Iglús no inflamables, una posible solución para los sintecho en invierno
Con la llegada del frío, la demanda de asistencia en asilos aumenta en Chequia, mientras que el nivel de personas en situación de calle se eleva año tras año. Como posible solución a la falta de espacios de acogida, desarrolladores checos han diseñado unos iglús no inflamables, que podrían ayudar a estas personas a, al menos, pasar el invierno.
El invierno se acerca y se trata, sin duda, de la época más desafiante para las personas en situación de calle. Durante esta estación, la temperatura suele ser de entre los 0°C y 2°C e incluso no son poco frecuentes las temperaturas bajo cero. Además, el clima es típicamente húmedo con lluvias persistentes y nevadas ocasionales. Con estas condiciones, la demanda en asilos de acogida para personas que no cuentan con domicilio fijo es más elevada. Los lugares disponibles, sin embargo, son limitados, especialmente para hombres solteros. Si bien existen refugios para madres y familias con hijos, los espacios para hombres en situación de calle son más reducidos.
Obtener datos sobre la falta de vivienda es una tarea compleja porque se trata de un fenómeno muy cambiante, según explicó la directora de la asociación Salvation Army, Jitka Klanová a Radio Praga Internacional. Según la especialista, existe un creciente comportamiento al que ella llama “hidden homelessness”, que consiste en que las personas sin hogar utilizan alternativas como couchsurfing y hostales por ser opciones más económicas o incluso gratuitas, por lo que su condición pasa desapercibida.
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A pesar de contar con estas alternativas, para la asociación Salvation Army, resulta evidente que el nivel de personas en situación de calle ha aumentado, según explica Klanová.
Obtener datos sobre la falta de vivienda es una tarea compleja porque se trata de un fenómeno muy cambiante, según explicó la directora de la asociación Salvation Army, Jitka Klanová a Radio Praga Internacional. Según la especialista, existe un creciente comportamiento al que ella llama “hidden homelessness”, que consisten en que las personas sin hogar utilizan alternativas como “couchsurfing” y “hostales” por ser opciones más económicas o incluso gratuitas, por lo que su condición pasa desapercibida.
A pesar de contar con estas alternativas, para el Ejército de Salvación resulta evidente que el nivel de personas en situación de calle ha aumentado, según explica Klanová.
“Es muy difícil obtener datos sobre la falta de vivienda porque es un fenómeno muy fluido: las personas entran y salen constantemente de la situación de vivir sin hogar fijo. También existe el gran fenómeno de la ‘falta de vivienda oculta’, donde las personas se quedan en el sofá de otros o en hostales, por lo que no son visibles para los científicos o sociólogos. Pero esta es una tendencia que ha aparecido hace ya un tiempo. Podemos confirmar que hemos visto un aumento en la demanda de nuestros servicios en los últimos cuatro años”.
El fenómeno también resulta evidente por la cantidad de personas que piden dinero en las calles, especialmente en las zonas turísticas del país. En este sentido, Praga es un destino popular para migrantes de Europa del Este que no disponen de un hogar estable.
“En lo que respecta a Chequia, Praga tiene el mayor número de personas sin hogar. Dado que es la capital, aquí existe la mayor cantidad de empleos, y también para las personas que no están trabajando, es un lugar donde se puede obtener dinero de los turistas... muchas personas de Europa Central y del Este llegaron inicialmente aquí como buscadores de empleo”.
Sin embargo, nuevas alternativas aparecen para proteger a las personas sin techo del frío invernal. Uno de los proyectos que destacan es una especie de iglús. Estos diseños se fabrican con un material aislante que preserva el calor en su interior, dice Hana Bauerová, quien ha colaborado extensivamente con la asociación Prevent Prachatice en su desarrollo.
“Está hecho de un material especial que asegura que el iglú esté dieciocho grados más cálido que en el exterior, para que nuestros clientes no se congelen”.
Adicionalmente, se trata un material no inflamable, pensado así para hacer incluso posible el consumo de cigarrillos dentro del “iglú” sin riesgo alguno.
“Por dentro, el iglú es bellamente plateado porque es un material no inflamable. Así que si un cliente fumara allí, no generaría un incendio”.
Montar los iglús es bastante sencillo, aunque es un trabajo que requiere dos personas, menciona Hana Bauerová. A pesar de que el prototipo se ha desarrollado, faltan detalles cruciales para poder implementarlo. Por ejemplo, no se ha definido un espacio en donde se podrían ubicar los iglús.
Aunque el proyecto se está llevando a cabo en Prachatice, una ciudad ubicada en la región de Bohemia del Sur, a unas horas de Praga, podría en un futuro expandirse a otras áreas del país. Los iglús son relativamente accesibles en cuanto a precio, ya que se pueden obtener por unos 200 euros.
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