Los sonidos del silencio

Cubierta del libro Z ticha
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A diez años de su publicación original y a medio siglo del hecho que lo inspiró, se acaba de traducir al checo Desde el silencio, el libro en el que el sobreviviente Eduardo Strauch, en colaboración con Mireya Soriano, cuenta su versión sobre el recordado accidente aéreo de 1972 y el calvario de 72 días que pasó junto a sus compañeros en plena Cordillera de los Andes. En esta entrevista, la traductora Anežka Charvátová analiza la obra y explica los motivos por los que puede interesar a los checos.

Presentación del libro  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Traducir del español al checo Desde el silencio, de Eduardo Strauch, significó para Anežka Charvátová vérselas con una obra un poco distinta a los textos que frecuenta no solo como traductora sino también como docente en la Universidad Carolina de Praga. Mientras a lo largo de su notable trayectoria tradujo obras de Reinaldo Arenas, Ernesto Sabato, Vargas Llosa, Roberto Bolaño o, más acá en el tiempo, Fernanda Melchor, si bien se trata de un libro interesante, Desde el silencio no es exactamente un texto literario.

“A veces es más como un ensayo o un libro sobre psicología, cosas que no acostumbro a hacer, pero también tiene sus cualidades literarias. Justamente para la presentación escogí el fragmento que más me gustó desde el punto de vista del estilo, de cómo lo trabaja cuando enumera lo que ve y lo que no se puede comer mientras busca. Esas son páginas que me gustan mucho”

En la concurrida presentación del libro participaron, además de la traductora, el editor Michal Plzák y la cónsul honoraria de Uruguay en Praga Adriana Dergam. Y aunque en el evento se habló mucho de Eduardo Strauch, advierte Charvátová que el libro contó también con la colaboración de Mireya Soriano, una autora uruguaya que tampoco es escritora a tiempo completo porque además trabaja como ingeniera comercial, pero ganó varios premios y fue quien lo convenció de ponerse a escribir su experiencia como sobreviviente, a pesar de existir ya otros libros sobre el mismo tema.

La traductora Anežka Charvátová,  el editor del libro Michal Plzák y la cónsul de Uruguay en Praga Adriana Dergam | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Uno incluso se tradujo al checo y lo supe hace poco, no lo sabía. Es el libro que escribió Nando Parrado, que es el chico que fue a buscar que los salvaran, uno de los dos que llegaron a Chile y encontraron a Sergio Catalán, quien los ayudó”.

Con la salvedad de que aquella traducción no había sido directamente del español sino del inglés, dice Charvátová que le parece un antecedente interesante, y si bien no considera que a los sobrevivientes se los pueda calificar de ‘héroes’, entiende que el autor de aquel libro es, junto a su compañero Roberto Canessa, una de las personas que más cerca estaría del concepto de heroísmo.

Portada del libro en español | Foto: ediciones Desnivel

“Es la decisión que toma lo que hace de alguien un héroe o no, pero justamente estos chicos sí tenían que tomar decisiones, decisiones como comerse a sus amigos antes que morirse de hambre, pero es un tipo de decisión que para mí no hace a un héroe. Un héroe es el que tiene que decidir sacrificarse para salvar a los demás, entre huir o hacer algo… El que se sacrifica para salvar a los demás es un héroe y no me parece que allí se hayan sacrificado. A lo mejor podrían ser héroes los dos que al final se fueron a buscar ayuda, que tuvieron que escalar las montañas sin tener equipos, sin tener experiencia ni nada”

Cuenta Charvátová que un colega de Brno escribió una recomendación para que el Ministerio de Cultura apoyara la publicación al checo de este libro en la que comparaba ese hecho con la situación que padecieron los mineros de Chile atrapados bajo tierra, un caso que fue seguido al instante en noticieros y redes sociales. La gran diferencia, según Charvátová, es que los chilenos eran pobres mientras que los uruguayos tuvieron la suerte de venir de un mundo privilegiado, de buenas familias que habían podido costear, por ejemplo, su educación en un colegio privado.

“Entonces, cuando se perdieron, sus familias no escatimaron esfuerzos para seguir buscando a pesar de que la búsqueda oficial ya se había terminado, pero ellos siguieron y, sobre todo, tenían medios para seguir buscando, tenían la plata, tenían influencia para poder seguir buscando”.

Una presentación muy concurrida | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Y aunque los avances tecnológicos con los que contamos hoy habrían podido marcar una diferencia, Charvátová considera que los celulares tampoco pueden ayudar tanto sin señal o sin batería a cuatro mil metros de altura, aunque sí tiene la sensación de que la búsqueda probablemente hubiera sido distinta y hasta quizás un poco más eficaz.

“Yo creo que ahora duraría una semana y los habrían encontrado, con las posibilidades del mundo de hoy sería diferente... Pero igual es posible perderse. Mi primera impresión cuando vi desde arriba la cadena montañosa de los Andes al cruzar la frontera entre Argentina y Chile en avión, fue: ‘aquí yo me pierdo sin ninguna posibilidad de encontrar la civilización’, y lo decía antes de conocer esta historia. O sí la conocía, pero vagamente, antes de traducir este libro”.

Afiche película Supervivientes de los Andes | Foto: Paramount Pictures

Como gran conocedora de la literatura latinoamericana en un amplísimo espectro, Charvátová recuerda que una película también basada en la odisea de los jugadores de rugby originó un episodio bastante confuso que nunca terminó de aclararse del todo. En febrero de 1976, durante una presentación privada de la película Supervivientes de los Andes en el Palacio de Bellas Artes de México, Vargas Llosa le dio una trompada a Gabriel García Márquez que lo dejó varios días con un ojo morado.

Lo cierto es que el contexto de la aparición de este libro en checo es más que pertinente porque llega a diez años de la publicación de la obra y a cincuenta años del hecho que motivó su escritura. Charvátová asegura que en República Checa se trata de una historia bastante conocida, pero además está segura de que el libro que acaba de traducir puede interesar a los checos incluso por algunos hábitos muy arraigados a su cultura.

“Los checos adoran la aventura, adoran ir a escalar las montañas y yo creo que nos gusta porque no lo tenemos. Siempre a uno le gusta lo que no tiene en su país, por eso nos fascinan esas montañas tan altas, nos fascinan los desiertos, nos fascina el mar y, sí, hay muchos checos que son muy alpinistas o andinistas. Nosotros somos más bien ‘šumavistas’”.

Afiche de la película ¡Viven! | Foto: Paramount Pictures

Al comienzo de la presentación, la cónsul de Uruguay dijo que sus traducciones son tan buenas que, en algunos casos, incluso mejoran algunos originales. Más allá de agradecer el elogio, Charvátová afirma que como traductora no puede atribuirse el derecho de mejorar un texto, aunque reconoce que su intervención depende muchas veces de la obra. Por ejemplo, explica que al traducir a Vargas Llosa o Bolaño no ha cambiado ni una coma e incluso ha dejado intactos algunos errores que podían ser intencionales. Sin embargo, en el caso de libros no tan literarios dice que tal vez sí se anima a simplificar o evitar repeticiones muy obvias, no por mejorar el original sino para hacer pesar las diferencias entre los idiomas. En ese sentido asegura que el español es una lengua mucho más retórica en la que, al menos en comparación con el checo, pueden sobrar algunas palabras.