Las ranas comestibles del río Óder se reproducen sin hembras
Los científicos checos han descubierto un fenómeno biológico único; las ranas comestibles se reproducen aun cuando carecen de hembras.
Dos décadas de investigación y monitoreo genético realizados por los científicos del Instituto de Fisiología y Genética Animal de la Academia de Ciencias de la República Checa han revelado que la cuenca del río Óder cuenta con una población de ranas comestibles exclusivamente masculina. Los machos de esta especie están genéticamente emparentados, es decir, comparten el mismo clon, indicó para la Radio Checa la investigadora Marie Kaštánková.
“Sostenemos que hemos descubierto una línea monofilética única que tiene los mismos antepasados. Con el paso de los años se han extendido a lo largo del río Óder llegando hasta su desembocadura en el mar Báltico”.
Las ranas comestibles habitan las cuencas de los ríos de casi todo el viejo continente, pero la presencia exclusivamente masculina se da solamente alrededor del río Óder, que atraviesa la región de Moravia. A fin de evitar su propia extinción, los machos buscan otra forma de reproducción y se comportan como parásitos sexuales, explica Kaštánková.
“Abusan del desconocimiento de las hembras de rana europea común. Las ranas comestibles habitan los mismos estanques que esta especie, y cuando llega la época de apareamiento, se infiltran entre los machos de la rana europea común que seducen a sus hembras. Cuando estas están preparadas para aparearse, el macho de rana comestible se arroja sobre la hembra y la insemina”.
Pese al mestizaje, las crías nacen como ranas comestibles. Los científicos resolvieron este misterio tras un análisis que había descubierto que una rana comestible híbrida disponía de dos tipos de espermatozoides en una célula germinal y cada uno de ellos tenía el ADN de una sola especie parental. Cuando el óvulo de rana europea común es fertilizado por el esperma de una rana verde centroeuropea, nace un híbrido; un macho de rana comestible, prosigue la investigadora.
“Me atrevo a decir que estamos observando en tiempo real una forma de especiación, cuando el macho pretende convertirse en una especie independiente. Es capaz de producir sus parejas sexuales para tener sus descendientes clónicos, y así pretende independizarse de forma evolutiva y no depender de sus hembras”.
El siguiente paso de la investigación del Instituto de Fisiología y Genética Animal consistirá en descubrir el mecanismo de este fenómeno único desde el punto de vista genético. La época ideal para estos estudios son precisamente los meses de abril y mayo, cuando comienza el proceso de reproducción de estos anfibios.