Pavel Minařík, el espía comunista checo que quería hacer saltar Radio Europa Libre por los aires
Se cumplen 40 años desde que la Policía Política comunista reveló públicamente la cara del espía checo Pavel Minařík, que se había infiltrado en la plantilla de Radio Europa Libre, la emisora enemiga del régimen totalitario. El agente fue acusado de haber planeado atentados terroristas en la sede de la radio, pero la sentencia nunca entró en vigor. En esta edición de 'Legados del Pasado, Testimonios del Presente' recordaremos su misión de espionaje.
“Se le pidió que consiguiera toda información posible sobre la emisora, sus redactores, locutores y otros empleados, así como sobre los planes de las emisiones, etcétera. El problema fue que su puesto de locutor no le permitía ninguna influencia o intervención en el contenido de la programación, lo que para la Policía Política comunista hubiera sido lo más interesante”
Información de la cafetería
“No hace falta encargarle tareas, él se las busca solo”. Este apéndice acompañó la evaluación política de Pavel Minařík. Aunque no tuvo acceso a los planes y documentos clave relacionados con la ideología y actividades, el agente Ulyxes o Pley, que eran sus nombres de guerra, obtenía información sobre todo aguzando oídos en la cafetería de la emisora.La documentación escrita, grabaciones y fotografías que entregaba a la Policía Política comunista no estaban vinculadas exclusivamente con la Radio Europa Libre, apunta Tomek.
“Entregaba asimismo información sobre las personas procedentes de los circuitos de los exiliadios, que resultaron de interés para la Policía Política comunista”.
Un espía muy ambicioso
A Pavel Minařík no le faltaba la iniciativa. A lo largo de su misión ofrecía a las autoridades comunistas una serie de sugerencias de amenazas contra los empleados de la emisora enemiga y de acuerdo con los datos del Instituto de Documentación e Investigación de los Crímenes del Comunismo presentó al menos tres planes para realizar en la sede atentados con bombas. La Policía Política comunista checoslovaca finalmente no atacó la emisora. De ello se encargó en 1981 la Policía Política rumana. La explosión hirió a cuatro personas.
Minařík fue en 1976 convocado para regresar a Checoslovaquia, donde se convirtió en el rostro principal de una inmensa campaña mediática llevada con el fin de revelar el “podrido rostro de Radio Europa Libre y toda la emigración checoslovaca”.“Era un espectáculo propagandístico. No se trataba solamente de una rueda de prensa inicial para desvelar la identidad de Minařík, sino que se habló de él también en programas de televisión y periódicos de otros países de Europa del Este. El objetivo de esta inmensa campaña bajo el nombre de 'La Infección' consistió en sembrar incredulidad en la Radio Europa Libre”, indicó Tomek.
Pavel Minařík era un héroe del régimen comunista, homenajeado en la prensa a lo largo y ancho de la Unión Soviética. La revelación pública de su identidad, sin embargo, causó al oficialismo la pérdida de un agente ágil, apunta Tomek.
“Dar a conocer públicamente la identidad del agente fue un tratamiento poco profesional de la Policía Política comunista, que trataba de funcionar como un servicio de inteligencia. Después ya no pudieron volver a contratarlo en este tipo de servicios”.
Tras sus 15 minutos de fama, Minařík se dirigió a estudiar Economía a la capital de Ucrania, probablemente a fin de evitar que la Policía alemana lograra su extradicción.“Al volver a Checoslovaquia después de sus estudios obtuvo puesto de redactor en jefe de la revista Signál, editada por el Ministerio del Interior federal. En este cargo permaneció hasta 1990, cuando presentó su renuncia. Después empezó a desarrollar negocios en la antigua Unión Soviética”.
Minařík fue en 1993 acusado de planificación de atentados terroristas en el edificio de la Radio Europa Libre y condenado a cuatro años de cárcel. La sentencia, sin embargo, nunca ha entrado en vigor.
En 1996 Minařík volvió a ser acusado, esta vez de haber cometido un fraude de seguros. El juicio se prolongó hasta 2009, cuando fue finalmente condenado a cuatro años y medio de prisión, e ingresó en la cárcel. Actualmente, Pavel Minařík está en libertad y vive probablemente en la capital checa.
Minařík no fue el único espía comunista infiltrado en Radio Europa Libre, pero por su actividad fue probablemente el más destacado.
“Se han conservado documentos de la Policía Política que muestran que Minařík era el más ágil de los espías. La mayoría de los agentes secretos se contrataba directamente en las filas de los empleados de la emisora. La Policía Política comunista les ofrecía a parte del dinero la oportunidad de reencontrarse con sus familias en Checoslovaquia, lo que normalmente hubiera sido imposible. No obstante, es probable que la mayoría de estos agentes colaborara con la Policía Política comunista con el permiso de las autoridades de Alemania Occidental o de EE.UU, así que no llegaron a perjudicar a la emisora”.
Hasta principios de los años setenta, Radio Europa Libre había sido financiada con los fondos de la CIA. Estados Unidos posteriormente fundó un órgano especial para financiar las emisiones internacionales, explica Tomek.“La organización se llamó el Consejo para las Emisiones Internacionales y dirigía las actividades de Radio Europa Libre, y también de Radio Libertad, una emisora de carácter similar que se escuchaba en la Unión Soviética. El consejo financiaba estas emisoras del presupuesto federal de EE.UU”.
Actualmente, Radio Europa Libre con sede en Praga brinda noticias objetivas en 28 idiomas a 23 países con censura política.