Una nueva esperanza para los niños con cáncer
Los médicos y científicos checos lanzaron hace 10 años un proyecto único para desarrollar un método de tratamiento para niños con cáncer. Los resultados de la investigación llaman la atención en todo el mundo.
“Se trata de tumores sólidos y linfomas malignos de los menores de edad. En la República Checa puede haber unos 50 casos cada año”.
Debido al bajo número de pacientes, para las empresas farmacéuticas no resulta interesante invertir dinero en desarrollo de medicamentos y tratamiento.
Sin embargo, los médicos de la ciudad checa de Brno no querían resignarse ante el hecho de que para una quinta parte de sus pacientes simplemente no hay manera de curarse. Se juntaron con unos científicos y se pusieron a buscar un nuevo método de tratamiento.
Jaroslav Štěrba explica que su equipo tiene que enfrentar una serie de dificultades de carácter muy variado.
“Todo resulta inmensamente complicado. Las pruebas, las verificaciones… luego se cambió la legislación y entonces tuvimos que hacer todo el proceso desde el inicio”.
Pasados unos 10 años de la fase preparatoria e investigativa, en enero de 2016 fue elaborado el programa de tratamiento, que incluía una vacuna que se produce según las necesidades específicas de cada uno.La vacuna se basa en las células del propio paciente y su objetivo es fortalecer la inmunidad de manera que la persona sea capaz de luchar contra el tumor.
Los médicos primero sacan a los pacientes un ejemplar de sus glóbulos blancos y una parte del tumor. Después de una serie de procedimientos en los que los glóbulos blancos aprenden cómo reconocer las células carcinógenas y luchar contra ellas, las personas se vacunan con estos glóbulos entrenados para enseñar al cuerpo cómo defenderse.
Jaroslav Štěrba del Servicio de Oncología Pediátrica comentó que la vacuna había sido utilizada hasta ahora en 15 casos de niños que se encuentran en una fase muy avanzada de la enfermedad. Un tercio de los pacientes han demostrado señales de mejora.
El proyecto ha costado unos 2 millones de euros. Dos tercios de la suma aportó el Ministerio de Educación. El resto lo cubrieron el Ministerio de Salud y la Fundación Krtek. Gracias a ello, el equipo pudo aumentar de cinco a unas 30 personas. Sin embargo, en comparación con las investigaciones comerciales se sigue tratando de un proyecto pequeño.
El esfuerzo de los médicos y científicos checos suscitó interés en varios países de Europa y también en Estados Unidos. Debido a ello, se está preparando otra fase de pruebas para casos menos avanzados, donde se espera aún mayor éxito.