Misioneros del idioma: enseñando la lengua checa por todo el mundo
Un año más los profesores de checo destinados en otros países se han dado cita para intercambiar experiencias bajo el auspicio de la Casa de Colaboración con el Extranjero (Dům zahraniční spolupráce). Radio Praga habló sobre este programa de difusión de la lengua checa en el exterior con sus organizadores y con Ondřej Janeček, que estuvo enseñando su idioma en Argentina.
Entrando en detalle, se trata realmente de dos programas paralelos. Uno proporciona maestros de checo a las comunidades de descendientes de emigrantes que todavía perduran en países como Argentina, Brasil, Rusia o Estados Unidos. El otro proporciona profesores que imparten checo como asignatura en las universidades extranjeras con interés en tener este idioma en su oferta.
Este jueves, por noveno año consecutivo, la Casa de Colaboración con el Extranjero organizó un encuentro de los profesores de checo destinados en el exterior que sirvió como lugar de reunión e intercambio de ideas y experiencias, y donde también tuvieron lugar diversas charlas y conferencias.
En total estamos hablando de más de 50 profesionales. Quince se dedican a las comunidades de emigrantes y el resto son profesores de universidad, nos cuenta Lucie Šafarčíková, referente para lectorados de la Casa de Colaboración con el Extranjero“Actualmente en este año escolar 2016-2017 hay enviados 38 profesores. El próximo año escolar 2017-2018 mandaremos gente a los nuevos lectorados de Uzhgorod y Dresde, pero otros lectorados han cerrado, así que el número de profesores seguirá estando en torno a los 40”.
Estas cifras no son resultado de ninguna limitación. Virtualmente cada universidad del mundo podría optar a contar con un profesor nativo de checo enviado por el gobierno si cumple los requisitos necesarios, prosigue Šafarčíková.
“El primer impulso surge siempre de la universidad o en su caso de la comunidad de descendientes de checos. Los ministerios de Exteriores y de Educación se encargan de las decisiones del Gobierno en materia de apoyo a la herencia cultural del país, y son los que deciden si el interés es tan grande que vale la pena mandar un profesor. Por supuesto la institución extranjera, la universidad, tiene que participar en la financiación, tiene que haber un número suficiente de estudiantes, se tiene que crear un trasfondo para el profesor, de modo que el lado checo vea adecuado mandarlo”.En el caso de las organizaciones de descendientes de checos, si hay interés, el profesor de checo no les supondría ningún coste, añade Olga Vlachová, referente para el programa de formación de emigrantes.
“Enviamos profesores a las comunidades de checos pero no necesitamos que estas lo financien de alguna manera. Lo mandamos y el lado checo cubre todos los gastos. El profesor va para un año, y luego si hay interés puede ser prolongado en 3 años, y después en otros dos años, de modo que el tiempo máximo que puede trabajar uno de estos profesores en el extranjero es seis años”.
La aventura de enseñar fuera
Pasar un par de años enseñando checo en un país extranjero, a veces exótico, con un salario decente, es de seguro una aventura apetitosa para no pocos maestros de checo. Hay de hecho un cuidadoso proceso de selección, detalla Šafarčíková.
“Es más estricto para los profesores de lectorado, ya que enseñana en la universidad. Por ello una condición es que hayan estudiado filología checa, es decir, lengua checa y literatura en el marco del sistema educativo checo. Luego es una ventaja si la persona en cuestión ya ha enseñado alguna vez en la universidad. Debería tener también experiencia en la enseñanza de checo para extranjeros, ya que esta es distinta de la enseñanza para hablantes nativos. Una comisión se encarga al final de elegir al más adecuado para cada destino”.En cuanto a los idiomas que hay que dominar, en el caso de los lectorados en una universidad suele bastar con el inglés, y solo en algunos países, como en Alemania, Francia o Rusia, se pide que se conozca la lengua correspondiente. En el caso de las comunidades de emigrantes, los criterios lingüísticos pueden ser más o menos importantes según el destino, comenta Vlachová.
“En el caso de los profesores para las comunidades de checos en el extranjero es distinto. El profesor no necesita tener experiencia en la enseñanza universitaria, le basta con haber estudiado una carrera universitaria. Otros criterios dependen del destino en concreto. En algunos casos pedimos que el profesor hable la lengua del lugar, pero en otros no. Por ejemplo en Rumanía no pedimos que hable rumano, pero si va a trabajar en la universidad sí exigimos que hable inglés”.En cuanto a los destinos más populares, los profesores de checo prefieren el mundo anglosajón, continúa Vlachová.
“En el caso de los profesores en las comunidades de checos el grado de interés es muy variado. Normalmente hay un gran interés en Estados Unidos y Australia. Menos favoritas, pero también con cierto interés, son Rusia y Ucrania. Realmente depende del país y también difiere según el año. En algunos años hay más interés por países europeos, o menos por los países de América Latina. En esta zona, por cierto, pedimos que los profesores hablen portugués o español, dependiendo de si se trata de Brasil o de Paraguay y Argentina”.
Difundiendo la lengua y cultura checa en Buenos Aires
Uno de los asistentes a este noveno encuentro de profesores de checo en el exterior fue Ondřej Janeček, que estuvo recientemente destinado en Argentina y se encargó de colaborar con las comunidades de descendientes de checos locales. Se trató de una grata experiencia, nos cuenta.“Era muy positivo porque no había conocido nunca a checos que vivían fuera, y me sorprendió, porque en Argentina hay muchos lugares y diferentes comunidades que tienen una vida de cultura checa prácticamente diaria. Ellos intentan copiar y difundir la cultura lo más posible. En Argentina hay varios grupos de bailes folklóricos que tienen sus trajes tradicionales, conocidos como kroj. En algunas zonas tienen grupos de canto, y podemos decir que hay grupos de diferentes edades, no son solo los jóvenes o los más mayores. Podemos decir que hay gente desde 5 hasta 90 años que activamente participan en la vida cultural”.
Para enseñar checo tuvo que enfrentarse sin embargo a un distinto grado de conocimiento del idioma y del país, que variaba según la generación de emigrantes.“En Argentina tenemos dos profesores, hay una profesora que está en la zona norte del Chaco, que es más vida de pueblo y están más unidos. Ahí es muy diferente. Yo estaba en la zona de Buenos Aires y alrededor, Rosario y Santa Fe, que todo son ciudades grandes, y por la cuestión de la historia que pasó Argentina las comunidades checas están varias veces interrumpidas. Los clubes están cerrados. Entonces hay grupos de personas que son la primera o segunda generación nacida en Argentina que todavía habla, y habla bastante bien, no solamente checo, sino en el dialecto de Moravia del sur más puro que se utiliza ahora mismo. Es muy gracioso. Pero los más jóvenes, a pesar de considerarse checos, no tienen relación con el idioma, entonces es como enseñar checo a cualquier hispanohablante”.
Si los más jóvenes ya han perdido casi por completo el idioma, los más mayores conservan aún una idea de su país de origen que, debido a la distancia, el tiempo y el aislamiento durante el comunismo, ha quedado desfasada. Una de las misiones del profesor de checo es precisamente, nos cuenta Janeček, la de proporcionar una imagen de Chequia real y actual.
“En las familias continua la idea de Checoslovaquia de los años 20-30, entonces para nosotros a veces es un poco difícil decirles que las cosas van un poco diferente. Pero creo que está cada vez mejor, porque es una de las tareas más importantes de los profesores: difundir la cultura y la geografía. Ellos están muy interesados en viajar a Chequia para conocerla y darse cuenta de que no vivimos en la misma zona que hace 100 años”.En cuanto a la didáctica, la falta de tradición ha llevado a que las nuevas tendencias en cuanto a enseñanza de idiomas llegara tarde a los manuales y materiales para aprender checo. Janeček tuvo además que lidiar con la dificultad de adquirir desde Argentina los recursos más modernos.
“Cuando llegué estaba el gobierno de Cristina Kirchner, que no quería importar muchos materiales. A pesar de intentar conseguir materiales de Chequia, tardaron mucho, entonces tuve que utilizar cosas diferentes. Prácticamente todos los materiales que hay un poco modernos, hacer un resumen. Preparaba materiales a los alumnos para cada clase y los imprimía, porque era imposible encontrar un libro. El único que tenían era ¿Quiere usted hablar checo? Con todo mi respeto al libro, no conviene a mi tipo de enseñanza”.
Sabemos más checo del que creemos
Uno de los invitados al encuentro fue el profesor universitario Enrique Gutiérrez, de la facultad de filosofía de la Universidad Palacký de Olomouc, que aportó su experiencia como estudiante de checo, y cómo llegó a dedicarse al estudio de este idioma.
Como especialista del idioma, Gutiérrez aconseja a la hora de estudiar checo sobre todo no desesperar y descubrir las reglas gramaticales que ya sabemos de forma inconsciente.“Ante todo que se fije en que ya sabe mucho checo. Me refiero a personas que ya viven en la República Checa. Cuando van a un bar saben pedir una cerveza, pedir dos cervezas. Y entonces se pueden dar cuenta de que muchas de las reglas gramaticales que estudiamos de forma muy fría y sin entenderlas muy bien, ya las dominamos. Que igual que es jedno pivo, dvě piva, es jedno město, dvě města. Si se trata de una persona que quiera aprender checo y viva en algún país hispano, desde luego que venga a la letní škola, una escuela de verano de checo, que se dan en varias universidades, todas son de buena calidad, y que es una buena forma de hacer una inversión directa en la lengua y cultura checa”.
Después de muchos años de estudio del checo, de haberse dedicado al inglés, el ruso, el francés, el alemán y, en menor medida, el eslovaco y el búlgaro, Gutiérrez advierte a pesar de todo, que el camino hacia el dominio del idioma checo es especialmente empinado y pedregoso para los hispanohablantes.
“Se dice en España que el alemán es muy difícil. Pero para mí es mucho más fácil que el checo. Es incomparablemente más sencillo, porque el checo tiene un problema que tienen casi todas las lenguas eslavas. Los casos son un elemento gramatical que utilizamos varias veces en una oración. Para decir: quiero ir con mi hermano a beber agua, estamos utilizando tres-cuatro casos en una misma oración. Hace falta aprender bien los casos. Y el alemán, por ejemplo, que es una lengua muy complicada, o cualquier lengua europea con excepción del euskera y el húngaro, son lenguas que no tienen casos y aunque tengan sus dificultades de pronunciación o de gramática, no aparecen tantas veces, o con tanta frecuencia. En mi opinión el checo es la lengua más difícil que he estudiado. El ruso es muy complicado también pero no tiene una gramática tan compleja como la del checo”.La Casa para la Colaboración con el Extranjero edita cada año la revista Regiones del Checo (Krajiny češtiny), donde se publican las experiencias, resultados y trabajos tanto de profesores de checo en las comunidades de descendientes como de sus estudiantes.