No tiremos la comida
Las campañas para no tirar comida siguen cosechando éxitos en la República Checa. Hace nueve años se dieron los primeros pasos y cada vez más restaurantes y cadenas de supermercados buscan que los alimentos no terminen en los contenedores de basura.
Un tercio de la producción mundial de alimentos, esto quiere decir más de 1300 millones de toneladas de comida, termina en la basura cada año, según se indica en un informe de la ONU. En la República Checa el desperdicio de comida fue calculado en 800 000 toneladas anuales, según datos de la organización Greenpeace.
Esta situación ha despertado el interés de los ciudadanos que tratan de reducir el desperdicio de alimentos en diferentes países. Las campañas para el aprovechamiento máximo de la comida empezaron en Chequia hace nueve años. Y ahora las nuevas tecnologías están jugando un papel decisivo en este frente.
El desarrollador de la aplicación Nesnězeno, Jakub Henni, explicó a la Radio Checa que ordenar y pagar un plato de comida en un restaurante es algo muy fácil. Gracias a la aplicación simplemente se escoge de la oferta, se paga utilizando la misma herramienta y el último paso es recogerlo personalmente en el restaurante. El precio de un plato puede quedar hasta en un tercio del valor original.
“Tenemos clientes que compran este tipo de comida de manera regular. Una señora reserva frecuentemente dos sopas y dos platos principales”.
Las aplicaciones para salvar la comida empezaron en las ciudades del interior del país, donde su éxito es patente, por ejemplo en Ostrava, Zlín y Brno. De esta última ciudad es el restaurante Kolkovna Olympia, que gracias a una aplicación contra el desperdicio de alimentos se ha ganado clientes permanentes, dijo a la Radio Checa Zuzana Dostálová, gerente del local.
“Tenemos clientes que compran este tipo de comida de manera regular. Una señora reserva frecuentemente dos sopas y dos platos principales”.
Pero las actividades para aprovechar los alimentos no se limitan a los restaurantes. Existen también campañas en los supermercados, a los que la ley les obliga a entregar parte de sus productos a punto de caducar a la caridad y otros a los bancos de alimentos.
Václav Koukolíček de los supermercados Tesco dijo a la Radio Checa que han donado más de 1100 toneladas de alimentos al año.
En Chequia funcionan 15 bancos de alimentos que el año pasado lograron distribuir 4000 toneladas de productos entre las personas más necesitadas.
Los alimentos provienen de los supermercados, colectas y de los propios productores, no obstante, existen dificultades con los productos frescos, indicó a la Radio Checa Veronika Lachová, directora ejecutiva de la Federación de Bancos de Alimentos.“En la mayoría de los casos depende de la iniciativa de las cadenas de supermercados. Los productos que nos entregan deben estar en embalajes que prolonguen la vida útil de los alimentos al menos unas 24 horas, y eso a veces es un problema”.
Además del servicio como herramienta para comprar comida, la mayoría de las aplicaciones que funcionan en Chequia tratan de mantener viva una campaña contra el desperdicio de los alimentos. Los desarrolladores coinciden en que su objetivo es ir más allá de que se venda comida barata, tratar de crear conciencia para que la gente compre lo que realmente va a consumir, porque en las cifras del despilfarro de comida entran también los hogares.