La ternura de Sanzol asombra en Praga

Canícula, de Lola Blasco, representada por los actores de los Teatros de la Ciudad de Praga

La primera edición de los Combates de Dramaturgia o Internacionalización del Teatro Español se celebró en Praga. De los cuatro textos finalistas, el premio del jurado se lo llevó La ternura, de Alfredo Sanzol. A su vez, Marta Buchaca ganó entre los espectadores con la pieza Rita. Las dos obras se podrán ver en un futuro cercano en la programación de los Teatros de la Ciudad de Praga.

Jauría,  de Jordi Casanovas,  representada por los actores de los Teatros de la Ciudad de Praga | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

El Instituto Cervantes en colaboración con LAZONA Producciones y el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música inauguró la primera edición de los Combates de Dramaturgia en Praga, cuyo propósito es difundir de manera internacional el teatro hispánico actual. Así fueron seleccionados cuatro textos para ser enviados a la República Checa: Canícula, de Lola Blasco, Rita, de Marta Buchaca, Jauría, de Jordi Casanovas, y La ternura, de Alfredo Sanzol.

Una vez traducidos algunos fragmentos de estas obras por los traductores checos Jiří Kasl, Blanka Stárková, Petr Gojda y Michal Brabec, respectivamente, las creaciones fueron presentadas mediante un ciclo de lecturas escénicas en el escenario del Teatro de la Comedia de Praga. Todo ello con el propósito de saber qué obra tenía más potencial para tener éxito en el país de destino.

Entre el jurado, compuesto por profesionales en traducción, dramaturgia, producción y programación, ganó La ternura. El público asistente al evento de las lecturas le concedió más votos a Rita. Las dos obras serán traducidas completamente al checo y recibirán incentivos para llegar a formar parte de la programación teatral checa.

En entrevista para Radio Praga Internacional presentó su obra uno de los ganadores, Alfredo Sanzol, director del Centro Dramático Nacional en Madrid.

Alfredo Sanzol | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

La obra se llama La ternura y es un texto que nació en 2017, ya tiene unos cuantos años, pero sigue estando muy viva. Nació porque queríamos hacer un proyecto que tuviera que ver con la comedia clásica, entonces pensamos en el Siglo de Oro, en Shakespeare, en el Siglo de Oro español, en Lope de Vega, todo este tipo de comedias. Y yo pensé: “Voy a leerme todas las comedias de Shakespeare, voy a estudiar, voy a ver cuáles son los trucos que usa, el estilo, tipo de personaje, la atmósfera… Luego voy a estarme quieto dos meses o así y luego voy a empezar a pensar en escribir yo una obra que se parezca. Y de ahí nació La ternura”.

Cuenta Sanzol que el argumento de su obra habla de un leñador y sus dos hijos que viven en el siglo XVII en una isla desierta porque quieren huir de las mujeres. El hijo pequeño llegó a la isla con cuatro años y no sabe lo que es una mujer. Su padre no quiere que conozca nunca una para que no le hagan sufrir como le han hecho sufrir a él. Entonces, por esa isla pasa una reina con sus dos hijas que quiere huir de los hombres. Piensa que esta isla, que está, en teoría, deshabitada, es un sitio estupendo para crear una república de mujeres. Explica Sanzol, que aunque se produzca una historia de amor, no es este el tema principal de su texto.

Jauría,  de Jordi Casanovas,  representada por los actores de los Teatros de la Ciudad de Praga | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

“A partir de ahí, claro, empieza a nacer el amor entre las princesas y los leñadores y es una obra de confusiones, pero sobre todo es una obra que tiene que ver con la libertad. Yo creo que es el tema principal porque este padre intenta proteger a los hijos del dolor que producen las relaciones, y la madre también. Es una historia que tiene que ver con que al final a los hijos no les puedes proteger de la vida. Es una obra que va de que realmente las relaciones entre hombres y mujeres se tienen que construir de una manera libre, de una manera responsable, sin dolores neuróticos, etcétera. Es una obra que es muy liberadora, creo yo”.

Admite Sanzol que aunque le guste pensar que cada obra tiene su propia personalidad, La ternura refleja muchos temas en común con sus demás textos. Según dice el autor, le gusta hacer historias que hablen de dolores o de traumas y que creen personajes que intentan liberarse. Así el público puede encontrar una vía de escape en su imaginario de las ideas que construye la mente que tienen que ver con sentirse aprisionado, sentirse aplastado, sentirse mal. Sanzol explicó por qué eligió el género del teatro como el más conveniente para sus textos.

“Cuando empecé a ir al teatro de pequeño, sentí un enamoramiento muy loco. Yo, como todos nosotros, había visto muchas más películas y series y mucha más televisión y cine porque lo audiovisual está muy presente en nuestra vida. Sin embargo, el escenario, el directo, la magia que tiene esa caja negra que es un lugar en el que puede pasar de todo, la capacidad metafórica que tiene el teatro, es mucho más poético. En el teatro cualquier cosa pequeñita remite a un mundo mucho mayor. Todo eso es lo que me enamoró. Me encanta trabajar con los actores para crear coreografías dentro de ese escenario y seducir al público. Todo eso me ha hecho a que me dedique al teatro. Y es lo que quiero seguir haciendo”.

Lola Blasco | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

La pasión por el teatro la sintió desde pequeña también Lola Blasco, autora de la obra Canícula (Evangelio apócrifo de una familia, un país). También ella conversó con Radio Praga Internacional y reveló que su camino hacia el teatro como género la llevó por la poesía.

“Yo empecé escribiendo poesía, fue lo primero que empecé a escribir cuando era muy chiquitita, me recuerdo desde los ocho años escribiendo. El teatro fue porque escribir es un acto muy solitario y a mí me gusta estar acompañada y el teatro me da esa posibilidad de seguir desarrollándome como escritora, pero a la vez estar con gente. Y creo que es lo maravilloso del teatro, que compartes con los demás. La escritura es solo una parte de todo lo que hace falta para poner en pie una obra de teatro”.

Blasco presentó en Praga una obra que trata de las relaciones violentas que se pueden producir tanto en la familia, como en el estado. En su obra hay seis personajes, dos chicas y cuatro chicos, entre los cuales hay discusiones de género, pero también discusiones políticas. Aparece el franquismo, la dictadura, pero también el comunismo, y sobre todo se evidencia lo que es la lucha por querer cambiar un sistema patriarcal. Son las dos hermanas que representan lo femenino en la obra y quieren cambiar la estructura en la que siempre manda el varón mayor de la familia. Esto se puede traducir también a la lectura política del pasado español, la dictadura española y, según cuenta la autora, es muy pertinente con lo que estamos viviendo ahora, es decir, una especie de auge de un discurso antidemocrático, independientemente del país en el que estemos.

Rita,  de Marta Buchaca,  representada por los actores de los Teatros de la Ciudad de Praga | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

“Es una familia española de la Transición española y por eso aparecen todos estos temas de la dictadura, del comunismo, etcétera. Lo que pasa es que la obra, al ser simbólica, creo que se puede traducir muy bien al contexto checo, creo que puede funcionar muy bien, eliminando simplemente la palabra Franco, creo que todo el resto se podría leer también como vuestra historia”.

Aunque el texto de Blasco probablemente no se vea, por el momento, en los teatros checos, sus obras se podrán disfrutar el año que viene en el Teatro de la Zarzuela o en el Teatro Español de Madrid.

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