Laberinto de rocas areniscas rodea el palacete Bischofstein
Durante este Radioviaje les llevaremos al castillo de un caudillo husita, a un laberinto de rocas y a Siberia.
En un rincón olvidado de Bohemia Nororiental, al lado del límite sudoriental de la reserva natural Rocas de Adrspach y Teplice, rodeado de densos bosques, se encuentra el palacete barroco Bischofstein, o como lo llaman familiarmente los habitantes de la región "Bisík".
En verano se puede llegar en bicicleta y en invierno en esquís de fondo. Si prefieren un medio de transporte más cómodo, suban al automóvil y diríjanse desde la ciudad de Náchod al norte con destino a Police nad Metují y seguidamente Teplice nad Metují. Poco antes de llegar a la ciudad de Teplice nad Metují, giren a la izquierda. Una carretera estrecha les llevará hasta "Bisík".En las rocas areniscas que se alzan sobre el palacete Bischofstein, escondido detrás de altos pinos, divisarán las ruinas de un pequeño castillo gótico, Skály.
"Skály" quiere decir en checo "Rocas".
El pueblo de Skály al borde de las Rocas de Teplice se menciona por primera vez en el año 1393. El castillo por encima de la población sirvió de punto de partida para las expansiones del caudillo husita Matej Salava de Lípa a la vecina Silesia católica, según nos explicó nuestro guía, Pavel Volk.
"Ya en esa época se encontraban en el lugar del actual palacio Bischofstein una granja y una pequeña fortaleza de la que se conservó un sótano. El propio castillo de Skály fue rodeado por murallas. La granja suministraba alimentos y agua a su guarnición".De tal palo, tal astilla. El hijo del caudillo husita, Matej Salava el joven, fue por las huellas de su padre y en vez de proteger las fronteras, tarea que debía cumplir el castillo de Skály, prosiguió las campañas a Silesia hasta que a los silesios se les acabó la paciencia y decidieron frenarlo.
"Lo hicieron ingeniosamente, no por la fuerza sino mediante el dinero. Compraron todos los castillos en los alrededores, el castillo de Adrspach, Strmen en Teplice nad Metují, así como el castillo de Skály. Los antiguos propietarios se trasladaron y los castillos fueron derrumbados".
Ello ocurrió en el año 1477. Sin embargo, la paz duró sólo poco tiempo. Al cabo de unos cincuenta años el castillo de Skály volvió a reconstruirse. Sus nuevos propietarios, hidalgos de Janovice y Petr de Adrspach, reanudaron las expansiones trasfronterizas.
Otro propietario interesante fue el príncipe Maxmiliano de Minzenberg. El noble no residía en Skály, sino en Praga donde tenía una oficina. Era famoso e inteligente, cualidades demasiado peligrosas para sus rivales, señaló Pavel Volk."Promovía la teoría de que la nobleza debería unirse más con las ciudades, que eran el fundamento de un Estado que ganaba el dinero. Sus enemigos no le deseaban el éxito. Se formó una camarilla que sobornó al administrador del castillo de Skály - el caudillo que mandaba a la guarnición - para que realizara otra expedición de saqueo contra Silesia. Los silesios lo aprovecharon como un pretexto para intervenir con sus soldados, y sitiaron Skály. El castillo logró defenderse. Los silesios se retiraron al averiguar que Maxmiliano preparaba en Praga un destacamento punitivo".
A principios del siglo XVII el castillo de Skály quedó abandonado. En esa época empezó a reconstruirse la fortificación con la granja abajo.
Pavel Volk llamó nuestra atención sobre una de sus propietarias, la señora Catalina de Hodkovice.
"Catalina se inclinaba hacia el evangelismo. Tras la Batalla en la Montaña Blanca en 1620 la expulsaron a Silesia. Catalina cambió de confesión, entonces, le devolvieron las propiedades y ella vivió durante unos años en Skály. Luego volvió otra vez al protestantismo, la expulsaron, Catalina convirtió al catolicismo y la historia se repitió varias veces".En 1666 el obispo de Hradec Králové Karel Sobek de Bilenberk construyó en el lugar de la fortificación el palacete barroco Bischofstein - "piedra de obispo" en alemán. El palacete sirvió como residencia veraniega del Cabildo de Hradec Králové y tuvo incluso su propia cervecería.
Hoy día, el edificio del palacete de Bischofstein, que consta de una planta con una escalera cubierta exterior, sujetada con ocho columnas toscanas, se ha convertido en un restaurante acogedor que ofrece cobijo a los ciclistas y esquiadores cansados, a los alpinistas que escalan las rocas adyacentes cuyas siluetas se reflejan en las aguas del vecino Lago Negro, o los novios que deciden contraer matrimonio en este lugar romántico.
El antiguo edificio administrativo que perteneció al palacio de Bischofstein pasó a ser un albergue donde los peregrinos encuentran una cama para pasar la noche, antes de continuar su camino a las Rocas de Teplice.
La entrada en el laberinto de las Rocas de Teplice se encuentra a unos dos kilómetros de distancia desde el centro de la ciudad de Teplice nad Metují. El recorrido entre las rocas areniscas, por los valles y desfiladeros, de aproximadamente seis kilómetros de longitud, está señalado con color azul.
Las Rocas de Teplice permanecieron ocultas ante los ojos humanos hasta el año 1824 cuando un incendio abrió el camino hacia el bosque permitiendo descubrir la "ciudad de las rocas" para los turistas.
Al principio del trayecto por el laberinto de las rocas pueden subir por escaleras y escalas a un mirador que se sitúa en el lugar del antiguo castillo de Strmen. Volviendo al barranco de entrada continuarán pasando por debajo de la "Novia de Boda" por desfiladeros estrechos.
Cruzando el "Jardín de Krakonos", denominado según la figura mitológica de los vecinos Montes Gigantes, entrarán en un "Templo" imponente donde a principios del siglo XX se tocaba el organillo para el placer de los turistas. El "Templo" tiene 45 metros de largo, 50 metros de alto y sólo entre 1,5 y 2,5 metros de ancho.
Abandonando el "Templo", un sendero amplio les conducirá hacia el punto más alto del recorrido situado bajo la roca llamada "Jabalí". Bajando hacia el "Oso Polar" atravesarán el Valle de Ana. El camino termina en Siberia, un barranco estrecho entre altas torres de rocas donde la nieve permanece a menudo hasta principios de verano.
La temperatura anual promedio en "Siberia" se parece a la del Círculo Polar. Debido a estas condiciones extraordinarias sobrevivieron en esta localidad algunos organismos de la época glacial. Uno de ellos es una araña diminuta que lleva el nombre latín Bathyphantes similimus.Si tienen suerte, pueden ver volando entre las rocas un halcón peregrino. Esta ave rapaz se extinguió en Bohemia Nororiental en la segunda mitad del siglo XX. Gracias a un programa de salvación este "caballero con plumas" volvió a las Rocas de Teplice y en el año 2005 logró criar a tres pollos.
Concluimos nuestro paseo por las Rocas de Teplice con las palabras del famoso escritor checo Karel Capek, que nació en la cercana aldea de Svatonovice.
"El mundo es magnífico, pero al recordar los prados, bosques y arroyuelos mansos de nuestra tierra, les daría preferencia ante todas las palmeras, cactos y saltos de agua. Nuestra naturaleza y nuestro país no son gigantes, pero por ello quizá necesitan tanto nuestro amor y lo tienen".
Foto: Martina Schneibergova