Se cumplen 40 años del espectacular desplazamiento de una iglesia en Most
Este año se han cumplido cuatro décadas de la realización de una de las mayores 'maravillas tecnológicas' de la historia checa, y en aquel entonces también mundial. Debido al hallazgo de yacimientos de lignito, el casco medieval de la ciudad de Most, situada al norte de Bohemia, fue condenado a la demolición absoluta. El único edificio histórico en sobrevivir fue la iglesia gótica de la Asunción de la Virgen María, construida en el siglo XVI. No es que las autoridades comunistas se conformaran con la pérdida del carbón situado debajo del santuario. Simplemente decidieron desplazarlo a otro lugar. Este reto tecnológico entró en el Libro Guinness de los Récords y no fue superado hasta 2004.
Y es que durante el régimen totalitatorio, los santuarios acababan descuidados y decenas de ellos hasta derrumbados. Bajo diversas excusas, el régimen probablemente quiso de esta forma ir desarraigando el “oscurantismo religioso”.
Hay voces que sustentan que el régimen más bien pretendió con esta gigantesca operación de rescate distraer la atención del derribo de decenas de otros edificios medievales de Most, cuyo patrimonio arquitectónico era tras el de Praga el más importante del país.
Traslado de 10.000 toneladas
Los ingenieros presentaron un total de once proyectos para rescatar la joya gótica. Entre las opciones más admisibles se presentaron la posibilidad de que el santuario permaneciera en su lugar, en un pilar de lignito en en medio de la mina, o cortarla en piezas para volverla a montar, tal y como sucedió con el templo de Abú Simbel, en Egipto.
Finalmente, la opción ganadora fue al mismo tiempo la más complicada; el traslado de la iglesia en conjunto.
Este método aún estaba en pañales, lo que representó para los ingenieros un enorme desafío.
Dado que en ningún lugar del mundo no se había trasladado todavía un edificio de tanto peso, concretamente de 10.000 toneladas, los ingenieros checoslovacos se esforzaron al máximo en desarrollar un método innovador.
Consistió en trasladar el coloso a lo largo de cuatro carriles flexibles, subido encima de unos carros especiales, manejados por medio de un ordenador situado dentro de la iglesia.
La operación se puso en marcha el 30 de septiembre de 1975. El jefe del proyecto, Petr Bareš, compartió en aquel entonces los detalles sobre el desafío con un reportero de la Radiodifusión Checa. Les ofrecemos un fragmento de la misma.
“Aparte del manejo manual de los 53 carros, optamos por diseñar y realizar un sistema de nivelación automatizado que mantiene la posición de los cilindros hidráulicos en el estado inicial con la precisón de aproximadamente un milímetro, independientemente de cómo se deforman los carriles bajo el gran peso de la iglesia, explicó.
Para que el coloso gótico no se desintegrara, fue necesario blindar su exterior e interior con una construcción metálica y de hormigón.
La torre fue la única pieza separada del conjunto, según explica la actual administradora de la iglesia de la Asunción de la Virgen María de Most, Ludmila Klimplová.
“En el siglo XIX la torre fue reformada, pero con una calidad bastante pésima. Una investigación mostró que los movimientos producidos durante el traslado podrían derrumbarla, y así destruir las columnas, lo más valioso de la iglesia”.
La torre fue nuevamente construida y la única diferencia con el original era la ausencia del reloj. Cumpliendo con el deseo de los ciudadanos, fue sustituido por las campanas del campanario que se hallaba al lado de la iglesia, pero al final fue derrumbado. Sin embargo, esta sustitución no trajo más que problemas, apuntó Ludmila Klimplová.
“Cuando comenzamos a tocar las campanas a diario, en las paredes de la torre aparecieron grietas, porque la obra no estaba preparada para las campanadas. Nos vimos obligados a dejarlo inmediatamente y reforzar la torre. Aunque ya debería resistir, yo sigo con miedo, así que las hacemos sonar solamente durante las bodas y otras ocasiones especiales”.
“ Una iglesia desenfrenada”
El coste de la operación superó los 5,5 millones de euros. Una cantidad inmensa, teniendo en cuenta que en aquellos tiempos el salario medio llegaba aproximadamente a los 70 euros.
Lo más costoso de todo resultó ser la construcción del carril. Y eso pese a que ni siquiera llegó a medir los 840 metros que representaba la distancia del desplazamiento de la iglesia. Por motivos económicos, su longitud fue solamente de 160 metros, y se optó por el método de desmontar las vías detrás de la iglesia y volver a colocarlas enfrente. La operación no siempre transcurrió al dedillo, afirma Klimplová.“Una vez fallaron los frenos. Entre los ingenieros cundió mucho pánico, pero, por suerte, alrededor había mineros, que empezaron a tirar piedras en el carril. Así lograron frenar la iglesia”.
Con una velocidad media de entre 2 y 3 centímetros por minuto, la iglesia tardó 27 días en llegar a su destino. Sin embargo, los trabajos para estabilizar la obra se prolongaron durante 13 años. Finalmente en 1988 el templo abrió sus puertas al público.
A la apertura acudieron más de 5.000 personas. Sin embargo, el régimen no permitió que el templo siguiera celebrando misas, sino que fue inaugurado como una sala de exposiciones. Volvió a ser consagrado después de la caída del comunismo en 1989.
”Una tecnología única, pero desperdiciada”
El método de traslado inventado por los ingenieros checoslovacos fue empleado posteriormente en varias ocasiones. Se contó con él también para trasladar el terminal del aeropouerto moscovita de Sheremetyevo, pero finalmente el plan no llegó a realizarse.
El historiador Ludvík Losos cree que la inercia de las autoridades comunistas representó para la ingeniería checoslovaca una oportunidad desperdiciada. “Creo que lo más lamentable es que no se escribiera ninguna monografía sobre la operación. Fue una oportunidad perdida, ya que desde el punto de vista tecnológico se trató de una operación única, sin embargo, no llegó a ninguna parte. Ellos no aprovecharon la oportunidad de ofrecer esta tecnología a otros. Esos extraordinarios carros se quedaron olvidados en algún lugar, se oxidaron y acabaron en la chatarra. No sé si se han conservado algunos. Es una pena, ya que deberían estar expuestos en el Museo Tecnológico Nacional. Fue una cosa excepcional”.Durante decenas de años, la operación figuró en el Libro Guinness de los Récords como el edificio del mayor peso desplazado. En 2004 el récord fue batido por los chinos, que trasladaron un edificio de más de 15.000 toneladas en la ciudad de Wuzhóu.
Actualmente, la iglesia de la Asunción de la Virgen María ofrece una exposición permanente de arte gótico y renacentista de Bohemia de Noroeste y en su sótano se halla la Galería de Artes Plásticas de la ciudad de Most.