La tienda ‘Sin envases‘, un aporte en la protección de la naturaleza

La tienda ‘Sin envases’, foto: Eva Turečková

Reducir la cantidad de desperdicios que produce el hombre en la era moderna y ayudar así en la protección de la naturaleza. Este es el objetivo que se plantean las tiendas ‘Sin envases’ que en los últimos años se extienden por Europa. Una existe desde hace poco más de dos años en Praga, y durante ese tiempo ha logrado ganarse las simpatías de un sinnúmero de clientes.

La tienda ‘Sin envases’,  foto: Eva Turečková
Muy cerca del pleno centro de Praga, en las proximidades de la Plaza de Tyl, es donde en el patio de uno de los edificios que datan de comienzos del siglo XX se encuentra situada la primera tienda ‘Sin envases’ (Bez obalu) en la República Checa. Fue abierta en noviembre de 2014 en el marco de un proyecto que perseguía reducir los gastos en la producción y ulterior liquidación de los envases de los productos alimentarios y ayudar así también en la protección de la naturaleza.

Precisamente los envases se convierten en un serio problema ecológico de la era moderna, como afirma Petr Hanzel, director del comercio ‘Sin envases’, de Praga.

”En casa nos dábamos cuenta de la gran cantidad de envases y paquetes de deshecho que se nos acumulaban. Nos pusimos a pensar qué se podía hacer para reducir los desperdicios, visitamos también el extranjero y en Londres descubrimos una tienda que vendía alimentos sin envases, por peso. Supimos que semejantes comercios existen en Italia, Alemania y otros países. Nos inspiramos y decidimos abrir una en Praga. O sea que esta es una tienda experimental, con la que tratamos de abrir camino en el mercado checo a otras similares”.

Petr Hanzel,  foto: Eva Turečková
Lo fundamental que persigue el proyecto de la tienda ‘Sin envases’ es divulgar el concepto Zero Waste, o sea prevenir el surgimiento de los desechos en forma de embalajes y envases innecesarios. Y, al cabo de algo más de dos años de funcionamiento, es posible decir que logra aportar un importante granito de arena a la protección del entorno, pues el número de sus clientes crece vertiginosamente.

En la tienda de Praga se venden diversos tipos de harina, azúcar, arroz y otros granos, semillas de girasol, amapola, legumbres, chocolate y cacao, especias y mucho más. Como sostiene Petr Hanzel, decidieron orientarse al principio a los productos de mayor durabilidad, que no expiran tan rápido, pero en un futuro próximo desearían ampliar la oferta.

“En teoría todo se puede vender al peso, sin que esté empaquetado. Naturalmente, en el caso de los alimentos frescos es un poco más complicado en cuanto a las condiciones adecuadas para su almacenamiento y para cumplir las normas de higiene, pero es posible. En nuestra tienda hemos comenzado por ello con la venta de productos alimentarios secos. Pero ahora estamos preparando la apertura de una segunda tienda en Praga, donde queremos vender también alimentos frescos, así como productos de droguería, alimentos para las mascotas, etc”.

Semejante tipo de tiendas existía en este país hasta hace unos 60 años todavía y se llamaban ‘Koloniál’. Después fueron siendo desplazadas por los supermercados y otros tipos de comercios modernos. Al igual que en el pasado, el cliente que vaya a comprar a la tienda ‘Sin envases’ en Praga, puede llevar su propio recipiente de vidrio o paquetitos de tela para hacer la compra o, si no tiene, le ofrecen algún recipiente reciclable en el mismo comercio, según recalca Petr Hanzel.

”Existen varias posibilidades, de las que informamos a los clientes por medio de un cartel que tenemos en la tienda. La variante ideal es que cada persona se traiga su propio recipiente. Si se le olvidara o si viene por primera vez, le ofrecemos bolsitas de tela que es posible comprar aquí y que fabrican nuestros colaboradores y luego tenemos aquí también recipientes de vidrio. Es posible traer también un bote plástico, si es de buena calidad”.

La tienda ‘Sin envases’,  foto: Eva Turečková
Lo prioritario para los empleados de la tienda ‘Sin envases’, de Praga, no es el precio de los productos, sino su calidad y el que los productos suministrados a este comercio no estén empaquetados. Es por ello que colaboran sobre todo con productores pequeños y no con las grandes cadenas distribuidoras. “Si algún alimento no respondiera a nuestro concepto ecologista, preferimos no incluirlo en nuestra oferta”, insistió Petr Hanzel.

Según un estudio de la organización sin fines de lucro italiana Ecologos, mediante la venta de alimentos por peso que permite reducir los gastos en la fabricación y posterior eliminación de los embalajes, es posible lograr una reducción de entre el 10% y hasta el 20% del precio y restringir el despilfarro de alimentos, sin hablar de la prevención del surgimiento de desechos innecesarios.