La ciudad rupestre de Adršpach
Las rocas de Adršpach-Teplice son uno de los destinos preferidos para los excursionistas de la República Checa. El sitio es realmente de cuento de hadas, de hecho, aquí se rodó Las Crónicas de Narnia: el león, la bruja y el ropero.
Esta ciudad única de piedra arenisca se encuentra en el noreste de la República Checa en la frontera con Polonia. Forma parte del área paisajística protegida de Broumov y se extiende por el triángulo que forman las localidades de Adršpach, Teplice nad Metují y Skály. Allí donde hace millones de años se encontraba el mar, las heladas, el agua, el viento y el sol formaron macizos de arenisca de un aspecto único.
La ciudad de piedra fue durante mucho tiempo una zona salvaje e inaccesible, pero también un refugio para la población en tiempos de guerra. Los primeros turistas comenzaron a llegar a principios del siglo XVIII durante el romanticismo. En el año 1790 descubrió el lugar el poeta alemán Johann Wolfgang Goethe. Su visita es recordada por un busto junto a la Gran Cascada.
En 1828 se compró el señorío con el palacio el barón Ludvík Karel Nádherný, lo que supuso el inicio de una época de gran florecimiento para Adršpach. Fue entonces cuando surgió una red de senderos turísticos que se siguen usando hoy día. El camino de cuatro kilómetros que pasa por toda la ciudad de piedra ofrece unas vistas bellísimas a las formaciones rocosas con nombres poéticos como Pan de Azúcar, la Jarra, la Alcaldesa y el Alcalde, el Puente del Diablo o los Amantes. Pero tampoco se puede dejar de visitar el lago de Adršpach u otro lugar llamado Eco, donde el sonido llega a rebotar hasta siete veces cuando el tiempo lo permite.
Este laberinto de piedra es, además, el hogar de muchos animales y plantas poco comunes y amenazados. Puede visitarse también en invierno, cuando se puede disfrutar de un paseo mucho más tranquilo sin tantos turistas como en verano.
