Mayor cohesión, cooperación militar y un fondo para los Balcanes, los retos de la presidencia checa del V4

Foto: ČT24

Coincidiendo con el ecuador de la presidencia checa del Grupo de Visegrád se ha presentado un informe elaborado por expertos sobre los éxitos y retos del periodo. Praga ha conseguido crear un fondo de desarrollo para los Balcanes y mayor colaboración en defensa, debe plantearse ahora cómo mejorar la integración de los países miembros y qué política seguir respecto a Ucrania y la Asociación Oriental.

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Aunque el Grupo de Visegrád resuena últimamente como plataforma común de Chequia, Eslovaquia, Hungría y Polonia para exponer su punto de vista respecto a la crisis migratoria, lo cierto es que se trata de un proyecto de asociación regional con ya 25 años de historia y que guarda todavía un enorme potencial. Este jueves, coincidiendo con la cumbre de ministros de Relaciones Exteriores del llamado V4, se presentó públicamente el informe del grupo de expertos internacional Think Visegrad en el que se valora la primera mitad de la presidencia checa del Grupo y se dan recomendaciones acerca de los próximos pasos a dar.

Quizás el asunto de mayor trascendencia a largo plazo sea la necesidad de convertir la organización en algo más que un marco de debate entre políticos y mejorar la cohesión y las interrelaciones en los ámbitos económico, científico y cultural. Si bien en octubre de 2015 se firmó un memorando de cooperación en innovación y startups, el informe señala que queda mucho por hacer, comenzando por una mejora sustancial de las infraestructuras de transporte que conectan los cuatro países y terminando por el fomento del contacto de instituciones económicas, académicas o dedicadas a la sociedad civil.

Michal Kořán,  foto: archivo del Instituto para Relaciones Internacionales de la RCh
Las recomendaciones están sobre el papel, pero su financiamiento sigue en el aire, señala el coordinador del informe y vicedirector del Instituto para Relaciones Internacionales de la República Checa, Michal Kořan.

“El plan es más bien coordinarse en el aprovechamiento de los fondos estructurales, si hablamos de energía o transportes, pero no veo un presupuesto común para financiar los grandes proyectos de cohesión. Va en cambio por la línea política: planear mejor el desarrollo regional. Pero en mi opinión ahora no se está preguntando nadie como financiar los asuntos de mayor calado”.

Más ambiciosos son los avances en cuanto a cooperación militar. No solo se ha puesto en marcha recientemente el grupo de combate europeo conjunto del Grupo de Visegrád, sino que muy probablemente este se mantendrá en activo pasados los seis meses de servicio planeados. Durante la presidencia checa se han puesto en marcha operaciones aéreas conjuntas y un nuevo centro de entrenamiento común para pilotos del V4, entre otras medidas.

La mirada puesta en el Este

No obstante, uno de los mayores logros de los últimos seis meses ha sido el establecimiento del Fondo Balcánico, una fundación con sede en Tirana que canalizará la ayuda política y financiera del Grupo de Visegrád a los países de los Balcanes Occidentales, especialmente de cara a la crisis migratoria y a su estrechamiento de lazos con la Unión Europea.

La institución ya existe, y ahora la labor a realizar es ponerla realmente en marcha, subraya Kořan.

“Creo que en los próximos meses de la presidencia checa es necesario no dormirse en los laureles. Fue muy difícil firmar el surgimiento del fondo. Dos días antes de la firma del acuerdo todavía no estaba claro si se acabaría aprobando. Y ahora es necesario no olvidarse de él, concentrarse en el tema y hacer lo posible para que funcione”.

Foto: Burrows,  public domain
Hablando de política exterior, uno de los grandes puntos del Grupo de Visegrád ha sido siempre su carácter de puente con los países exsoviéticos, que al igual que ellos tuvieron que pasar por un periodo de transición al capitalismo. La situación internacional, sin embargo, ha llevado a un punto muerto el desarrollo de la Asociación Oriental, por lo que corresponde ahora al V4 reformular su estrategia y liderar a la UE en este sentido, afirma Kořan.

“Todo Visegrád se estruja los sesos para ver qué hacemos con la Asociación Oriental, que está actualmente muerta. El V4 está buscando inspiración sobre qué hacer con su entorno oriental. Por eso en nuestro informe hemos propuesto pasos concretos: valorar los proyectos que tuvieron lugar el año pasado, intentar mantener en la mesa la cuestión del régimen de visados, presionar la ratificación de los acuerdos de asociación, poner dinero para becas de estudiantes. Creo que Visegrád hará todo esto”.

En el caso de Ucrania habría que sumar además la ayuda humanitaria para las zonas afectadas por la guerra civil y mayor colaboración a nivel de ahorro energético.

Por otro lado el informe considera la posibilidad de aplicar más ampliamente el formato V4+, es decir, reuniones de Visegrád con otros países, y crear espacios de diálogo propios entre la organización y otros países intra y extracomunitarios, por ejemplo V4+Japón.