Más de 200 obreros rumanos trabajaban en Pilsen en semiesclavitud

Foto: ČTK

La Policía ha detenido a cuatro personas acusadas de mantener a un grupo de inmigrantes rumanos en condiciones de semiesclavitud. Los 200 trabajadores vivían hacinados y cobrando mucho menos de lo prometido. Ahora volverán a su país. Más con Carlos Ferrer.

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Una ducha para cada 30 personas, a menudo sin agua caliente, amenazas, turnos de 12 horas, mala comida, y en lugar de los 750 euros al mes prometidos, tan solo 80, y no siempre. En estas condiciones mantenía una agencia de trabajo a más de 200 obreros rumanos en Malesice, cerca de Pilsen.

Se trata de una situación relativamente frecuente, denunciada en numerosas ocasiones por las Organizaciones No Gubernamentales que trabajan con inmigrantes. La agencia promete trabajo a la gente en sus países de origen, bien sea Mongolia, Vietnam o Rumania, y luego los chantajea reteniendo sus papeles.

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En esta ocasión el fiscal acusa a los responsables de un delito de extorsión, atentado contra la libertad personal e intento de provocar daños a la salud. La asociación La Strada habla incluso de esclavitud, como comenta una de sus miembros, Petra Kubálková.

“No reciben un sueldo y otra gente los explota. En una situación así se puede hablar claramente de tráfico de personas”.

El caso salió a la luz cuando el pasado viernes estalló una revuelta entre los rumanos. La refriega llamó la tención de la policía, que procedió a arrestar a cuatro personas relacionadas con la agencia. De ellos, tres han sido puestos en libertad este lunes. El cuarto, además de enfrentarse a una pena de cárcel, tendrá que abonar el coste que ha supuesto para el Ayuntamiento de Pilsen la repatriación de los inmigrantes, como asegura el portavoz del Ministerio del Interior, Vladimír Řepka.

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“El Ministerio del Interior va a intentar exigir por todos los medios que los responsables de esta situación paguen los gastos del transporte, que ascienden a unos 16.000 euros”.

Los inmigrantes trabajaban para la empresa de jardinería Flora, cuyos responsables aseguran desconocer las condiciones de trabajo de los empleados que reciben a través de terceros. Según han declarado, con la empresa colaboran otras muchas agencias y en este caso se trataba de una compañía nueva, de la que no tenían referencias.