Un millón de checos se ven afectados por la pobreza
Un gran número de hogares checos viven al borde de la pobreza. No pueden permitirse salir de vacaciones, y les falta dinero para comprarse prendas de vestir, o para alimentarse bien. Esto en momentos en que la economía checa registra un marcado avance, y la tasa de desempleo en el país es la más baja en la Unión Europea.
”En situación semejante se encuentran con mayor frecuencia las familias con más hijos, las mujeres solas con hijos, o los jubilados. Las familias con hijos en general, no pueden permitirse un gasto inesperado de unos 370 euros. A diferencia de otros países de Europa, cuando en Chequia uno tiene uno o más hijos, está más expuesto que otras personas a la eventualidad de experimentar la pobreza”.
Tal es el caso de la familia Křížkova, de la región de Ústí, que tiene cinco hijos. Según reconoció la señora Alena Křížková para la Televisión Checa, el salario no les alcanza para vivir.
”Trabajamos con mi esposo como jardineros y entre los dos ganamos 960 euros netos, lo que no nos alcanza para vivir en vista de que tenemos cinco hijos. Recibimos subsidios sociales, pero al pagar el alquiler y otras cuentas mensuales, nos quedan unos 2,7 euros por día para cada miembro de la familia, lo que no llega a cubrir nuestras necesidades básicas”.La familia Křížkova vive en la pobreza por ingresos, situación que enfrenta un millón de checos aproximadamente. Las condiciones de otros centenares de miles de habitantes de la República Checa no son mejores. Las personas pobres no pueden salir de vacaciones, la mitad de ellas no dispone de dinero suficiente para comer carne todos los días.
Los economistas califican de paradoja que esto ocurra en momentos cuando la economía nacional registra muy buenos resultados, y el índice de desempleo en el país es del 5%, el más bajo a nivel de la Unión Europea. Afirman que el problema radica en los bajos salarios. El salario mínimo en el país es de 366 euros, aunque en enero subirá a 407 euros. A la miseria contribuyen las mismas patronales que tratan de mantener los salarios a un muy bajo nivel, afirma Josef Středula, presidente de la Confederación Checo-Morava de Uniones Sindicales.
“Si uno está cesante y le ofrecen un trabajo por un salario de entre 444 euros y 518 euros brutos, eso quiere decir que la situación en el país es realmente grave. Los empresarios aquí contribuyen a la proliferación de la miseria en este país”.Con esta opinión coincide la ministra de Trabajo, Michaela Marksová, quien afirma que los empresarios se comportan a veces como unos esclavistas de la era moderna. Por un lado se quejan de que tienen gran escasez de trabajadores, pero por el otro quieren que el salario mínimo se mantenga al más bajo nivel posible.