La República Checa celebra el Día Internacional de Gitanos
Las raíces que en la República Checa arraigaron las minorías étnicas, entre ellas, los gitanos, las simboliza a partir de este jueves un árbol plantado en la planicie de Letná, en Praga. Esta fue una de las actividades de los festejos del Día Internacional de Gitanos, que se conmemora el ocho de abril.
Las celebraciones tuvieron lugar en varias ciudades de la República Checa. En Praga se realizó un sinnúmero de actividades con motivo del Día Internacional de Gitanos. De atractivo especial fue cuando desde uno de los puentes capitalinos, decenas de ciudadanos checos lanzaban flores al río Vltava, como símbolo de la coexistencia entre la población mayoritaria y las minorías étnicas en la República Checa.
No obstante, no todos los checos simpatizan con los gitanos. Según un reciente informe gubernamental, una postura negativa hacia esta etnia la asumen especialmente personas de mayor edad y también grupos extremistas, entre ellos los "cabezas rapadas". La mayoría de los jóvenes es más tolerante, aunque también tienen ciertas reservas. El 85 por ciento de los estudiantes encuestados checos señaló por ejemplo, que no se debe hacer diferencia entre los gitanos y los no gitanos, pero a la vez, el 70 por ciento indicó que no desearía tener a gitanos de vecinos, ya que éstos crean problemas. Además, ocho de cada diez jóvenes checos considera que si los gitanos quieren vivir en la República Checa, deberían adaptarse al modo de vida de la población mayoritaria.
El oficialismo checo reconoce que el tema gitano es bastante complejo y requiere una estrecha cooperación de ambas partes. Instituciones públicas promueven programas para una mayor incorporación de los gitanos a la sociedad mayoritaria. Por otro lado, se trata de propagar la historia y las costumbres de los gitanos entre la población no gitana checa. Un ejemplo fue la serie de cuentos gitanos para dar las buenas noches, transmitida por la TV checa en vísperas del Día Internacional de Gitanos.
Activistas gitanos reconocen que semejantes actividades ayudan a la coexistencia entre los gitanos y los no gitanos. La falta de conocimientos por parte de los ciudadanos no gitanos sobre la historia, la cultura y las tradiciones de los gitanos conduce a la desconfianza. Y la incomprensión puede desembocar en enemistad y en actos de violencia contra este pueblo. Los Tribunales checos continúan resolviendo numerosos casos de ataques de carácter racista, recuerdan activistas gitanos.