Aparecen nuevos gladiadores

Valtr Komárek
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Privatizar la mayoría de las empresas estatales, decentralizar la economía checoslovaca y reintegrarla a las economías occidentales, éstos eran los puntos principales de la concepción de la reforma económica que proponía tras noviembre de 1989 un grupo de economistas del Instituto de Pronósticos en torno al entonces director de esa institución, Valtr Komárek. En la presente edición del espacio Del Totalitarismo a la Democracia, el profesor Komárek nos comentará su visión de la transición económica en este país y sus mayores problemas.

Valtr Komárek
Toda la población estaba de acuerdo con dicha reforma económica, subraya Valtr Komárek, pero diferían las opiniones en cuanto a su realización. La concepción de Valtr Komárek consistía en realizar la transformación de la economía paulatinamente, en un período de aproximadamente diez años: Paso a paso cambiar la calidad de la producción, acostumbrarse a la competencia y adaptarse a condiciones más duras y más exigentes.

"Pero mis colegas más jóvenes, que llegaron simultáneamente conmigo al Gobierno, eran más radicales, y respetaban más las recetas del Fondo Monetario y del Banco Mundial, que eran recetas para países latinoamericanos subdesarrollados. Pero nosotros éramos un país industrial, relativamente muy desarrollado, solamente con deformaciones en los sistemas de dirección, en el mercado y en la estructura de la economía. Así que había una necesidad de reestructurar esa economía, pero sin que se liquidara la industria".

Sin embargo, Valtr Komárek opina que la competencia exterior tenía interés en, podría decirse, liquidar la industria checoslovaca y ocupar el mercado con sus productos. Existía una gran presión para realizar la privatización de la industria muy rápidamente.

"Era una situación para los radicales. Y claro, en toda revolución es muy importante la juventud. Apareció una ola de jóvenes en el periodismo, los medios de comunicación y en la política. Y la juventud es siempre muy radical. Yo me sentía muy viejo, ya tenía sesenta, ellos tenían veinte y pico o treinta años. Así que mi ayudante, que tenía treinta y algo, pasó a ser viceministro de Industria y Economía. Era una persona muy inteligente, pero sin experiencia. Toda esa gente estaba educacionalmente preparada y era inteligente, pero con posturas muy radicales y sin experiencias, sin conocimientos de la realidad en las fábricas, etc."

Valtr Komárek agrega que estos jóvenes iniciaron una privatización rápida, que se realizó en el plazo de dos o tres años. Muchas empresas no tenían la posibilidad de adaptarse y se arruinaron. En un período muy corto el país perdió la mayoría de sus plantas nacionales. En su lugar vinieron compañías alemanas, holandesas y de otros países, que construyeron nuevas fábricas con nueva tecnología.

"Ahora nos hallamos más o menos con una base de fábricas internacionales, el capital checo es muy minoritario. Lógicamente tenemos éxitos en la industria, en la producción, porque las fábricas nuevas tienen un alto nivel técnico, disponen de parques tecnológicos innovados... Nuestra Skoda forma parte del grupo Volkswagen, que tiene filiales en todos los mercados mundiales".

Valtr Komárek resume que mientras que el nivel técnico-industrial de la República Checa ha alcanzado ya el nivel alemán, debido a que la mayoría de las ganancias se van para el extranjero el nivel de vida y el de los salarios de los checos representa tan sólo aproximadamente el 40 por ciento de los de Alemania o Austria. Por otro lado, no se puede afirmar que la gente en este país viva mal, apunta Komárek. Las grandes redes de supermercados e hipermercados ofrecen a los ciudadanos checos un amplio surtido de productos de todo el mundo.

"Todos tienen su carro, en su mayoría de proveniencia occidental, aunque se trata de modelos más viejos porque no tenemos tanto dinero. Se vive como, digamos, en las ricas regiones de Brasil, como en Sao Paolo, por ejemplo, o en las regiones de México más prósperas. Pero algo permanece como en los países subdesarrollados, porque el capital y la industria checos están bajo ese tremendo peso de las empresas internacionales".

Según Valtr Komárek, tardará unos 20 o 30 años más antes de que el nivel de vida en la República Checa alcance el estándar de Europa Occidental. Pero a pesar de numerosos problemas, la calidad de vida en este país es en general buena, subraya Komárek. Y los ciudadanos checos aprovechan la posibilidad de viajar por el mundo entero...

 Foto: Comisión Europea
"Los jóvenes están encantados con toda esa invasión de música y películas de Occidente. Pero hay también problemas: con ancianos, con la gente sin ingresos ... Poco a poco nos acercamos, no como el Che pensaba a la cultura antigua griega, sino a la Roma antigua. Tenemos latifundistas ricos, la gente simple tiene diversiones, baila, tiene sus nuevos gladiadores en fútbol y hockey, que ganan millones, pero realizar ambiciones más altas como, digamos, estudiar en Harvard, eso es más bien para los ricos. Así que vivimos bien, tenemos democracia, pero se percibe que los que tienen dinero tienen muchas más posibilidades que la gente con menos recursos financieros. Y la gente que no dispone de tantos recursos representa, en mi opinión, la mitad de la población".

Permanecen aún muchos problemas de cara al futuro, cierra sus comentarios el economista Valtr Komárek, pero se trata de problemas que enfrenta todo Occidente.

"Un Occidente que es rico y donde nadie pasa hambre, pero que tiene muy grandes problemas morales, problemas con la delincuencia, las drogas, la prostitución, con muchas cosas con las que nosotros, la gente que queremos vivir con dignidad humana, no podemos estar satisfechos. Pero no es una tragedia. Son problemas que son más o menos semejantes en todo el mundo".

Hasta aquí los comentarios del economista y ex vicepresidente del primer Gobierno checoslovaco tras noviembre de 1989, Valtr Komárek. Del Instituto de Pronósticos, que Valtr Komárek encabezaba al iniciarse la Revolución de Terciopelo en el país, salieron siete ministros que llegaron a formar parte de los nuevos gobiernos democráticos, y más de doce viceministros, así como altos directivos e importantes representantes de partidos políticos.