Las chicas están bien en Karlovy Vary

Bárbara Lennie e Irene Escolar

La ópera prima como directora de Itsaso Arana, Las chicas están bien, película de la que también es guionista y una de sus protagonistas, tuvo su estreno mundial por todo lo alto este fin de semana en el Festival de Cine de Karlovy Vary. El largometraje es una de las candidatas a llevarse el Globo de Cristal a la mejor película del certamen, confirmando el idilio entre su productor, Jonás Trueba, con el festival checo.

Itsaso Arana | Foto: Daniel Ordóñez,  Radio Prague International

La directora Itsaso Arana, las actrices Bárbara Lennie, Irene Escolar, Itziar Manero y Helena Ezquerro, y los productores Jonás Trueba y Javier Lafuente, vivieron un emotivo estreno en la tarde del sábado en la abarrotada sala principal del Hotel Thermal, sede del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary. Lo hicieron, además, exactamente un año y un día después de que comenzase el rodaje de Las chicas están bien. No es nada frecuente que la primera película de una directora se cuele directamente en la sección oficial de un festival de clase A, optando al premio principal de la cita. Toda una experiencia mágica y abrumadora, reconoció a Radio Praga Internacional Itsaso Arana.

“Es muy sobrecogedor. Estoy como flotando. Ayer pensaba que es realmente casi, diría, de orden milagroso haber pensado una pequeña idea un día y haber tenido una sensación que casi podría ser como un aire que te pasa, como cuando te da de pronto una ráfaga de viento que podrías dejar pasar, pero, sin embargo, la agarras y dices: voy a hacer de esto una realidad, y acabas haciendo un rodaje en 15 días, una película pequeñita, humanista casi, o sea, sin tantas pretensiones, y, de pronto, llegas a este lugar lleno de gente. De pronto, el mundo te da como un lugar de honor, ¿no? Creo que son cosas que pasan pocas veces en la vida y lo estoy tratando de vivir. Obviamente tengo miedo, porque es una película tan íntima, tan personal, y está expuesta a tanta gente… Pero vuelvo siempre a esa primera sensación de que podría no haberlo hecho y es tan milagroso haberlo conseguido que lo vivo como un regalo”.

Jonás Trueba | Foto: Daniel Ordóñez,  Radio Prague International

Las chicas están bien es una película cálida y sosegada en la que una directora y cuatro actrices se juntan en una casa de campo para preparar una obra de teatro. Todos sus sentimientos, inseguridades, experiencias personales y anhelos van surgiendo mientras desarrollan un vínculo entre ellas. Son varias las reflexiones que van apareciendo, pero, sobre todo, una, dice la directora.

“Creo, principalmente, que compartir nuestras vulnerabilidades nos hace mejores, que no hay que tener miedo a compartir las historias de una y creo que las vivencias personales y nuestras propias historias, se pueden convertir en nuestro legado, que nuestras lecciones de vida son las cosas más valiosas que tenemos cada una y cada uno en su escala y a su manera. Considero que hay algunas cosas que, aunque puedan resultar a veces dolorosas o difíciles de compartir, ponerlas en palabras, no tener miedo de hacerte comprender, nos hace sentir menos solas, menos solos. Entonces, yo creo que, sobre todo, he querido decir eso, que no hay que tener miedo a compartirnos a compartirse con los demás y que creo que es la mejor manera de estar en el mundo”.

Itsaso Arana | Foto: Daniel Ordóñez,  Radio Prague International

La muerte, la vida, la maternidad, las relaciones amorosas o el miedo al rechazo son algunas de las cuestiones que van apareciendo en el largometraje en el que las actrices aportan vivencias propias personales de su vida real. Como resultado, una película que sus responsables califican de “pequeña y frágil”, pero Itsaso Arana matiza esa fragilidad.

“Es importante esa fragilidad de la que hablaba en la presentación, pero que no es una fragilidad lánguida, no es una fragilidad que nos deja pequeñas, sino que es una fragilidad desde donde sacamos una fuerza que creo que es una fuerza femenina muy potente, que puede crear vida y cambiar el mundo”.

"Para mí fue una manera de redescubrir el cine"

De crear vida, habla, sobre todo, Bárbara Lennie, embarazada de seis meses durante el rodaje, lo que es uno de los hilos argumentales de la propia obra, y algo que hizo aún más especial todo el proceso. Pero la actriz destaca que siempre es especial hacer ese cine tan peculiar que surge de la productora Los Ilusos, de Jonás Trueba y Javier Lafuente, con la que ha estado muy ligada desde incluso antes de su nacimiento como tal.

Las chicas están bien | Foto: Film Servis Festival Karlovy Vary

“Es una manera de hacer cine muy particular, de vivirlo y de hacerlo entre gente que se quiere, y eso es muy bonito. Eso no es tan fácil encontrarlo. A mí me hacía especial ilusión porque hacía muchísimos años que no trabajaba con ellos, y me ha hecho especial ilusión además hacerlo con la primera película de Itsaso Arana como directora, como guionista y como actriz”.

La última en sumarse a esta especie de familia artística, ha sido la ganadora de un Goya Irene Escolar. Actriz de éxito en cine, series de televisión y teatro, fue una de las protagonistas de Tenéis que venir a verla, que ya triunfó el año pasado en Karlovy Vary. La experiencia de la actuación con Jonás Trueba entonces y ahora con Itsaso Arana, es algo completamente distinto a todo, dice.

Bárbara Lennie e Irene Escolar | Foto: Daniel Ordóñez,  Radio Prague International

“Para mí fue una manera de redescubrir el cine, de entenderlo desde otro sitio, desde un lugar quizá soñado o ansiado por mí, imaginado, de que podía existir una manera de trabajar mucho más parecida al teatro o en cuanto al proceso, al cuidado, la manera de ensayar, de estar. Para mí fue un lujo y aprendí mucho”.

Se trata, casi, de un género en sí mismo, algo entre el teatro, el cine y el ensayo. Las chicas están bien es también una reflexión sobre el arte escénico, dice la directora.

“Para mí, la película es más cosas, pero también es un estudio sobre la interpretación, sobre cómo pensamos en esta profesión tan alquímica, tan extraña y tan difícil de ponerle nombre que es la actuación, que me sigue fascinando. Me sigue pareciendo súper misteriosa y como un poco inasible. Si alguien quisiera hacer un pequeño estudio sobre diferentes capas y formas interpretativas, creo que la película tiene desde teatro leído a teatro más actuado, cómo va generándose la obra, después tiene partes mucho más de comedia, tiene un sentido del presente muy potente, tiene una parte mucho más literaria y de la palabra y más distanciada, y tiene la cosa de la metaficción, la mirada a cámara e, incluso, lo documental de hablarle a tu hija del futuro”.

Karlovy Vary | Foto: Daniel Ordóñez,  Radio Prague International

Dice Arana que no hay ninguna reivindicación de nada en el hecho de que en pantalla aparezcan casi únicamente mujeres en toda la cinta, ya que ha habido muchas magníficas películas a lo largo de la historia en la que solo aparecían hombres, y a nadie le parecía raro.

En la presentación, la directora dijo al público de Karlovy Vary que en el rodaje sintieron la protección de sus antepasados, algo que luego desarrolló para Radio Praga Internacional.

“A partir de esta vivencia de la muerte de mi padre y, después, al hablar con Helena e Itziar, las dos actrices más jóvenes, que tenían esta vivencia potente de haber perdido a su madre muy jovencitas, claro, para mí, esa parte de documental, era muy importante, que ellas trajeran esos saberes a la película y, digamos, que contrastará también con los saberes más de la profesión”.

"Mi padre me transmitió el amor por el cine checo"

En 2019, Jonás Trueba y todo ese equipo que va con la productora Los ilusos se llevaron la mención especial del jurado de Karlovy Vary con su película La virgen de agosto, y el año pasado, el Premio Especial del Jurado por Tenéis que venir a verla. Ahora, aunque solo como productor, Las chicas están bien demuestra que, sin duda, hay algo muy especial entre su cine y el festival, reconoce Jonás Trueba.

Karel Och | Foto: Film Servis Festival Karlovy Vary

“Por un lado, creo que ellos, el director Karel Och y todo su equipo de programación, ven nuestras películas con mucho cariño en general. Y es que, sencillamente, creo que saben entender la filosofía de nuestras películas. Es gracioso porque siempre he tenido un amor por el cine checo desde que soy adolescente. Mi padre (el director Fernando Trueba) me lo ha transmitido, porque también era muy fan de esa Nueva Ola checa, y yo he crecido viendo las primeras películas de Miloš Forman, Ivan Passer, Jiří Menzel, Jaroslav Papoušek… O sea, son realmente cineastas que admiro mucho y que me encantan porque hacían ese cine ligero, con mucho humor, como con una especie de ironía y de alegría de vivir incluso cuando estaban haciendo cine en un país que estaba en un momento delicado. Entonces, siempre ha sido un cine muy referencial para nosotros y es muy bonito que se haya establecido este diálogo entre nuestras películas y un festival checo”.

Un festival que le encanta por su propia naturaleza.

Karlovy Vary | Foto: Daniel Ordóñez,  Radio Prague International

“Es un festival muy popular, lo hablábamos anoche, ves que las salas están llenas de gente, que viene mucha gente joven de muchas zonas, que acampan en los alrededores, más allá de, digamos, la pompa típica de estos festivales, que a mí no me gusta, del mamoneo, el famoseo… Creo que tiene público real, de la República Checa y de otras zonas de Europa, y eso está muy bien. Creo que tiene mucho que ver con San Sebastián, es un festival con una medida similar a Donosti y un espíritu parecido también”.

El próximo sábado será la entrega de premios y se sabrá si el equipo volverá a tener que facturar en su equipaje uno de los galardones del festival checo. Pero su sola presencia en Karlovy Vary ya la han vivido como un premio. Las chicas están bien.

Hotel Thermal | Foto: Daniel Ordóñez,  Radio Prague International
palabras clave:
audio