Científicos checos desarrollan un detector de polvo ultrafino

El polvo ultrafino es el que más daña la salud puesto que por medio del sistema respiratorio puede entrar hasta al cerebro. Científicos checos están desarrollando un detector de este polvo que podría ayudar significativamente a los bomberos.

Foto ilustrativa: Michaela Danelová,  Český rozhlas

El polvo ultrafino se ha convertido recientemente en un fenómeno muy estudiado por los científicos checos, puesto que se comprobó que tiene unos efectos muy dañinos para la salud humana. Es una sustancia que vuela por el aire pero que, sin embargo, todavía no es posible medir sobre una base regular y aún no se han establecido ningunos límites respecto a la cantidad de estas partículas por metro cúbico de aire. Sobre los efectos perjudiciales del polvo ultrafino habló para la Radio Checa Jan Topinka, del Instituto de la Medicina Experimental de la Academia de Ciencias checa.

“El efecto no se limita únicamente a los pulmones. Las partículas son capaces de entrar en distintos órganos, incluido el cerebro, al que entran por medio del nervio olfatorio o la barrera hematoencefálica. Las partículas pueden penetrar en el cerebro y causar el mismo efecto que en los pulmones. Se produce una generación de las especies reactivas del oxígeno del estrés oxidativo. Este es uno de los mecanismos que puede influir en los efectos del aire contaminado sobre enfermedades neurodegenerativas”.

Jan Topinka | Foto: Academia de Ciencias

El término estrés oxidativo significa que en las células vivas se produce una inflamación. Durante el proceso se desprenden las especies reactivas del oxígeno que dañan partes de la célula, incluido el ADN, y pueden causar alguna degeneración de la misma, por ejemplo, la proliferación de cáncer.

Jan Topinka advirtió que hasta la actualidad se habían medido y observado aquellas partículas de aire que medían unos 2,5 micrómetros (los llamados PM 2,5). Sin embargo, las partículas más pequeñas también podían contener sustancias perjudiciales para la salud.

“Aunque parezca que los PM 2,5, que se miden, no están en el aire, puede haber partículas ultrafinas que tienen un peso insignificante, pero son muchísimas. Podría resultar que más dañinas son aquellas sustancias vinculadas a las partículas. Sin embargo, estamos comprobando que las partículas en sí también son capaces de indicar el estrés oxidativo”.

El equipo científico de Jan Topinka está desarrollando actualmente un detector de polvo ultrafino que podría ser muy útil, por ejemplo, para los bomberos.

Cerebro sano y cerebro afectado por la enfermedad de Alzheimer | Foto: Health and Human Sciences Department,  USA,  public domain

“Los bomberos están expuestos sin duda ninguna a estas partículas. Nosotros nos fijaremos en aquellos individuos que investigan los incendios a posteriori y se mueven por zonas que siguen emitiendo humo durante 3 hasta 5 días. Generalmente no tienen ninguna regla estricta en cuanto a los medios de protección. Podrían llevar consigo nuestro detector que mediría las cantidades de las partículas ultrafinas por centímetro cúbico y les avisaría de que no se quedaran mucho tiempo en la zona”.

Se comprobó también que las partículas ultrafinas influían en las enfermedades de Alzheimer y Parkinson. Los científicos de la Academia de Ciencias checa se plantearon junto con sus colegas extranjeros de 17 centros de investigación de todo el mundo buscar marcadores para revelar la enfermedad de Alzheimer de antemano. Según añadió Topinka en entrevista para la Televisión Checa: “La enfermedad no se puede curar, pero se puede suavizar el inicio y uno se puede preparar para la situación”.

Autores: Martina Kutková , Martin Srb
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