Los países del Grupo de Visegrád rechazan limitar el espacio Schengen
Los primeros ministros de los países que integran el bloque regional conocido como Grupo de Visegrád anunciaron que se oponen a cualquier reducción del espacio Schengen. En su lugar insisten en el fortalecimiento de las fronteras externas de Europa para controlar la ola migratoria.
Durante la cumbre del Grupo, con motivo de la visita de la presidenta de la República de Corea, Park Geun-hye a Praga, los primeros ministros acordaron crear una especie de “club de amigos de Schengen”, y proponen prestar mayor atención a la protección de las fronteras externas de Europa.
En esta relación el Secretario para Asuntos Europeos del Gobierno checo, Tomáš Prouza, insistió en que hay que activar los sistemas de control y registro de los inmigrantes.
“Es necesario prestar atención a temas candentes, como por ejemplo, frenar el flujo sin control de inmigrantes. Hay que diferenciar entre los que huyen porque su vida está en peligro y entre aquellos que simplemente buscan una vida mejor”.
Los países del V4, como se conoce también al Grupo, rechazan al unísono la imposición de cuotas para el reasentamiento de refugiados, recordó el funcionario.
“Las cuotas no resuelven el problema que nos afecta. Simplemente mueven a esas personas de un lado para otro, dentro de Europa, y no ofrecen nada nuevo”.
En su declaración conjunta, los primeros ministros se opusieron rotundamente al surgimiento de “mini-Schengens” como han sugerido algunos líderes europeos.Praga, Varsovia, Budapest y Bratislava impulsan un debate sobre el espacio de libre circulación con el fin de mejorar su funcionamiento y en ningún caso su mutilación.
Los primeros ministros de los cuatro países centroeuropeos reiteraron su apoyo a Francia y pidieron que en la reunión del Consejo de diciembre se defina una posición conjunta para luchar contra el terrorismo.
Creado en 1985, el espacio Schengen suprimió las fronteras comunes entre los países integrantes y estableció controles en las fronteras externas. En la práctica funciona en términos migratorios como si se tratara de un único país.