Los adolescentes checos no abandonan la marihuana
Los adolescentes checos de entre los 15 y los 16 años de edad siguen a la cabeza en el consumo de marihuana en Europa.
Sin embargo, en la República Checa hay muy pocos centros especializados que brinden tratamientos antidroga con medicamentos sustitutivos. Esto dificulta el que un drogadicto decida por cuenta propia pedir ayuda especializada, según Viktor Mravčík, jefe del Centro Nacional de Monitoreo de la Drogadicción.
”En Praga, en Bohemia Occidental, así como en otros lugares del país hay un mínimo de centros donde se ofrezca a los drogadictos una cura por medio de la aplicación de metadona, por ejemplo, un medicamento substitutivo. Otros fármacos no los cubre el seguro de enfermedad, por lo que los pacientes deben pagarlo de su bolsillo”.
Muchos drogodependientes checos consumen éxtasis, MDMA, y drogas alucinógenas como el LSD, aunque el estupefaciente más extendido en Europa es la cocaína, como se señala en el informe del Observatorio Europeo. Su precio sigue siendo el mismo, mientras que su calidad aumenta constantemente.
Chequia tiene problemas con el pervitín, siendo su mayor fuente de distribución a nivel de Europa. Sin embargo, la política de prevención antidrogas en el país figura entre las más efectivas del continente. Gracias a ella, por ejemplo, se logra impedir la divulgación de diversas infecciones, afirma Viktor Mravčík.
”En lo que respecta por ejemplo a las consecuencias más serias del consumo de estupefacientes, como son la aparición de diversos tipos de infecciones, hepatitis y del VIH/SIDA, el número de afectados es bastante bajo en comparación con otros países europeos. Lo mismo vale en cuanto a sobredosis de drogas. De los aproximadamente 9.000 casos anuales en toda Europa, en la República Checa se dan unos 50 casos al año”.El Estado Checo y las Municipalidades destinan cada año unos 20 millones de euros a programas de prevención antidrogas. Muy exitoso resultó ser por ejemplo el programa de cambio de jeringas a los drogadictos para impedir la proliferación de posibles enfermedades, incluyendo el SIDA.
El anteriormente mencionado experto checo en lucha antidrogas advirtió, que durante los últimos años la fabricación clandestina de estupefacientes en Chequia, sobre todo de pervitín, se trasladó de las grandes ciudades en el interior del país a las zonas fronterizas que colindan especialmente con Alemania.