Los profesores de español volvieron a encontrarse en el Instituto Cervantes de Praga
Como cada año, aunque esta vez también por streaming, se realizó la decimocuarta edición del Encuentro de Profesores de Español como Lengua Extranjera. En esta ocasión, los temas más abordados tuvieron que ver con las mediaciones culturales que deben tenerse en cuenta a la hora de aprender una lengua y la gran cantidad de recursos digitales que pueden facilitar la enseñanza.
En los últimos años se viene destacando con frecuencia la creciente demanda de los checos por estudiar español, algo que incluso trasciende el idioma y se nota también en su interés en otros aspectos de la cultura hispana. Sin embargo, esa buena noticia implica también un gran desafío: la necesidad de modernizar métodos de enseñanza en una época en que la tecnología parece ir tan rápido que, a veces, cuesta seguirle el ritmo. Ese es, precisamente, uno de los propósitos del Encuentro de Profesores de Español en República Checa que organiza el Instituto Cervantes de Praga, y que acaba de celebrar su decimocuarta edición, tal como nos cuenta su Jefe de estudios Francisco López Tapia.
“Es un encuentro que se organiza una vez al año y que pretende ser un espacio para compartir experiencias con profesionales que se dedican a la enseñanza del español en República Checa y en otros países. Es cierto que este año la presencia principal es de profesionales que trabajan en la República Checa, pero otros años precovid venía también gente de otros países: Polonia, Eslovaquia, Austria, Alemania; o sea, es un encuentro que tiene solera”.
En esta edición hubo un total de sesenta asistentes, de los cuales unos veinticinco siguieron el encuentro vía streaming, o incluso combinaron ambas modalidades, lo cual da cuenta de un importante cambio de época. López Tapia destaca que tantas personas decidieran invertir un fin de semana en reciclarse y avanzar en su formación. Y aunque siempre se realiza en el mismo sitio, aclara que se trata de una actividad abierta a interesados de cualquier país del mundo que tengan ganas de compartir, durante unos días, su vocación docente en un ámbito tan especial como es la capital checa.
“Siempre se ha realizado en Praga, siempre se ha realizado en el Instituto Cervantes en colaboración con editoriales como Difusión y Klett y la Agregaduría de Educación, que depende de la Embajada de España y es otra de las patas que trabaja en la promoción y difusión de la lengua y las culturas en español”.
Además del plantel de profesores del Instituto Cervantes que pusieron en común sus experiencias, entre los expositores hubo muchos especialistas invitados como, por ejemplo, Alejandro Castañeda y Armando Cruz. En cuanto a los asistentes, López Tapia explica que responden a varios perfiles. Uno de ellos es el del profesor de español checo que, entre otras cosas, aprovecha el encuentro como una excelente oportunidad de inmersión para estar en contacto con gente nativa, es decir, intercambiar ideas con profesores argentinos, chilenos, mexicanos y españoles.
“Luego está el perfil del profesor que trabaja en la ciudad de Praga en primaria, secundaria, en el sistema público o privado, en el profesorado del Instituto Cervantes, tanto en plantilla como colaborador, o el profesorado de las secciones bilingües de la Agregaduría de Educación de España en República Checa, ese sería otro perfil. Y luego el profesorado nativo o no nativo que trabaja fuera de Praga, a lo mejor en una ciudad pequeña donde es el único profesional que se dedica a la enseñanza del español y fíjate que ese es el que más me parece que lo necesita”.
López Tapia explica que, en su opinión, ese perfil de profesor de lengua española es el que más agradece ese tipo de encuentros porque, muchas veces, pasan de estar bastante solos, y sin tanto contacto real con sus pares, a disfrutar de un ambiente cálido, distendido y lleno de creatividad en el que suelen plantearse varias ideas innovadoras, algo cada vez más necesario teniendo en cuenta los desafíos de la enseñanza en la actualidad.
“Yo creo que estamos en una era posmétodo en lo que se refiere a formas de enseñar: no hay un único método que funcione y, evidentemente, en España y en los distintos países de Latinoamérica se adapta un enfoque y una metodología a la hora de estudiar lenguas, dependiendo de dónde vengamos alguna nos puede parecer más o menos válida, también incluso dependiendo de factores personales”.
En opinión de Francisco López Tapia es tan válido que alguien priorice la comunicación a la hora de enseñar español como que otros prefieran un enfoque más tradicional. Sin embargo, lo que realmente debe existir para él es la puesta en común de la experiencia docente, es decir, hacerles llegar a los demás qué es lo que, en cada caso, funciona y también lo que no, pero sin imponer ningún punto de vista y respetando cada uno de los enfoques. En definitiva, la gran idea de estos encuentros es que los profesores puedan conocer cada vez más acerca de su trabajo.
“Conocer desde otros manuales y materiales hasta recursos disponibles en línea, ahora con la explosión de internet y de las comunidades docentes que se están creando en línea, pues conocer también esas herramientas digitales que no tendría sentido dejar de lado porque los estudiantes las usan y para llegar al estudiante hay que utilizar herramientas que utiliza en su vida real porque la lengua también es comunicación real”.
En efecto, muchas de las ponencias de esta edición han versado sobre herramientas y ayudas tecnológicas que pueden mejorar la praxis docente. Pero también se habló de las mediaciones culturales que deben tenerse en cuenta a la hora de aprender una lengua inscrita en determinada cultura sin desatender para nada la reflexión cognitiva sobre distintos aspectos gramaticales. Según López Tapia, el español es una lengua agradecida: con unas sesenta horas de clase permite a los estudiantes expresarse más o menos bien, aunque luego aparecen ciertas cuestiones que suelen generarles algunas dificultades.
“Y quizás se empieza a complicar cuando aparecen todos los tiempos del paradigma del pasado, cuando nos damos cuenta de que hay indicativo, pero también subjuntivo, esa podría ser una de las mayores dificultades para el estudiante checo, y luego cuestiones gramaticales como el artículo, porque la lengua checa carece de artículos y para ellos es algo a priori artificial porque no los necesitan: tienen otros mecanismos para expresar esa determinación o indeterminación”.
De todas formas, Francisco López Tapia está convencido de que para los checos el estudio del español es algo mucho más natural ya que, en comparación, tienen menos dificultades que los hablantes de otras culturas como la china, país donde vivió cinco años. Aunque asegura que puede haber varios factores, López Tapia afirma que el más determinante es la cercanía cultural ya que, en su opinión, la mayoría de los checos saben muy bien, por ejemplo, quiénes son Cervantes y Borges.