Miguel Ángel Sánchez: “El lenguaje de la fotografía es sencillo, pero manipulable”
El fotógrafo español Miguel Ángel Sánchez ha recorrido con su cámara numerosas zonas conflictivas de Oriente Próximo y África. Una muestra de su trabajo se puede ver hasta el 23 de mayo en la exposición 'Upfront', en la galería DOX, en Praga. El fotógrafo fue invitado a la conferencia 'Confundidos por la Imagen (Zmateni obrazem)' donde Radio Praga pudo entrevistarle sobre sus andanzas y retos de los fotorreporteros.
El fotógrafo forma parte del equipo Mástesón, cuyo propósito es transmitir las experiencias de los habitantes de las zonas conflictivas desde un punto de vista alternativo, adentrándose en su día a día través del texto y retratos.
“Cada puerta que llamas en Gaza es una historia”
La muestra de su trabajo expuesta en la galería DOX consta de retratos de habitantes de la franja de Gaza, que fueron tomados después de la ofensiva de Israel en el invierno de 2013.
Los protagonistas de sus imágenes tienen impactantes historias a sus espaldas en un volumen tan amplio, que en momentos cuesta creer si en un espacio tan reducido puedan ocurrir tantas desgracias, confiesa el fotógrafo.“Cada puerta que llamas es una historia en el caso de Gaza. Están viviendo historias muy particulares. Supongo que las que más me impactan son las que tienen que ver con gente pequeña o un poco más desválida. Pero no es cierto, en realidad impactan todas. Aquí tenemos varios casos, por ejemplo el de un chico, que está sentado sobre unos escombros. A mí me impactó simplemente el hecho de verle la cara después del bombardeo. Tenía una cara que describía claramente lo que le había sucedido y lo que sentía. Pero también me impactan otras historias que no están aquí. De mujeres que les han devuelto a sus hijos troceados en cubos. Cosas que tú no te crees pero es que realmente pasan. Llegas a un nivel de impacto en que todo es exagerado, brutal. Cuesta asimilarlo”.
“Ganarse la confianza de la gente es el trabajo de periodista”
Ganarse la confianza de las personas azotadas por los enfrentamientos bélicos puede ser un gran reto. En la franja de Gaza este desafío no resultó tan complicado, afirma el fotógrafo.
“En realidad son gente que a poco que les des, ya te están dando. Los árabes son muy así, te ofrecen mucho. Sí que es verdad que hay momentos en los que no se confía en el periodista o en el fotógrafo. En realidad, que se ganen tu confianza es el trabajo de periodista. Esto se hace a través de las relaciones normales y corrientes. Quiero decir, después de un tiempo de conocerles y hablar con ellos se prestan a ser fotografiados. Piensa que yo me los llevo a un estudio, no es la foto en la calle. Entonces, trabajamos mucho los valores humanos básicos como es la comunicación, la amistad, el dar a parte del recibir. Esto genera un nivel de tranquilidad entre la gente que hay en los retratos y el que fotografia. Hay una confianza. Esto también permite que el retratado se sienta más relajado y puedas expresar incluso con una sola mirada lo que había sucedido”.”La imagen muchas veces se manipula”
Interpretar correctamente las noticias e imágenes que nos ofrecen los medios de comunicación, pueden llegar en algún momento a causar confusión. Esta cuestión fue uno de los temas del debate 'Confundidos por la Imagen' (Zmateni obrazem) en la que Sánchez participó junto a periodistas y fotorreporteros de guerra checos. El fotógrafo sostiene que el mensaje final siempre se subordina a la intención de los respectivos medios de comunicación.
“Creo que una cosa son las imágenes que nosotros producimos y otra que luego el medio quiere hacer con ellas. El lenguaje de la fotografía es sencillo, pero manipulable como tal. Este cuadro (muestra una imagen de la exposición 'Upfront') dice mucho, pero si lo abres más, probablemente diría otra cosa. Nosotros incluimos información en la fotografía. Pero muchas veces esta imagen se manipula para que tú te hagas una idea de una cosa y de otra. Hay veces que incluso se retoca”.El deseo de los medios de comunicación por incrementar sus ganancias causa que los fotoperiodistas se vean en una situación cada vez más complicada para ganarse la vida.
“No hay fidelidad entre medios y fotógrafos. No es difícil porque haya muchos fotógrafos, perxantypao porque los medios nos “putean”. Tratan de recortar, recibir más ganancias y de pagar menos. Por mucho que ellos intenten vestirlo de excusas. El caso es que nosotros ahora mismo tenemos peores sueldos y condiciones laborales. Los contratos de exclusividad no son para nada justos en comparación con lo que había antes y en comparación con los sueldos que tienes. Es más difícil, pero creo que tampoco es imposible. Todo esto se puede ir lidiando. Lo que pasa es que hay mucha gente que ha dejado de trabajar porque ya está harta y no se puede ganar la vida con ello. Esto pide mucha perseverancia y paciencia. Te encuentras con muchos problemas. Pero bueno, también pasa con otras profesiones”.
A pesar de los difíciles tiempos que corren para el fotoperiodismo, Sánchez se muestra optimista. En la conferencia praguense se ganó respetuosas miradas del público, al animar al fotorreportero de guerra checo, Jan Šibík, que había lamentado el desvanecimiento de época dorada de este oficio. Sánchez le retó a no tirar la toalla y ponerse a buscar alternativas para seguir adelante.
Egipto 2011: niños con machetes y prisiones abiertas
Con su cámara ha recorrido numerosas zonas conflictivas. Cuando más amenazado se sintió fue durante la Revolución Egipcia de 2011, según nos cuenta.
“Realmente podía pasarte cualquier cosa. Había muchos nervios, intranquilidad, nadie se fiaba de nadie. En ese momento soltaron a la gente a la calle, abrieron las prisiones, el propio Gobierno para que hubiera esa inestabilidad. Pasaban muchas cosas a lo largo del día, desde meterse los niños en tu taxi con machetes hasta que tu propio vecino te denunciara porque te ha visto con una cámara. Cosas absurdas que te complicaban la vida. Cuando mataron en Egipto a 600 personas en una plaza, y el presidente que hay ahora se afianzó en el poder, también sentí bastante miedo e inseguridad porque los periodistas éramos un blanco, éramos el foco de la ira de todos”.
Miguel Ángel Sánchez y su pareja, la periodista española Nuria Tesón, se afincaron en 2009 en la capital egipcia para fundar su propio estudio de fotografía. Después de seis años, la pareja decidió hacer las maletas y trasladarse a Estambul donde reside en la actualidad. El fotógrafo explica los motivos que les llevaron a cambiar de aires.“Mi chica se puso a trabajar con Al Jazeera y en ese momento los periodistas estaban perseguidos. De hecho, había tres periodistas de Al Jazeera en la cárcel. Entonces, decidimos cambiar directamente. Dijimos que aquí se ha acabado una etapa y simplemente vamos a cambiar. Pero vamos, como hace cualquier freelance, que está todo rato cambiando”.
El próximo destino donde Sánchez llevará su cámara será Rumanía para realizar un proyecto sobre la vida de los toxicómanos. Recorrerá también diferentes zonas de Turquía y Grecia, y en su punto de mira aparece asimismo el Perú.
El trabajo de Miguel Ángel Sánchez ha sido galardonado con varios premios internacionales como el RED DOT Award 2013 y el Premio Internacional Terry O´Neil de fotografía 2014. Su obra se pudo ver asimismo en importantes exposiciones de varias capitales mundiales.
Las imágenes de Miguel Ángel Sánchez junto a los trabajos de otros 23 fotoperiodistas de guerra hispanos se pueden ver en la exposición 'Upfront' en la galería DOX hasta el 23 de mayo. La muestra se trasladará posteriormente al Centro Internacional de Fotografía de Milán y a otras ciudades mundiales.