El camino hacia una reforma económica
En noviembre de 1989 las fuerzas dirigentes de la democracia renaciente de Checoslovaquia coincidieron en la transformación de la economía dirigida por el Estado en una economía de mercado. A finales de marzo de 1990, cuatro meses después del derrumbamiento del régimen comunista en el país, Checoslovaquia aún no disponía de un programa de reforma económica. En esta edición del espacio Del totalitarismo a la democracia les familiarizaremos con los primeros pasos en el camino hacia los cambios económicos en la Checoslovaquia poscomunista.
Komárek advirtió que la situación económica del país era grave. Faltaban inversiones en la industria transformadora. En mal estado se encontraban la industria textil, así como la industria alimenticia. La base técnica de la industria metalúrgica y maquinaria era insatisfactoria. El transporte ferroviario estaba en un estado lamentable. La devastación de las viviendas y de los edificios públicos alcanzaba dimensiones desmesuradas. Aumentaban las necesidades de materiales y energía de la economía checoslovaca y crecían los costes de producción.
Komárek informó que Checoslovaquia exportaba mercancías por un valor de aproximadamente 1200 dólares por persona al año, mientras que las exportaciones de Bélgica, Holanda o Suecia alcanzaban los 8000 y hasta los 10 000 dólares. La mayoría del comercio exterior se realizaba con los países socialistas, así que el nivel de las exportaciones reales en moneda convertible correspondía al nivel de los países en vías de desarrollo.
Komárek subrayó que hacía falta solucionar el problema del empleo, tomando en consideración el hecho de que en Checoslovaquia estaban empleadas aproximadamente hasta un millón y medio de personas más de lo necesario, por ejemplo en la administración. La solución podía consistir en la prolongación de las vacaciones de maternidad, la introducción de la jornada laboral flexible, la prolongación del período de escolarización obligatoria y un aumento del número de estudiantes universitarios, así como en el aprovechamiento de las reservas en el sector de los servicios. En lo que a la inflación se refería Komárek indicó que el Gobierno consideraba la posibilidad de restringir la cantidad de dinero en circulación y el presupuesto estatal.Valtr Komárek destacó entonces que el Gobierno había elegido como salida de esta situación económica desfavorable la decentralización y la desmonopolización, orientándose a la economía de mercado y aprovechando el potencial de la mano de obra cualificada. Dicho sea en otras palabras: La economía checoslovaca debía abrirse al mundo y a la competencia, dejar entrar el capital extranjero y apoyar las actividades empresariales privadas.
Hasta aquí el análisis del vicepresidente del Gobierno Federal, Valtr Komárek, de la situación de la economía checoslovaca en diciembre de 1989.
"¿Presentará el Gobierno a la opinión pública para un amplio debate un ´programa´ sobre los cambios económicos necesarios? ¿Conoce una fecha aproximada?" Con esta pregunta se dirigió al ministro federal de Finanzas, Václav Klaus, a principios de febrero de 1990, el semanario Forum del Foro Cívico, organismo en el que se unieron en noviembre de 1989 las iniciativas independientes, representantes religiosos, artistas y otros ciudadanos empeñados en un cambio pacífico del régimen comunista.
El ministro de Finanzas del Gobierno Federal de Checoslovaquia, Václav Klaus, era considerado cada vez más como el líder principal de la transformación económica proyectada. ¿Quién era Václav Klaus, hoy presidente checo?
En el año 1963 terminó los estudios de comercio exterior en la Escuela Superior de Economía de Praga. Realizó dos estancias de estudios en el extranjero - en Italia y en EE. UU. Trabajó en el Instituto Económico de la Academia de Ciencias de Checoslovaquia, luego en el Banco Estatal Checoslovaco del cual pasó al Instituto Pronóstico de la Academia de Ciencias. Después del 17 de noviembre de 1989 se incorporó al Foro Cívico y en diciembre fue nombrado ministro de Finanzas del Gobierno Federal siendo un experto en los problemas de macroeconomía, finanzas y reformas económicas.
Según apunta el historiador Jirí Suk en su libro "Laberinto de la Revolución", Václav Klaus no era partidario de una discusión pública o de un plebiscito sobre la reforma económica, considerándola un asunto de profesionales.El 27 de febrero de 1990 el diputado Ivan Fisera recomendó en la sesión de la Asamblea Federal al Gobierno elaborar un programa conciso de la reforma económica antes de que se adoptaran las correspondientes leyes económicas. El nerviosismo del Foro Cívico y de su homólogo eslovaco, así como de los ciudadanos crecía. El 28 de marzo se manifestó en la céntrica Plaza de Venceslao de Praga la Asociación de Empresarios Checoslovacos, establecida a finales del año 1989, en protesta contra las demoras en la adopción de las leyes de carácter económico.
El que primero tomó la iniciativa fue el Gobierno checo - recordemos que Checoslovaquia era entonces un país federal constituido por la República Checa y la República Eslovaca, que además del Gobierno Federal disponía de dos gobiernos nacionales.
A finales de febrero de 1990 empezó a trabajar bajo los auspicios del primer vicepresidente del Gobierno checo, Frantisek Vlasák, un equipo de expertos económicos del Consejo Económico de la República Checa. Rechazó la reforma gradual propuesta por Valtr Komárek que suponía un período de hasta diez años de cambios sucesivos, y entre el 19 de marzo y el 2 de abril elaboró la primera variante de la reforma económica.
El ministro de Finanzas, Václav Klaus, se vio obligado a reaccionar rápidamente. El 12 de abril presentó al Gobierno Federal su propio concepto de la reforma proponiendo, entre otros, una liberalización inmediata de los precios y la introducción de un tipo de cambio equilibrado de la corona frente a las monedas libremente convertibles.
Entre el equipo económico del Gobierno checo, que apoyaba una liberalización progresiva de los precios, y el equipo de Klaus surgió una verdadera relación competitiva. Fue acordado que a principios de mayo el Gobierno Federal evaluaría las alternativas propuestas por ambos grupos, juzgando sus puntos de convergencia y de divergencia para decidir sobre la reforma económica.
El 27 de abril de 1990 el equipo del Gobierno checo, al que se incorporaron los ministros federales que criticaban la concepción de Klaus, presentaron al Gobierno Federal el "Proyecto de estrategia de una transición progresiva a la economía de mercado en Checoslovaquia", un documento de 76 páginas.
Paralelamente en el Ministerio Federal de Finanzas surgió bajo los auspicios de Václav Klaus y el vicepresidente del Gobierno Federal y presidente de la Comisión Estatal de Planeamiento, Vladimír Dlouhý, la "Estrategia de una reforma económica radical" que contaba 97 páginas. La firmaron, entre otros, el entonces gobernador del Banco Estatal Checoslovaco y posterior Primer Ministro, Josef Tosovský, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Petr Miller, y el ministro de Comercio Exterior, Andrej Barcák.Los dos "guiones" tenían el mismo objetivo: una consecuente economía de mercado. Pero distintas eran las formas de alcanzar el objetivo.
Las mayores divergencias residieron en el tema de la liberalización de los precios, la apertura de la economía nacional al mundo y la estrategia de la transformación de las relaciones de propiedad.
Con los pormenores de estos dos proyectos de la reforma económica en la Checoslovaquia poscomunista les familiarizaremos, estimados oyentes, en una de las próximas ediciones del Totalitarismo a la Democracia.