado un poco. Cuando llegué, el español estaba en plena efervescencia, había muchísima demanda de español, era una lengua que caía muy simpática a los checos. Todo el mundo estaba pensando en aprender una segunda lengua después del inglés y mucha gente se decantaba por el español. El Instituto Cervantes estaba comenzando, en ese momento era Aula Cervantes, después se transformó en Instituto Cervantes y había una escuela especializada en español en la que yo trabajé. El caso es que había otras escuelas de idiomas, pero que no ofrecían tanto español, o por lo menos no podían ofrecer profesores profesionales o nativos, la demanda era mayor que la oferta, yo en aquella época tenía más trabajo del que quería”.

Ahora está todo mucho más profesionalizado, dice Carlos.

“Ahora las escuelas de idiomas ofrecen muchas clases de español y los profesores están más formados, con lo cual hay más competencia. Hay una nueva generación de profesores de español checos que hablan español muy bien y que tienen buena formación y que no son los típicos profesores checos de repetir, de memorizar y hacer ejercicios, sino que ya tienen unas técnicas de enseñanza de idiomas más modernas. Entonces la competencia está más complicada, pero tampoco existen otras escuelas que tengan un perfil como el nuestro en eŠko tan especializado y que den unas reglas tan rigurosas. Pero sí que es más difícil encontrar estudiantes que antes”.

¿Cuáles son esas reglas tan rigurosas en la escuela de español de Carlos?

Foto: Archivo de eŠko
“Somos la única escuela que ofrece hablantes nativos, que además hablan checo y que son capaces de explicar la gramática en checo, que tienen experiencia enseñando en la República Checa y que tienen formación pedagógica como profesores de español como lengua extranjera. Es decir, por ejemplo el Instituto Cervantes tiene nativos pero los nativos no hablan checo. De hecho tienen prohibido hablar checo en clase. No quiere decir que sea mejor ni peor, sino es otra actitud”.

Carlos va encontrando las maneras de superar la falta de medios materiales para formar una escuela a lo grande desde el principio. Si no hay dinero para alquilar un espacio propio, pues se alquilan aulas por horas de un instituto de secundaria o de una agencia de formación, donde se dan las clases ahora. Muchas escuelas de idiomas caen al empezar solo por el alto coste que supone mantener espacios antes de tener estudiantes suficientes, dice Carlos.

Las formas de promoción de eŠko también han sido bastante imaginativas. Como lo de repartir folletos no funcionaba demasiado, hicieron acuerdos con escuelas de bailes latinos, en los que podría haber publico interesado en aprender las dos cosas. También organizan viajes a ciudades de playa en España, con cursos intensivos de lengua.

Pero a fin de cuentas, la publicidad más efectiva es en Facebook, cuenta.

“Sin duda lo más económico, lo que mejor funciona, es el Facebook. Tuvimos la idea de hacer una página de Facebook que funcionar no solamente para poner las clases que tenemos, abrir ofertas y contar que tenemos algo nuevo en la página web, sino hacer algo práctico para los estudiantes de español. Es decir, en nuestro Facebook ofrecemos cada dos o tres días una pequeña mini lección de español muy breve, con un dibujo, con una viñeta o un pequeño cómic y explicamos algo de vocabulario, lo que se llama falsos amigos entre el español y el checo, algunas palabras problemáticas o cómo utilizar un verbo, alguna cosa gramatical… Lo contamos en checo bien explicado y de forma breve, amena y normalmente bastante divertida, porque suele tener un dibujo de humor. Eso a la gente le gusta y hace que nos sigan en Facebook no porque seamos nosotros sino porque están estudiando español y les resulta útil. Es una buena promoción”.

A lo largo de los últimos años, Carlos ha dejado hecha además una serie de manuales de español, especialmente dirigidos a los estudiantes checos y eslovacos.

“Ya han salido los tres tomos: ‘Aventura’ 1, 2 y 3, que llega hasta el nivel B1, que es como un nivel intermedio o algo así. Están pensados principalmente para los estudiantes de los institutos, para los estudiantes de secundaria, para antes de llegar al examen de selectividad. La verdad es que ha sido un trabajo muy complicado, no quiero decir titánico, pero ha sido muy difícil compatibilizar el trabajo con la redacción del libro. El último de los libros lo acabé en EE.UU., a distancia, haciendo todo por correo electrónico, prácticamente sin reuniones con la gente de la editorial o con mi compañera de trabajo. Pero al final yo creo que el resultado es muy bueno. De hecho yo creo que el tercer libro de ‘Aventura’ es el que mejor ha salido. Los tres libros se están vendiendo bastante bien, conozco muchos institutos donde los están utilizando para aprender español”.

Ahora dice que prepara otro manual de conversación. La satisfacción que le ha dado publicar estos manuales es única, asegura.

Carlos Ferrer
“Cuando salió el primer libro de ‘Aventura’, dije: ‘Ya puedo morir tranquilo, ya he dejado el libro en la vida. He hecho algo que tiene sentido’. Y en parte yo creo que es verdad, porque es muy bonito poder dejar algo en la historia de un país. Esto va a ser un libro de español que se va a usar todos estos años, que seguramente se utilizará en los próximos años y va a haber toda una generación de checos que habrán aprendido español, o lo habrán intentado, con este libro. Es algo muy bonito, me encanta. De hecho el libro lo estamos utilizando, y lo estoy utilizando yo ahora en mis clases de español y tengo que decir que me gusta mi propio libro, funciona”.

Alguien con tanta curiosidad y energía como Carlos, no deja nunca de encontrarse nuevas ocupaciones. Aunque no le quede tiempo. Desde hace años se pelea con un doctorado en periodismo, que hace en checo en la Universidad Carolina de Praga.

foto: Archivo de eŠko
“El tema de la tesis que quiero hacer es una comparación ideológica entre la República Checa y España, de cómo los medios de comunicación en España y en la República Checa hablan diferente acerca de Cuba. Yo parto de la tesis de que las ideologías la izquierda y la derecha en Chequia, y la izquierda y la derecha de España son diferentes por historia, porque aquí han tenido un comunismo y en España hemos tenido una dictadura más o menos de corte fascista, sobre todo al principio. Eso ha marcado un poco a la gente y la manera de pensar y que algunos valores sean inversos. O sea la izquierda en España a veces se parece más a la derecha checa, y al revés. Yo creo que eso se nota en como se habla de Cuba en los periódicos y es lo que voy analizar en la tesis”.

El periodismo fue la profesión que Carlos estudió en su ciudad, en Valencia, y que realizó en varios lugares, pero sobre todo en uno, en Radio Praga.

“Trabajar en Radio Praga fue una experiencia muy bonita porque era un trabajo muy creativo en el que tenía mucha libertad para elegir los temas de los que quería escribir. La verdad es que yo creo que muchos periodistas no tienen la suerte que tenéis en Radio Praga de poder decidir más o menos con bastante libertad en que va a consistir la agenda del medio, cómo vais a tratar los temas, a quién vais a entrevistar y cómo vais a enfocarlo. Además, el trabajo en Radio Praga es un trabajo que te reporta mucho a nivel personal, porque formas parte de la comunidad hispanohablante de la República Checa. Casi todo el mundo te conoce, sabe quien eres, lee tus artículos, opina sobre ellos... Conoces gente que en otras circunstancias, si trabajaras en otro medio de comunicación en España, no podrías conocer. Aquí puedes entrevistar a escritores y artistas que si trabajarás en un medio de comunicación español, a no ser que fuera en la sección cultural de El País y estuvieras ya consagrado, no podrías entrevistar. Pero aquí sí. Era muy buen trabajo”.

Mucha suerte, Carlos.