La Socialdemocracia no pactará con comunistas y aumentará los impuestos a los más ricos
El Congreso del Partido Socialdemócrata termina dejando a la agrupación con un liderazgo fuerte, el apoyo del presidente de la República y ciertos puntos programáticos claros. La formación no gobernará con el Partido Comunista y, en caso de llegar al poder, subirá los impuestos a las rentas altas y a los beneficios empresariales.
De esta manera, este joven abogado de 41 años, ministro de Economía de 2002 a 2006, podría convertirse en el próximo primer ministro checo. De momento, y con una intención de voto del 41%, la posibilidad de volver al poder parece bastante realista.
La segunda demostración de fuerza ha sido sin duda el apoyo demostrado por el presidente de la República, Miloš Zeman. El fundador y ex líder del Partido Socialdemócrata dejó de lado las diferencias que lo habían distanciado de su antigua formación y en su discurso frente a los delegados declaró que, aunque obligado a ser neutral como presidente, como ciudadano deseaba la victoria de la Socialdemocracia. Zeman, que asumió en todo momento una postura tutelar, invitó a sus antiguos correligionarios a no repetir errores del pasado y, en caso de ganar las elecciones, intentar gobernar en solitario.
“Tengan el valor de gobernar solos. Porque después van a cargar con toda la responsabilidad pero no les va a pasar que sus éxitos se los apunte otro, y además sus fracasos van a seguir siendo suyos. Es una propuesta para cualquier partido que gane las próximas elecciones”.Sin nombrarlo, Zeman aludió a la posibilidad de que los socialdemócratas gobiernen en coalición con el Partido Comunista. Un pacto así supondría la única esperanza de alcanzar la mayoría absoluta, ya no existe otro aliado natural de la Socialdemocracia con representación parlamentaria, pero por otro lado espanta a los votantes de centro, que temen la vuelta de los comunistas a las instituciones.
El guante echado por Zeman fue recogido por los socialdemócratas, que aprobaron de forma casi unánime conservar el llamado Acuerdo de Bohumín, en el que el Partido Socialdemócrata se compromete a no gobernar el país en coalición con formaciones extremistas, incluyendo el Partido Comunista.
El patinazo del Congreso lo representó el discurso del responsable de Economía de la formación, Jan Mládek, quien afirmó que los trabajadores autónomos parasitan a los empleados, al contribuir mucho menos a la Seguridad Social. La opinión ha causado estupor en un país donde hay más de un millón de cuentapropistas. Aunque Mládek después se disculpó y sus mismos compañeros de partido criticaron sus palabras, poco después anunció en una entrevista al diario Hospodářské Noviny la impopular noticia de que será necesario aumentar la edad de jubilación.Más allá de especulaciones, y en cuanto a medidas económicas concretas, los socialdemócratas proponen sanear las arcas públicas aumentando los impuestos por ingresos de las empresas, que pasarían del 19 al 21%, y de las rentas de las personas físicas superiores a 4.000 euros mensuales, que pasarían del 20 al 38% del salario bruto.
Según el líder del partido, Bohuslav Sobotka, los impuestos no serán la única herramienta para mejorar la economía checa.“Solo cambiando los impuestos no crearemos nuevos puestos de trabajo. Hay que apoyar las inversiones en infraestructuras, en economía. Tenemos que usar fondos europeos para poner en práctica políticas de empleo, y tenemos que apoyar la actividad empresarial. Así es como vamos a crear nuevos puestos de trabajo”.
Durante el congreso fueron elegidos como vicepresidentes Lubomír Zaorálek, Zdeněk Škromach, Milan Chovanec, Martin Starec y Alena Gajdůšková. Jiří Dienstbier, candidato del Partido Socialdemócrata en las últimas elecciones presidenciales, no consiguió conservar su puesto, según sus propias palabras, por las críticas realizadas por Zeman contra su persona. Durante la campaña presidencial Dienstbier fue especialmente crítico con el antiguo jefe de la Socialdemocracia.