Los bancos se resisten al impuesto sobre sus ganancias extraordinarias
Varias voces dentro del sector bancario se posicionaron contra la introducción del impuesto a las ganancias extraordinarias que prepara el Gobierno.
Hace ya varias semanas que el ejecutivo se refirió a la posibilidad de introducir un impuesto sobre las ganancias extraordinarias que afectaría al sector energético y el bancario, además de un tercero que aún no se ha anunciado, para hacer frente a la actual crisis y la inflación.
Con todo, los bancos no han tardado en mostrar su rechazo a esta medida. Así lo hizo recientemente la directora ejecutiva de la Asociación Bancaria Checa (ČBA), Monika Zahálková.
“Estamos haciendo todo lo posible para convencer al gobierno de que estas no son ganancias extraordinarias y que esto es una intervención en el funcionamiento de la economía de mercado”, afirmó Zahálková, quien defiende que el ejecutivo pretende considerar como ganancias extraordinarias las obtenidas más allá del pasado año, cuando aún perduraban los efectos de la pandemia.
“Cuando comparamos la relación entre ganancias y activos, solo hubo un aumento del 20%. En comparación con 2019, ronda el 25%. No se puede decir que haya un 100% de aumento en las ganancias”, añadió.
Además de negar que se trate de ingresos extraordinarios, esta también puso en duda las previsiones del Gobierno a este respecto, quién afirmó que los bancos ganarían más de 8000 millones de euros en este curso. Zahálková echó mano de los datos del Banco Nacional Checo y la Asociación Bancaria Checa, que estimaron dichas ganancias en menos de 5000 millones de euros.
Por otro lado, los defensores de esta medida continúan remarcando los beneficios que supondría su aplicación.
"Este ingreso es quizás el menos asfixiante para la economía, y al mismo tiempo ayuda a los presupuestos públicos a no endeudarse más y con ello inyecta nuevo dinero a la economía", afirmó el presidente del Consejo Nacional de Presupuesto, Mojmír Hampl.
De hecho, el propio Consejo Nacional de Presupuesto estima que el Estado podría recibir más de 2500 millones de euros del sector bancario si el gobierno aplicara impuestos a las ganancias extraordinarias a una tasa del 60%.
Por último, dentro de esta polémica, el sector bancario señala también los inconvenientes de extender esta medida hasta el año 2024, algo que, afirman, afectaría significativamente al mismo. En relación a esto, el propio ministro de Finanzas, Zbyňek Stanjura, señaló que la duración de este impuesto dependerá precisamente de cuánto tiempo los bancos obtengan estas ganancias extraordinarias.
“Si desaparecen las circunstancias externas y desaparece también la renta extraordinaria, entonces no se pagará el impuesto”, aclaró.