Diez iglesias de Broumov son declaradas Patrimonio Nacional Cultural
Diez iglesias y una capilla del siglo XVIII situadas en las proximidades de la ciudad de Broumov, en Bohemia Nororiental, fueron declaradas Patrimonio Nacional Cultural.
Cada una de las diez iglesias del llamado conjunto de Broumov es una perla arquitectónica. El impulsor del conjunto en el siglo XVIII fue el abad benedictino Otmar Cinke, quien encargó esa tarea a los arquitectos, padre e hijo, Kryštof y Kilián Dientzenhofer.
Hace poco, el Gobierno checo aprobó incluir estas obras del noreste de Bohemia en el Patrimonio Nacional Cultural. De acuerdo con Martin Baxa, ministro de Cultura, la decisión ayudará a atraer a la región a un mayor número de turistas.
”Esta serie de obras barrocas de Kryštof y Kilián Dientzenhofer, dispersas en la naturaleza casi intacta del noreste de Bohemia merece ser popularizada y protegida por el Estado. Se trata de una joya arquitectónica singular de esa zona. Y estoy seguro que se incrementará el interés de los turistas por la zona de Broumov”.
Gracias a la decisión del Gabinete checo, Bohemia Nooriental cuenta ahora con dos monumentos nacionales. En primer lugar, se trató del hospital de Kuks y ahora las diez iglesias de Broumov.
En el siglo XVIII se acordó reconstruir las iglesias de madera que había en la zona de Broumov y levantar en su lugar otras más resistentes, de piedra, según dijo a la Radio Checa el sacerdote y decano de la Iglesia católica de la parroquia de Broumov, Martin Lanži.
“En el siglo XVIII fue necesario construir iglesias de piedra. Hasta entonces en muchas zonas seguían siendo de madera. Iniciar los trabajos de construcción de sustituir los templos de madera por los de piedra fue posible gracias al final de la Guerra de los Treinta Años”.
El objetivo fue erigir en la zona diez iglesias en total, además de otras obras como calvarios, cruces y estatuas de santos junto a los caminos. Martin Lanži acotó que los trabajos llevaron relativamente poco tiempo, solo unos 25 años.
“Las labores comenzaron en 1719 con la construcción de la iglesia dedicada a san Miguel Arcángel, en el pueblo de Vernéřovice, y la última iglesia consagrada a Santa María Magdalena es la más joven, data de 1743 y se encuentra en el pueblo de Božanov”.
Entre las iglesias que forman el conjunto de Broumov figuran también la de san Procopio en Bezděkov nad Metují, la de san Venceslao en Broumov, la de santa Bárbara en Otovice y la iglesia de Todos los Santos en Heřmánkovice.
Los arquitectos Dientzenhofer levantaron estas obras arquitectónicas en un área relativamente pequeña cerca de la actual frontera con Polonia, en las cimas de las colinas locales y en los centros de los pueblos que iban apareciendo entonces en la zona. Surgió así un conjunto de iglesias ligadas estrechamente entre sí y que como si se encaminaran todas hacia la iglesia y el monasterio de Broumov, entonces centro cultural y espiritual de la región.
”La iglesia de san Pedro y san Pablo y el monasterio de Broumov, es hasta el presente el corazón de la parroquia. En esa iglesia se celebran las principales actividades religiosas del lugar”.
También en las demás iglesias se celebran misas de manera regular. Algunas tienen capacidad para 500 y hasta 700 personas, a pesar de que se encuentran en pueblos pequeños. Antes de la Segunda Guerra Mundial vivían en la zona de Broumov mucho más habitantes, pero unos 20 000 habitantes locales de origen alemán fueron expulsados en base a los llamados Decretos de Beneš.
Durante el comunismo las iglesias sirvieron como depósitos y se vieron muy afectadas y deterioradas. Fue gracias a los cambios democráticos de 1989 que se procedió a su paulatina reconstrucción. Una de las más pequeñas es la de san Venceslao en Broumov, la predilecta del sacerdote Lanži, como dijo a la Radio Checa.
“Esta es mi iglesia favorita, quizás por ser la más pequeña. Tiene hermosos frescos en el techo. Su decoración podría ser más rica, pero los recursos se emplean en la reparación de otras iglesias. Resulta muy positivo el hecho de que dentro de esta pequeña iglesia se conserva el calor incluso en invierno”.
Gracias a los fondos europeos y a los subsidios de fondos nacionales para la cultura se ha logrado renovarlas poco a poco. De la organización de esta tarea se encarga Martin Lanži, quien reconoce que cuando joven, era de la opinión que todo lo antiguo había que derrumbarlo y construir algo nuevo.
“Antes yo no quería en lo mínimo reconstruir las iglesias. Durante mis estudios les decía a mis compañeros de clase que en caso de que me encarguen el cuidado de iglesias antiguas las derrumbaría. Y luego aquí conocí las iglesias de los Dientzenhofer y cambié de opinión”.
En la recaudación de recursos para la salvación de estas obras arquitectónicas ayudó una exposición fotográfica ambulante denominada Tempus Fugit (El Tiempo Pasa), montada en 2013 por iniciativa de Martin Lanži. Recorrió varios lugares en Chequia y se presentó en Nueva York, Chicago, Múnich, París, Estocolmo, Bruselas y Varsovia.