Los checos descubren de nuevo el romanticismo de chalets y casas de campo

Los checos descubren de nuevo el romanticismo del campo. El alquiler de chalets y casas de campo para pasar las vacaciones está viviendo un gran auge.

Tras la Revolución de Terciopelo en 1989, a los checos se les abrieron las fronteras y ellos empezaron a viajar masivamente al extranjero. Parecía que la típica tradición checa de pasar las vacaciones y los fines de semana en el campo, no sobreviviría a los nuevos tiempos de la libertad adquirida.

Pero no es así. Los checos descubren de nuevo la belleza y la tranquilidad del campo. Muchas familias poseen su propio chalet o casa de campo. Las que no lo tienen, lo alquilan. Las agencias de viajes especializadas han registrado un enorme auge, sobre todo en los últimos tres años.

Martina Mazánková, de la agencia Ceská pohoda, explica que existe gran demanda por chalets aislados, no habitados por sus propietarios, con un gran jardín cerrado por paredes o vallado. "Los checos requieren privacidad", precisa su marido, Jan Mazánek.

"El retorno al campo es una tendencia en toda Europa. Los europeos regresan a la finca, donde pasan sus vacaciones con los propietarios, muy a menudo les ayudan con las labores agrícolas, es más sobre las relaciones interpersonales. Los checos son diferentes, más cerrados. Quieren estar solos en el chalet, disfrutar de su privacidad".

Martina Mazánková señala que el núcleo principal de clientes de su agencia lo forman familias con niños.

"Los chalets suelen ser más grandes, para cuatro u ocho personas. Para dos personas no valdría la pena, el alquiler de una casa de campo les costaría más que un hotel. Alquilan los chalets también grupos de jóvenes, amigos que pasan juntos las vacaciones".

Miloslav Meitner, de la agencia TourTrend, es más explícito.

"Las vacaciones en un chalet, ésta es una situación cuando los niños no molestan y los padres se divierten. Cuando llueve en el campo, la gente no se aburre tanto como en el hotel. Pero no sólo las familias con niños muestran interés por el alquiler, sino también los jubilados, éstos sobre todo fuera de temporada, en junio y septiembre".

Jan Mazánek puntualiza que el alojamiento en la casa de campo ofrece a la familia un mayor confort que una habitación en el hotel, aun que sea al lado del mar.

"Para la familia, las vacaciones en el campo checo son más accesibles desde el punto de vista financiero. Pero no es nada excepcional que venga un empresario que no escasea de recursos financieros, y que quiera estar en un chalet porque desea tranquilidad y anhela lo pintoresco del paisaje checo".

Miloslav Meitner agrega que el alquiler de un chalet o una casa de campo se va convirtiendo en un verdadero fenómeno. "La familia pasa parte de sus vacaciones junto al mar. Cuando regresa, viaja al campo. La estancia allí tiene un sabor absolutamente diferente, ofrece un rico abanico de excursiones, paseos por los bosques, ciclismo", dice Meitner.

Tanto Ceská pohoda como TourTrend afirman que se alquilan bien todo tipo de chalets, desde los equipados de manera muy simple hasta los de lujo.

En cuánto a las localidades, los checos muestran mayor interés por Bohemia del Sur, famosa por su paisaje pintoresco y la arquitectura popular barroca. Se alquilan asimismo chalets en las cercanías de Praga, pero en este caso se trata de alquileres a largo plazo, para todo el verano. "La esposa está allí con los hijos y el marido, que trabaja en la capital, viene a verlos varias veces a la semana", así lo explica Jan Mazánek, de Ceská pohoda.