Análisis del Gobierno checo advierte contra otra gran ola migratoria
Un análisis del Gobierno checo calcula el número de desplazados sirios en 10,5 millones, la mitad de ellos refugiados en países limítrofes. Ante el potencial que ello representa, el Ejecutivo considera necesario fortalecer las fronteras exteriores de la Unión Europea y seguir oponiéndose al sistema de reparto de inmigrantes por cuotas.
Estos son los datos del informe elaborado por orden del Gobierno checo y presentado este miércoles en la reunión del Consejo de Seguridad. De acuerdo con el primer ministro, Bohuslav Sobotka, buena parte de estos refugiados podría querer dirigirse a Europa en un futuro cercano, por lo que sería necesario reforzar las fronteras exteriores.
Ahora la parte checa compartirá la información con otros países miembros, aseguró el ministro del Interior, Milan Chovanec.“Se trata del primer análisis de este tipo al que he tenido acceso y pienso compartirlo con mis colegas europeos”.
La publicación del informe ha servido como marco para el anuncio de sus planes de envío de 150 soldados y policías a Hungría para contribuir a la protección de sus fronteras. Asimismo el Gobierno ha asumido una postura más rígida en cuanto al sistema de reparto de solicitantes de asilo por cuotas entre los países europeos.
A pesar de haber reaccionado tibiamente hace unas semanas, cuando la Comisión aprobó las cuotas, Praga estaría ahora dispuesta a seguir el camino eslovaco e iniciar un proceso legal para bloquearlas, sugirió Chovanec.
“Si Europa, a pesar de que hasta ahora no se ha relocalizado ningún inmigrante, se decidiera por las cuotas obligatorias, utilizaríamos todas las medidas a nuestro alcance para evitarlo”.En este propósito el Gobierno checo se halla respaldado por el presidente y por los partidos de oposición, y de hecho responde exactamente al clima de opinión que sobre el tema de los refugiados se respira en el país.
Según una encuesta del Centro para el Análisis de la Opinión Pública, la mitad de los checos se muestra contrario a la acogida de refugiados procedentes de países en conflicto. Más en concreto, el 69% está en contra de recibir inmigrantes de África y Oriente Medio, mientras que un 49% cerraría las puertas a los desplazados procedentes del este de Ucrania. A favor de que los refugiados no solo puedan llegar, sino también quedarse a vivir se mostró solo el 4% de los encuestados.