Los comunistas usurparon el poder en Checoslovaquia hace 75 años

Febrero de 1948

Golpe de Estado, revolución o Febrero Victorioso, estos son algunos de los términos con los que se denomina la llegada de los comunistas al poder el 25 de febrero de 1948. Este suceso cambió la vida de los checoslovacos durante más de 40 años.

Václav Nosek | Foto: Instituto de Estudio de los Regímenes Totalitarios

El detonante de la llamada crisis de febrero, que provocó un profundo conflicto en el Gobierno checoslovaco, que llevó al país a un gobierno de un solo partido, estuvo vinculado con las purgas dentro del Cuerpo Nacional de Seguridad, según señaló a Radio Praga Internacional el historiador Oldřich Tůma, del Instituto de Historia Contemporánea de la Academia de Ciencias de la República Checa.

“Desde 1945, los comunistas dominaron el Ministerio del Interior. El ministro Václav Nosek tuvo la Policía bajo control, especialmente algunos departamentos. Muchos agentes estaban al servicio de los comunistas, denunciando y ofreciendo información sobre otros partidos, y hubo muchos casos de persecución de políticos”.

El golpe se dio dentro de la Policía

Oldřich Tůma | Foto: Karolína Němcová,  Český rozhlas

La situación dentro de la Policía empeoró de manera significativa. Lo peor empezó con la destitución de ocho altos funcionarios de la Policía capitalina impulsada por el ministro del Interior. En respuesta a ese suceso, se formó un frente anticomunista dentro del Gobierno, que exigía que el ministro revocara la polémica destitución. No obstante, el ministro no acudió a la reunión del Gobierno y el primer ministro Klement Gottwald sostuvo que el Gobierno no tenía competencia para intervenir en la administración de un ministerio. Los presidentes de los partidos no comunistas escribieron a Gottwald una carta para asegurarse de que la destitución había sido revocada. Su evasiva respuesta provocó que varios ministros dimitieran de sus cargos. Este hecho profundizó la crisis del gobierno, señala Tůma.

“El problema es que los partidos no comunistas creían que la crisis se iba a resolver por medio de la democracia parlamentaria. Habiendo una coalición de cinco partidos, de los que tres dimitieron, suponían que el presidente del Gobierno dimitiría también, se establecería un gobierno provisional para convocar elecciones anticipadas”.

Klement Gottwald,  la llegada de los comunistas en febrero de 1948 | Foto: APF Český rozhlas

Los partidos no comunistas no estaban preparados para tal enfrentamiento ni llegaron a un acuerdo con tres ministros socialdemócratas para que dimitieran también y se celebraran las elecciones anticipadas, prosigue Tůma.

Edvard Beneš | Foto: APF Český rozhlas

“No se pusieron de acuerdo ni con el ministro Jan Masaryk, que era supuestamente aliado a los partidos no comunistas. Aunque existen polémicas sobre este hecho entre los historiadores, parece que tampoco se pusieron de acuerdo sobre un procedimiento común con el presidente Edvard Beneš. Mientras los comunistas organizaron manifestaciones masivas en Praga, donde Gottwald anunció que no iba a negociar con los reaccionarios y que de los 26 miembros del Gobierno dimitieron solamente 12, así que él podía mantener el cargo. Comunicó también que completaría el Gobierno conforme a su propia consideración y solicitaría al Presidente Beneš que aceptara la dimisión y firmara la formación de un nuevo gobierno”.

El Presidente sucumbió a la presión

Los comunistas empezaron a fundar los llamados Comités de Acción del Frente Nacional, que operaban a todos los niveles de la administración pública, empresas y escuelas en todo el país. Estos órganos representaban a los comunistas, socialdemócratas y a los sindicalistas, entre otros.

Foto: Museo de Klement Gottwald

El Partido Comunista creó milicias populares armadas que apoyaban a la Policía durante intervenciones contra los comités centrales y regionales de otros partidos políticos y les respaldaban en los operativos contra las oficinas de redacciones de periódicos y revistas.

El 25 de febrero, el Presidente Edvard Beneš sucumbió a la presión y aceptó la dimisión de los ministros. El Gobierno de Klement Gottwald llegó al poder y el 9 de mayo de 1948, aprobó una nueva Constitución que cambió la vida de la población. De acuerdo con el historiador Tůma, en aquel entonces los comunistas ya no tenían tanto apoyo público como durante las últimas elecciones en 1946, cuando obtuvieron aproximadamente el 38% de los votos.

“Según una encuesta de opinión de la época se indicaba que, en caso de celebrarse elecciones en 1948, los comunistas acabarían mal. Creo que la mayor parte de la sociedad no los apoyaba, pero la minoría, que no era insignificante, estaba mejor preparada para la contienda”.

El papel del Moscú en la toma del poder

En una reunión de la fundación de Kominforma, el órgano internacional soviético, los líderes de la Unión Soviética expresaron su deseo de que los comunistas checoslovacos tomaran el poder explica el historiador.

Klement Gottwald | Foto: APF Český rozhlas

“Gottwald sabía que Moscú deseaba una toma del poder más rápida y que no confiaba en el resultado de las elecciones. Se desconoce cómo Moscú participó en el transcurso de la crisis de febrero y en la toma del poder. Se sabe que existía un emisor-receptor a través del que se recibían órdenes de Moscú y que llegó a Praga Valerian Zorin, ex embajador soviético en Checoslovaquia. El mayor misterio es una posible invitación a las tropas soviéticas. Según algunos datos, parece que Gottwald perdió los nervios y solicitó a Zorin que le prometiera la intervención de las tropas soviéticas en el peor de los casos. Según otros, Zorin y Stalin se enojaron, ya que les convenía que este asunto transcurriera sin intervención soviética. Por su parte, otros sostienen que Zorin le propuso a Gottwald la intervención soviética, pero el primer ministro checoslovaco rechazó la oferta, afirmando que todo estaba bajo control”.

La llegada de los comunistas al poder se denomina con términos que causan polémica. Mientras los comunistas hablaban de “la victoria del pueblo trabajador”, para sus adversarios se trató de un golpe de Estado. En la historia se emplea asimismo el término revolución, explica Ondřej Tůma.

Foto: National Archives/Wikimedia Commons,  CC0 1.0 DEED

“Los comunistas siempre dijeron que su llegada al poder fue constitucionalmente correcta, el presidente Beneš aceptó la dimisión y aprobó al nuevo gobierno con los ministros de Gottwald. El parlamento, aunque con la ausencia de 70 diputados, concedió su voto de confianza. Por otro lado, hubo elementos no constitucionales en la solución de la crisis - la toma de poder por los Comités de Acción del Frente Nacional, es decir, por los comunistas en diferentes niveles de administración pública y acciones coercitivas de las milicias populares”.

La democracia se debilitó ya antes de febrero

Mientras que la Primera República, como se denominó el periodo desde el surgimiento de Checoslovaquia en 1918 hasta la Segunda Guerra Mundial fue considerado un periodo democrático, después de la contienda la situación no fue la misma, explica Tůma.

“No se volvió a una Primera República renovada, el sistema político impulsó una democracia limitada que permitía solo la existencia de algunos partidos. Existía el Frente Nacional, como organización de cubierta, en la que todos los partidos políticos colaboraban, el gobierno no tenía oposición. La pluralidad estaba limitada, al igual que la libertad de expresión, nadie se atrevía a criticar a la Unión Soviética. Fue una situación muy diferente a la de la Primera República, pero se puede hablar de democracia en comparación con la dictadura comunista”.

Los comunistas usurparon el poder en Checoslovaquia durante más de cuatro décadas, hasta su derrota durante la Revolución de Terciopelo de 1989. Durante el régimen comunista y especialmente en los diez primeros años, cientos de miles de personas fueron encarceladas, internadas o desplazadas a campos de trabajos forzados por motivos políticos.

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