La transformación de los Servicios de Inteligencia - I parte

Con este espacio, "Del Totalitarismo a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer un vistazo sobre lo que ha representado el proceso de transición en la República Checa. Este espacio está dedicado a todas las personas interesadas en conocer detalles sobre la transformación checa desde la dictadura comunista hasta la democracia, por lo que creemos que encontraremos muchos radioescuchas en Cuba, donde importantes sectores de la población se preparan también para un proceso de cambio pacífico en la Isla.

En principio, las herramientas de trabajo de los Servicios de Inteligencia y de Seguridad de diversos países, regímenes y épocas históricas no difieren demasiado entre sí. Todos utilizan como una de sus principales fuentes de información a personal secreto, todos usan - con diferente grado de perfección técnica- medios de monitoreo, seguimiento y documentación. Todos se rigen por los principios del secreto, de la propia seguridad y de conocimientos imprescindibles compartimentados. A todos ellos se les confieren competencias especiales.

La diferencia diametral reside, sin embargo, en los objetivos de estos servicios: los Servicios de Inteligencia de los Estados democráticos sirven para defender la seguridad del país y de la sociedad ante un peligro externo o interno; los mismos Servicios en los Estados autoritarios y totalitarios protegen a estos regímenes y a su élite gobernante y sirven para unos eventuales objetivos de expansión. Los Servicios de Inteligencia y de Seguridad de los países totalitarios se convierten en una policía secreta que está de facto por encima de la ley y cuyo cometido es controlar a la población y hacer frente a los individuos y grupos de oposición.

Inmediatamente después de la derrota o el desplome del poder autoritario o totalitario, la tarea primordial para la sociedad libre que empieza a nacer es la destrucción de las policías secretas existentes: es una de las tareas más decisivas para el éxito de los cambios. Las causas son, cuando menos, dos: con la supresión de su poder, la sociedad abierta se pone a salvo de la posibilidad de una vuelta atrás y de la restauración de viejos órdenes y, simbólicamente y de una manera muy visible, reafirma -a sus propios ciudadanos y al exterior- su distanciamiento de ellos. Sin embargo, la sociedad abierta trae consigo el incremento de una serie de riesgos que hasta ese momento estaban escondidos bajo un espeso manto.

El más evidente de ellos es el aumento de nuevas y graves formas de criminalidad. Inmediatamente después del derrumbe del régimen totalitario, ante la nueva élite política se presenta la tarea de constituir unos nuevos Servicios de Inteligencia y de Seguridad (en adelante, y para simplificar, utilizo la expresión "servicios secretos") o transformar lo que reste de los antiguos.

Existen cuatro papeles básicos de los Servicios de Inteligencia desempenados, frecuentemente, por cuatro organizaciones institucionalmente diferenciadas: 1. Servicio de Inteligencia Militar Ofensivo. 2. Servicio de Inteligencia Exterior Ofensivo (el llamado espionaje civil). 3. Contraespionaje Militar Defensivo. 4. Servicio de Seguridad Interior Defensivo (o contraespionaje civil).

El alcance de la violación de los derechos humanos básicos y de las libertades fundamentales en las dictaduras es diferente en el caso de cada una de estas organizaciones; aumenta desde la primera hasta la última en el orden arriba mencionado. La última de ellas suele estar lejos de ser, en el fondo, un servicio de inteligencia y se acerca más a una policía secreta represiva. Incluso en las democracias, a los servicios secretos les queda un aroma a politización y excesos y el grado de recelo de los ciudadanos hacia ellos también responde al orden mencionado.

En la Checoslovaquia anterior a noviembre de 1989, los papeles mencionados (hasta cierto punto, satélites de la KGB y GRU soviéticas) los desempenaban: 1. El Servicio de Inteligencia del Estado Mayor (ZSGŠ, por sus siglas en checo). 2. La 1a Dirección del Ministerio Federal del Interior (FMV, en checo). 3. La 3a Dirección del Ministerio Federal del Interior (VKR). 4. La 2a Dirección del Ministerio Federal del Interior (Seguridad del Estado, StB en checo).

Después de 1989, en Checoslovaquia, y más tarde en la República Checa, las instituciones que asumieron los papeles mencionados se denominaron como sigue: 1. El ZSGS pasó a ser a partir de 1994 el Servicio de Inteligencia Militar (VZS, por sus siglas en checo). 2. La 1a Dirección se convirtió en la Oficina para las Relaciones Exteriores e Información del Ministerio Federal del Interior (ÚZSI FMV), a partir de 1994, ÚZSI.

3. La 3a Dirección cambió al Servicio de Información Militar Defensivo (VOZ). 4. La 2a Dirección pasó a llamarse en diciembre de 1990 Servicio de Inteligencia Federal del Ministerio Federal del Interior (FIS FMV); a partir de julio de 1991 Servicio de Inteligencia y Seguridad Federal (FBIS); desde 1993 Servicio de Inteligencia y Seguridad de la República Checa (BIS CR) y en 1994, BIS. En este conciso informe me ocupo principalmente de los llamados servicios secretos civiles (y sobre todo, del contraespionaje).

No voy a mencionar los servicios secretos militares. Me limitaré a la observación de que los servicios militares checos con actividad en el exterior siguen sin superar la crisis de identidad y que su transformación está aún por completarse. La fuerza política que, a finales del año 1989 y durante la primera mitad del año 1990 (hasta las primeras elecciones), asumió el poder era un movimiento espectralmente muy amplio y que nació ya durante el propio cambio, en ningún caso antes de él.

A pesar de que el papel de líderes del cambio lo desempenaban los disidentes, principalmente de la Carta 77, del Movimiento por la Libertad Ciudadana (HOS) y de otros grupos de la oposición, sencillamente no resultaban suficientes como para poder cumplir con todas las tareas necesarias. Y para muchas de estas no estaban en absoluto preparados, lo cual se manifestó ante todo en un indeciso desarrollo de la transformación de las estructuras de poder del Estado. Los partidos políticos existentes, que pasaban por un proceso de emancipación, y los nuevos que estaban formándose, jugaban en esa época el papel de un segundo violín.

La 2a Dirección (Seguridad del Estado, StB) fue suprimida dos meses después del cambio por orden del Ministro Federal del Interior. En ese mismo momento, sus miembros se convirtieron en objeto de investigación de los llamados Comités Cívicos y Comités de Investigación. En los Comités Cívicos, típica institución de una época revolucionaria, se sentaron los representantes del Foro Cívico y de otros partidos; los Comités de Investigación eran el instrumento ejecutor de los Comités Cívicos y en ellos jugaron un papel importante los miembros rehabilitados.

Esta es una especificidad checoslovaca que, hasta donde yo sé, no tuvo símil en ninguno de los países post-comunistas. Vino dada por unas especiales circunstancias históricas, principalmente por la invasión soviética en el año 1968, que había frenado un impulso democratizador dentro del imperio comunista muy osado para su época. En el periodo de la llamada "normalización" (es decir, re-estalinización), sobre todo entre los anos 1969 y 1972, fueron despedidos (y parte de ellos también perseguidos a continuación) numerosos miembros del Ejército, de la Policía y de la Seguridad del Estado.

Y, por supuesto, se trataba de los miembros que pensaban de una manera más moderna, más legal, más democrática, más independiente; simplemente, aquellos que en el año 1968 planeaban realizar las reformas de las estructuras de poder del Estado. Después de 21 años, estos miembros de los servicios secretos despedidos fueron rehabilitados y a una parte de ellos (su número en las áreas de la Seguridad del Estado y en la "no militar" se estima en torno a un centenar) se les posibilitó incorporarse al servicio activo nuevamente.

Invasión soviética en el año 1968
Los servicios secretos del régimen comunista checoslovaco atravesaron, pues, tras el ano 1968, un proceso de discontinuidad personal importante y el reforzamiento ideológico "normalizador" en ellos imposibilitó por completo el desarrollo gradual y furtivo hacia los elementos del "comunismo nacional", como el que existía, por ejemplo, en los servicios secretos húngaros y polacos del mismo periodo.

El desarrollo de las sociedades húngara y polaca (a pesar del trágico intermezzo del estado de excepción y la represión de Solidaridad en Polonia) se encaminaba a lo largo de los años hacia una liberalización gradual, hacia una libertad cultural y, en parte, también política. Por tanto, no es de extranar que, después del cambio de régimen, a la ciudadanía de allí le fuera "suficiente" con despedir solamente a esos miembros de la Seguridad del Estado (StB) que se ocupaban del llamado enemigo interior.

El objetivo de las investigaciones era la clasificación de los miembros de la Seguridad del Estado en tres grupos: primero, los que podían seguir en servicio en la nueva policía secreta; segundo, los que se incorporarían a la policía y, tercero, los que tenían que abandonar el servicio. Dado que los Comités Cívicos y de Investigación actuaban cada uno "por su cuenta", de una manera totalmente descentralizada y autónoma, sin dirección y sin preparación metodológica alguna, los resultados eran sumamente diferentes y en algunos detalles extremadamente dudosos.

A pesar de todo ello, en aquel momento era probablemente el único paso factible y necesario. Y sin los miembros rehabilitados, posteriormente tan criticados, quizá no habría sido posible realizarlo en absoluto: .quién de entre los recién llegados intuía siquiera cualquier cosa - y mucho menos ya algún matiz - en torno a las depuraciones, los expedientes personales, la terminología y toda la mentalidad y el mundo interior de las fuerzas de seguridad?

Autor: Petr Zeman
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