Moravská Nová Ves es la cuna del vino tinto Cabernet Moravia
Podluží se llama el rincón más sudoriental de la República Checa. En el corazón de esta región llana, bordeada por el río Morava y por bosques costerones -lužní lesy-, según los cuales recibió su nombre, se encuentra la aldea Moravská Nová Ves, que será el destino de nuestro Radioviaje de hoy. Rodeada de prados, campos fértiles y viñedos, Moravská Nová Ves es la cuna de la variedad tinta Cabernet Moravia.
Cada vinicultor está ligado firmemente a su viñedo que plantó o heredó de sus antepasados. Los une el trabajo duro, experiencias compartidas de los años buenos y malos y el amor a la vid.
La joven vinicultora Ivana Tomanová, de Moravská Nová Ves, confirma estas palabras. Después de la escuela secundaria prosigue los estudios de vitivinicultura en una escuela superior. El vino es su “pan duro” de cada día, pero a la vez su gran hobby. Como miembro del comité de la asociación de vinicultores de Moravská Nová Ves, Ivana Tomanová organizó en noviembre el día de las bodegas abiertas.“Desde hace varios años organizamos el día de las bodegas abiertas en julio. Este año lo hicimos por primera vez en otoño porque suponemos que un amante del vino quiere probar también los vinos jóvenes para ver cómo se desarrolla el vino antes de que lo pueda comprar en una tienda. Además, el 11 de noviembre, día de San Martín, se suelen degustar por primera vez los vinos de la cosecha recién terminada”.
Ivana Tomanová heredó la afición al vino de su bisabuelo, que solía bajar a la bodega provisto de tejas con jengibre, dulce típico para acompañar el vino tinto.“La bisabuela las tenía siempre preparadas para que el hombre no bebiera en la bodega sólo el vino. El bisabuelo las envolvía en una servilleta y las metía en el bolsillo diciendo que ofrecería a cualquiera que tenga ganas”.
La bodega de Ivana Tomanová fue construida en el año 1934. Hace quince años la familia la renovó respetando estrictamente el estilo típico de las bodegas de Moravská Nová Ves, que están hechas de ladrillos rojos y madera sin revoques.
En la calle Výmol – en español significaría “abarrancadero” – hay alrededor de veinte bodegas como ésa. Al final de la calle se encuentra el “reino” de Stanislav Miklica, que es miembro de otra asociación local llamada Collegium Vinitorum.
“Empezamos a encontrarnos en 1968. Casualmente, por primera vez fue en mi casa. Al comienzo éramos sólo mi amigo Lubomír Glos, yo y dos vinicultores más. Más tarde se sumaron otros. Siempre elegimos una variedad, cada uno trae su muestra, las degustamos anónimamente y luego las calificamos. Es bastante divertido. Nos reunimos los viernes y sólo en el período de invierno. Después de 1989 fundamos una asociación y después de consultarlo con el gran conocedor del vino, el profesor Vilém Kraus, la denominamos ´Collegium Vinitorum´”, explicó Stanislav Miklica.El vinicultor Lubomír Glos de Moravská Nová Ves es el padre de la variedad Cabernet Moravia. Fue el profesor Vilém Kraus quien le inspiró la idea de empezar a cultivar nuevas cepas de vino.
“En 1965 Vilém Kraus llegó de la estación fitogenética de Žernoseky, en Bohemia, a la Escuela Superior de Agricultura de Lednice, en Moravia del Sur. Trajo consigo un montón de semillas y plantas de la vid que necesitaba plantar en algún lugar. Yo trabajaba entonces en una cooperativa agrícola. Le ofrecimos nuestros campos para su investigación científica. Hicimos juntos muchos experimentos referentes al corte y el tratamiento de la vid, los abonos, etc. Intercambiábamos opiniones. Fue él quien me motivó para convertirme en criador aficionado”.
Cultivar una nueva vid es un trabajo que requiere mucha paciencia. Lubomír Glos explicó que como base le sirvieron los cultivos de Cabernet Franc, procedente de la región francesa de Bordeaux, que en las condiciones de Moravia del Sur maduraba tarde. La calidad del vino producido de esta variedad era muy alta, pero las plantas daban pocas uvas debido a la degeneración del material. Vilém Kraus le recomendó probar hibridación con variedades locales, precisó Lubomír Glos.“Experimenté con distintas variedades y la mejor resultó Zweigeltrebe. Empecé en 1975. La planta dio los primeros frutos en 1979. Las uvas eran muy hermosas y sabrosas. Producimos con ellas un tipo de vino que se mostró muy interesante y agradable, con un aroma de Cabernet, un color intenso y poca presencia de ácidos. Empezamos con la multiplicación. Como era la época del socialismo y yo me dedicaba al cultivo de nuevas variedades en privado como aficionado, no me tomaban muy en serio. Pero debido a que el vino era interesante, se divulgó rápidamente en Podluží. Cada uno la quería porque la superficie de los viñedos que la gente poseía era pequeña, y esa variedad era muy fructífera”.
Lubomír Glos pudo presentar Cabernet Moravia a los exámenes oficiales recién después del cambio democrático de 1989. Las pruebas se prolongaron durante varios años. Por fin, en 2001 Cabernet Moravia fue autorizada como variedad.
En la actualidad, Lubomír Glos experimenta con la plantación de Tempranillo, que consiguió en un banco de genes en Austria.
“Injerté un par de brotes que quisiera probar en nuestras condiciones. Ya tengo las variedades francesas Chenin Blanc o Petit Verdot, que maduran bastante bien aquí y dan vinos excelentes, a menudo de una calidad mejor que en la propia Francia. Creo que también Tempranillo podría dar resultados interesantes”.
La historia de la viticultura en Moravia del Sur se remonta a los tiempos romanos. A unos 100 kilómetros de Moravská Nová Ves, a orillas del río Danubio, se encontraba el asiento romano Carnuntum. Los romanos vigilaban los caminos que costeaban los ríos. Uno de ellos conducía de Carnuntum al norte a lo largo del río Morava, según explica Lubomír Glos.
“Cerca de Moravská Nová Ves excavaron un león de piedra al arar la tierra preparándola para la plantación de un viñedo. Los arqueólogos determinaron que procedía de la época de los romanos cuando se encontraba aquí un puesto de guardia. Marcus Aurelius ordenó cultivar la vid en esta zona para que no se tuviera que traer de Italia. Pero ya antes de los romanos, cultivaban la vid los celtas. Se sabe de las excavaciones realizadas en Děvín, cerca de Bratislava, en Eslovaquia. En la aldea vecina de Mikulčice excavaron semillas de la vid que se cultivaba aquí en la época del imperio de la Gran Moravia, en el siglo IX”.
Lubomír Glos procede de una familia de agricultores que cultivaban la vid sólo para su propio consumo, como era habitual en la región de Podluží.
“En esta región nunca se ha divulgado la vinicultura como el único sustento de vida de la familia. Dependió en gran medida de la situación geopolítica. Durante el Imperio Austro-Húngaro la nobleza fomentaba a los habitantes de habla alemana que eran leales con los gobernantes, y les otorgaba los permisos de plantar la vid y vender el vino. Podluží era una tierra inquieta que se encontraba en la frontera entre Eslovaquia y Austria. Sufría los ataques de bandas de salteadores que robaban y quemaban las aldeas. Los habitantes se refugiaban en los montes y regresaban después de tranquilizarse la situación, teniendo que empezar siempre desde cero”.Los gustos de los amantes checos del vino cambian, pero lo cierto es que han aprendido a reconocer la calidad y la exigen cada vez más.
En las bodegas de los viticultores pequeños de Moravská Nová Ves encontrarán lo suyo especialmente los que prefieren el Chardonnay, Sauvignon, Petit Riesling, Muscat de Moravia y naturalmente el Cabernet Moravia. ¡Vengan a tomar una copa!
Foto: Martina Schneibergová