Las perspectivas económicas checas a partir de la epidemia de coronavirus

Foto: Gerd Altmann, Pixabay / CC0

En un reciente análisis económico y financiero sobre los costos económicos del COVID-19, el Grupo ING predice que la República Checa mostrará un PIB negativo para todo el año 2020. La volatilidad de la corona checa seguirá siendo ‘extra elevada‘, se indica en el reporte.

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El temor al coronavirus provoca, entre otros asuntos, una importante caída de la demanda externa y las interrupciones de la cadena de suministros pueden llegar a su punto máximo en el segundo trimestre. Ante esta perspectiva, el Grupo ING ha degradado las perspectivas del PIB para 2020 en toda Europa Central y Oriental.

En lo referente a la República Checa, los analistas del grupo consideran que el gasto limitado por parte de las empresas y de los hogares arrastrará las inversiones y el consumo.

David Marek,  foto: Jana Přinosilová,  ČRo
A pesar de que se logre cierta recuperación a mediados del año en curso, la República Checa y Rumanía registrarán un PIB negativo en 2020.

El economista jefe de la empresa Deloitte, David Marek, subrayó que la situación actual en la sociedad y en la economía no tiene precedentes en la historia moderna de la República Checa. Hasta ahora, ninguna crisis, recesión o reforma ha paralizado la economía como el nuevo coronavirus.

De acuerdo con Marek, si la economía opera durante un mes en modo de emergencia, las pérdidas pueden alcanzar del 0.8 % al 1.1 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Los sectores que están gravemente paralizados, como el deporte, la cultura, la educación, las bibliotecas, el transporte aéreo, la restauración y el alojamiento, o las agencias de viajes, representan entre el 8% y el 9% de la economía.

Otros sectores se vieron afectados negativamente por el cierre de las escuelas. Hay alrededor de un millón de familias con niños menores de 12 años en la República Checa y unas 600 000 familias cuentan con que los niños de esa edad asisten a la escuela.

Marek indicó que “ahora uno de los padres tiene que quedarse en casa. Parcialmente rescatado por la ayuda de los abuelos y la posibilidad de trabajar desde casa. Sin embargo, del 5 % al 10 % de los empleados y empresarios pueden verse excluidos o su número puede reducirse a un nivel significativo en los centros de trabajo“.

El experto de Deloitte sostuvo que hay que considerar los posibles impactos del coronavirus y las medidas preventivas pueden ser un resultado sólido del estancamiento de la economía checa. "El estancamiento es ahora un escenario básico y positivo. En caso de que no se logre hacer frente a la situación reinante se necesitarán medidas más enérgicas“, aseguró Marek.

ČNBV,  foto: ŠJů,  CC BY 4.0
En lo que al crecimiento se refiere, especialistas de ING señalan que la economía checa que, podría caer en recesión, se ha convertido para los expertos en un escenario de referencia ya que las medidas de COVID-19 no solo afectan la demanda interna sino también la externa.

La propia economía checa podría hacer frente a las medidas restrictivas internas debido a un espacio fiscal suficiente (la cuarta deuda total más baja en la UE, alrededor del 32 % del PIB). Sin embargo, la demanda externa podría convertirse en un cuello de botella para una recuperación rápida en el 2020, aunque es demasiado pronto para estimar el efecto completo, según indicaron los especialistas.

El Banco Nacional Checo (ČNB) aplicó una tasa de emergencia de 50 puntos base el lunes y es muy probable que continúe reduciendo los costos de los préstamos para mitigar el choque del coronavirus. Esto significa que es probable que la tasa principal de recompra caiga significativamente en los próximos meses, según predicen algunos analistas.

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