Maestros checos se declararon en huelga

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Maestros y empleados públicos de la enseñanza se declararon este lunes en huelga, demandando una mejoría en el sector y un aumento de salarios. La mitad de las escuelas generales y parvularios de la República Checa permanecieron cerrados.

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La huelga de un día de duración fue declarada por la Unión de los sindicatos de Educación, después de que las negociaciones con el ministro del sector, Ondřej Liška, no dieran el resultado esperado. Los sindicalistas demandaron incrementar este año en 122 millones de euros aproximadamente el presupuesto para la enseñanza. El Gobierno prometió unos 20 millones de euros y para el año próximo otros 163 millones, lo que los sindicalistas consideran insuficiente.

El director de la escuela básica de Jirkov, en Bohemia del Norte, Václav Kutálek, señaló que el descontento de los maestros es justificado.

“El comité huelguístico de mi escuela me anunció que todos los educadores y demás empleados, o sea, el administrador del centro de computación, las cocineras, etc., se sumarán a la huelga. Decidí apoyarles, porque considero que la situación en el sector es crítica”, dijo Kutálek.

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A la huelga de un día de duración se adhirió cerca de la mitad de las escuelas del país. Algunas en forma simbólica, otras mantuvieron las puertas cerradas durante todo el día. A las tres de la tarde, centenares de trabajadores de la Educación se reunieron frente a la sede del Gobierno en Praga, en una protesta contra la situación en la enseñanza checa.

El ministro Liška se dirigió con anterioridad por escrito a los directores de las escuelas de todo el país, asegurando que hacía todo lo posible por lograr una mejoría. Pero los sindicalistas no aceptaron sus promesas. František Dobšík, presidente de la Unión sindical Checo-Morava de trabajadores en la Educación, recalcó que la huelga fue la última posibilidad para convencer al Gobierno de que tome la situación en serio.

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“El Gobierno debería cambiar su postura frente al problema y conseguir recursos para la educación. Además de los salarios de los maestros y demás empleados, faltan finanzas para la adquisición de modernos utensilios y manuales escolares, así como para cursos de capacitación de los educadores”, afirma Dobšík.

Los sindicalistas sostienen que los sueldos reales de los maestros han disminuido este año en unos 60 euros mensuales a raíz de la inflación y que los salarios de otros trabajadores de la enseñanza no alcanzan ni la mitad del sueldo promedio.

El ministro de Educación, Ondřej Liška, insistió en que consideraba la huelga inoportuna, apuntando que el Gobierno hace lo posible para alcanzar una mejoría. También los sindicatos están dispuestos a seguir negociando, aunque afirman que, de no alcanzar un marcado avance en las deliberaciones, no descartaban la posibilidad de nuevas protestas.