Búlgaros y rumanos son explotados como esclavos en Chequia

Foto: Comisión Europea

La explotación de trabajadores extranjeros aumenta en la República Checa. Cada vez más búlgaros y rumanos entran a formar parte del mercado negro laboral, convertidos en blanco fácil para los abusos de las bandas criminales organizadas desde que sus países entraron en la Unión Europea.

Foto: Comisión Europea
En la década de los noventa las mafias que traficaban con personas en la República Checa empezaron a nutrirse primero de mano de obra ucraniana, para luego aprovecharse de vietnamitas y mongoles. Sin embargo, en los últimos años las bandas organizadas han preferido a búlgaros y rumanos, sacando partido de la mala situación económica en sus países, unida a la facilidad que otorga la libertad de tránsito entre países de la Unión Europea.

Tatiana Mandíková, trabajadora social de la Asesoría checa para Extranjeros y Refugiados, explica como la crisis les ha empujado a depender de las mafias, que se han visto fortalecidas.

“Lo peor es para los que por la crisis se han quedado sin trabajo legal y se han visto obligados a entrar en el mercado negro laboral, que es enorme, para sobrevivir. La mayor parte están en la construcción, sin seguro, ni un sueldo asegurado. De contratos no se puede ni hablar”.

Personas con formación universitaria que en la República Checa tienen que trabajar diez horas durante los siete días de la semana por unos 30 euros al mes. La contratación de trabajadores de fuera de la Unión Europea tiene que pasar el control de la Policía Nacional y la de Aduanas. En el caso de personas de la Unión Europea, solo el de la Oficina de Empleo. Quienes han caído en las redes del crimen organizado, están coaccionados de manera que no denuncian su situación ni vuelven a su país, en donde deben dinero a familiares y amigos que les ayudaron para buscar el futuro en otro lugar. Por estas razones, piensa Lucie Sládková, directora de la Organización Internacional para la Emigración, tiene que ser el Estado el que tome la iniciativa en la lucha contra la explotación laboral.

“Precisamente porque es muy complicado de demostrar que se es víctima del abuso por parte de estos grupos y porque los extranjeros no se quejan ante las autoridades, todo esto ocurre sin levantar demasiado interés de las instituciones”.

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Fuentes del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales por su parte reconocen que no es fácil lidiar con bandas que, evidentemente, no están registradas en ningún sitio, pero aseguran que hay datos que evidencian el esfuerzo que están haciendo. Solo en la primera mitad de 2009 se hicieron dos veces más controles que en todo 2008, aumentando también la cuantía de las multas impuestas. Ahora el Ministerio ha preparado una nueva ley de empleo que regulará el funcionamiento de las agencias de trabajo, que espera acabar precisamente con las falsas agencias que reclutan extranjeros en sus países de origen.

La unidad de Investigación del Crimen Organizado advierte de que en la explotación de rumanos las bandas organizadas más activas son principalmente de ucranianos. Precisamente tres ciudadanos de ese país se enfrentan a penas de hasta 15 años de cárcel tras el desmantelamiento de una red organizada que operaba en el norte del país.