Los campos amarillos de colza provocan malestar

Foto ilustrativa: Klára Stejskalová

A pesar de que la producción de colza se ha estancado en los últimos años, Chequia sigue siendo el país que más espacio le dedica a este controvertido cultivo en relación con su extensión en toda la Unión Europea.

Foto ilustrativa: Klára Stejskalová
La colza tiene en los campos checos una posición privilegiada. Mientras que el promedio de tierra de cultivo dedicada al cultivo de esta planta llega en los países de la Unión Europea a tan solo un 6,3%, en la República Checa se trata de casi un 16%.

El director de la Asociación de Productores de Plantas Oleaginosas, Martin Volf, sostiene que el espacio para cultivo de colza es adecuado.

''La producción de colza no debería limitarse, porque se trata de una de las pocas plantas que está en demanda y se vende bien en Europa. La situación actual, o sea el cultivo de colza en entre 350.000 y 400.000 hectáreas de tierra es adecuado en relación con el tamaño del país. Las tecnologías que se usan son respetuosas con el medio ambiente y el uso de pesticidas es rigurosamente controlado''.

Foto ilustrativa: Comisión Europea
Además, la Asociación argumenta que en algunas regiones de Alemania, el porcentaje de la tierra dedicada al cultivo de colza llega a ser del 33%.

Entretanto František Havlát, especialista en agricultura no se muestra tan favorable al cultivo de colza.

''La colza debería tener su lugar en los campos checos. Sin embargo, no más del 8% de la tierra. Se trata de una planta muy exigente, consume mucha agua y necesita de fertilizantes industriales y de pesticidas. O sea, no se puede seguir con estas cantidades. Sería bueno reemplazarla por ejemplo con legumbres. En general, es imprescindible bajar la producción de colza''.

Foto ilustrativa: Štěpánka Budková
La extensión total de la tierra de cultivo en Chequia se está reduciendo. Entre las principales causas figura la demanda decreciente por la producción local, que tiene que ver con el bajo costo de colza de otras partes de Europa, pero también con la intensificación de la agricultura a consecuencia del uso de fertilizantes y equipamientos más efectivos.

Sin embargo, la producción de colza seguía creciendo desde los años 90 y culminó en 2013. Antes se producía sobre todo para la industria alimentaria, pero hoy en día es más bien para fabricar biocombustibles.

El diésel que se vende en Chequia debe contener como mínimo un 6% de la base orgánica. Para la producción de los biocombustibles se usaba entre una tercera parte y la mitad de la planta cultivada.

El tema de cultivo de colza llegó a ocupar bastante espacio en los medios de comunicación checos por la enorme cantidad de polen que se nota en todas partes, consecuencia de las altas temperaturas y pocas precipitaciones. Sin embargo, según los especialistas, la mayor parte de este polen proviene de los árboles coníferos.