Históricos periodistas franceses colaboraron con los servicios secretos de la Checoslovaquia comunista

'A sueldo de Moscú'

A sueldo de Moscú, obra de investigación del reportero Vincent Jauvert, se publica este 1 de marzo en Francia revelando toda clase de detalles sobre la colaboración de conocidos periodistas o políticos galos con los servicios secretos de los países del antiguo Pacto de Varsovia, pero especialmente con la StB checoslovaca.

Vincent Jauvert | Foto: YouTube

Este primer día de marzo promete ser una bomba para muchos en Francia cuando se desvelen muchos nombres de históricos periodistas, políticos y altos funcionarios que colaboraron con los servicios secretos de la Checoslovaquia comunista.

Algunos de los nombres, sin embargo, ya han trascendido, y la decepción para muchos ha sido enorme al saber de la actividad de figuras tan importantes para el periodismo francés como Jean Clémentin o Albert-Paul Lentin, como contó a Radio Praga Internacional Claude Angeli, antiguo redactor jefe de la publicación satírica Le Canard enchaîné.

'A sueldo de Moscú' | Foto: editorial Seuil

“Conocía a Jean Clémentin, que era mi redactor jefe en Le Canard enchaîné. Con la revelación de su connivencia con los servicios checoslovacos me quedé completamente estupefacto. Es absolutamente repugnante trabajar durante años con alguien sin saber algo así y que este se comprometiera a publicar artículos proporcionados por la StB”.

La colaboración con los servicios secretos checoslovacos de Clémentin se prolongó desde 1957 hasta 1969.

Por su parte, a tenor de la documentación presentada, a Albert-Paul Lentin se le puede considerar uno de los periodistas-agentes europeos que más celo pusieron en su colaboración con la StB. Además de recibir regularmente pagos y reembolsos, la inteligencia checoslovaca le pagó un billete de avión a Islandia y todos sus informes de gastos para “cubrir” una cumbre de la OTAN, por ejemplo. Pero también realizaba informes de sus compañeros y amigos. De nuevo, Claude Angeli, reconoce haberse sentido abrumado al enterarse.

Claude Angéli | Foto: YouTube

“Esto es igual, yo era muy amigo de él, teníamos muy buena relación, una amistad, nos divertíamos mucho. Confías en alguien y después te enteras de que trabajaba para servicios extranjeros. Hizo informes sobre todos aquellos a quien conoció... Probablemente también sobre mí... Es inimaginable una traición así”.

No solo eso, Albert-Paul Lentin también informó sobre las actividades de los disidentes checoslovacos en París, empezando por la redacción de la revista Testimonio (Svědectví), fundada por el escritor y político checo exiliado Pavel Tigrid. Este era un objetivo prioritario para el StB y el régimen. El espionaje a la comunidad checa exiliada lo considera Angeli un hecho más grave aún.

Foto: archivo ABS

“Esto es aún peor… Es más que una traición, es realmente repugnante. Es insoportable dar información sobre personas exiliadas que están corriendo peligro”.

Pavel Tigrid | Foto: Post Bellum

Además, a diferencia de otros, Albert-Paul Lentin no puso fin a su colaboración con los servicios checoslovacos tras el aplastamiento de la Primavera de Praga con la invasión en agosto de 1968 de los países del Pacto de Varsovia. Lentin era un periodista con valiosísima información y contactos tanto durante la rebelión en Argelia o entre el círculo de De Gaulle. Incluso había participado en los juicios de Núremberg contra los nazis tras la Segunda Guerra Mundial.

Sobre si la estrecha colaboración de Lentin con los servicios de espionaje checoslovacos fue motivada por su ideología política, Claude Angeli lo tiene claro en su caso y en los otros.

“Albert-Paul Lentin era más de izquierdas, pero en mi opinión no fue por eso que fue a trabajar para los checos, sino por el dinero, porque siempre estaba necesitado de dinero y su salario en el Nouvel Observateur no era gran cosa”.

Informe manuscrito de Albert-Paul Lentin sobre Pavel Tigrid en los archivos del StB | Foto: archivo ABS

Tal era el interés de los servicios secretos de Europa del Este en París que también Claude Angeli tuvo oportunidad de trabajar para ellos, asegura.

“Aunque en mi caso no fueron los checos, fueron los polacos, ¡pero no les funcionó! Se negaron a darme un visado si no trabajaba para ellos. Era la época de Solidarność y me negaron la visa porque no había aceptado escribir informes sobre polacos que se habían ido de Polonia”.

Radek Schovánek | Foto: Český rozhlas

El historiador Radek Schovánek recordó para Radio Praga Internacional la importancia que le daban los países comunistas a estas actividades publicando artículos en prensa durante la Guerra Fría.

“Los servicios checoslovacos consideraban de gran importancia los artículos publicados, lo que llamaban actividades de influencia, pero su influencia era casi siempre marginal en realidad. La doctrina soviética de actividad ofensiva en todo el mundo significaba que los servicios subordinados a la URSS tenían que demostrar su actividad. Cada funcionario tenía que reclutar dos informadores al año. Estos agentes, sin embargo, no estaban muy motivados, pero no querían ser atrapados y enviados de vuelta a Praga. El objetivo principal de un oficial de la StB en Occidente, al menos después de 1968 y la ocupación soviética, era pasar allí el mayor tiempo posible y ahorrar para comprarse un coche, un Simca, por ejemplo, y no tener que conducir un Škoda en Praga”.

Foto: archivo ABS

Además de París, señala que el otro gran punto de interés para los servicios secretos comunistas se encontraba en Bonn, la antigua capital de la Alemania Occidental, durante lo que se considera los ‘años de gloria’ del espionaje checoslovaco.

A un día de la publicación de A sueldo de Moscú y que se conozcan nuevos nombres, puede que algunos no lleguen conciliar el sueño este jueves.

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