Los platos predilectos de los checos en Pascua
En Semana Santa, muchas mujeres en Chequia suelen preparar platos y dulces típicos de esta temporada. También este año lo hacen, independientemente de la epidemia del coronavirus y, quizás precisamente porque muchas personas trabajan ahora desde casa, las mujeres se dedican más a la cocina tradicional.
La cocina checa tiene un gran número de platos y más todavía de bizcochos que, desde hace siglos, se hacen en Pascua. Ya en la Edad Media existían en Bohemia varios libros de cocina que contenían recetas para comidas ligeras durante la cuaresma, y luego para la Semana Santa.
De acuerdo con la experta culinaria, Nina Provaan, para la cuaresma se recomendaban entonces comidas ligeras, beneficiosas para la salud.
“Las recomendaciones para no comer mucha grasa de cerdo, por ejemplo, eran para el bien de las personas. Porque en invierno no había mucha comida y cuando llegaba la primavera podrían sentirse mal si de pronto comenzaran a comer mucho. Por ello era preferible consumir aceites vegetales y carnes livianas, sobre todo pescado. Estos se criaban en Bohemia en estanques y había mucho pescado de agua dulce”.
En la Edad Media los habitantes del Reino de Bohemia respetaban al pie de la letra el ayuno durante la cuaresma y se regían estrictamente por las recomendaciones de la Iglesia. Además de pescado comían legumbres y cereales. Por ejemplo, las legumbres y el caldo de arveja eran los platos más frecuentes. También se comía mucho cebada perlada, lenteja, col agria y remolacha.
Más tarde, en los siglos XVII y hasta el XIX, era muy popular la llamada ‘pučálka’, o sea arveja germinada que se ponía a tostar ligeramente para tener un sabor dulce. La gente aprovechaba en la cocina diversos retoños o brotes de plantas y los agregaban a sopas, purés o las comían hervidas, denominándolas a todas ‘špenát’, o sea espinaca. Y toda la comida se solía acompañar con cerveza o vino.
Muy pocos de los antiguos platos del período de la cuaresma se preparan hasta el presente, pero en lo que respecta a las comidas de Semana Santa la cosa es diferente. Muchas amas de casa checa cocinan en estos días según las recetas heredadas de sus antepasados. Muy popular es por ejemplo el plato llamado ‘hlavička’ (cabecita), según Nina Provaan.
“Hlavička se preparaba al horno uno o dos días antes de la fiesta de Resurrección y se comía como plato principal cuando se regresaba de la iglesia. Más bien es un relleno preparado de pan de molde u otro pan de harina blanca, pedazos de carne ahumada y huevos, además de que debe llevar algo verde, ya sean ortigas jóvenes cortadas en pedazos, perejil u otras hierbas a disposición”.
En cuanto a los dulces, se ha conservado asimismo la costumbre de preparar unos panecillos de masa de levadura en forma de pajaritos, a los que se hacen los ojos de clavo de olor. También se hacen unos panes especiales dulces de Pascua llamados ‘mazanec’ que, según Nina Provaan, es el bizcocho más antiguo de la Semana Santa en Chequia
“Mazanec tiene la forma de pan redondo, en cuyo centro se hace una cruz, cortando la masa con tijeras o cuchillo. Antaño este pan dulce se hacía en unos recipientes de barro, porque en vista de que no todos tenían horno en casa y para no llevar el pan a un horno público, preferían prenderle fuego a un montoncito de carbón en su patio y los recipientes de barro con el pan se metían dentro del carbón”.
Tampoco debe faltar en Pascua el llamado ‘jidášek’, que viene del nombre Jidáš, que en español es Judas. Este es un panecito dulce de menor tamaño hecho también de masa de levadura, pero una masa muy simple, sin condimento alguno, ni pasas o nueces. Es un símbolo de la traición de Judas y de la crucifixión de Cristo. Por ello el panecillo tiene la forma de una cuerda enrollada, haciendo referencia a la cuerda con la que se había colgado Judas Iscariote.
Aunque lo más extendido hasta el presente en Chequia es preparar un bizcocho en un molde con forma de cordero, lo que evoca al Cordero de Dios. A la masa se le puede agregar requesón, uvas pasas y almendras, por ejemplo. Las amas de casa checas suelen echarle chocolate blanco por encima, ponerle una cinta en el cuello y decorarlo también con otras cosas. En Semana Santa el cordero no falta en ningún hogar en la República Checa, ya que se puede comprar hecho también en las panaderías.
El cordero y los huevos son los dos símbolos de Pascua más extendidos en los territorios checos. El huevo tiene una estrecha relación con las tradiciones paganas, muchas de las que se han conservado en los Territorios Checos hasta el presente. El huevo es símbolo de la fertilidad y la Pascua era concebida como una festividad del inicio de una nueva vida.
En la República Checa, al igual que en otros países de Europa Central, las conmemoraciones de Semana Santa culminan el lunes después del Domingo de Pascua, después del Día de la Resurrección de Jesucristo. Ese día, los hombres azotan a las mujeres con una varita de sauce para que éstas sigan bellas y sanas durante todo el año. Y las mujeres les regalan a los hombres a cambio un huevo cocido y pintado, por ejemplo con cera caliente, o decorado con trozos de paja.
La tradición de azotar a las mujeres con una varita de sauce tejida en forma de trenza puede parecerles a los extranjeros muy fuerte, pero la mayoría de los checos no lo conciben así. Es una tradición muy antigua, que siguen respetando más bien de manera formal y como una buena oportunidad para visitar a los vecinos y amigos, y compartir con ellos sus alegrías.
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