La Revolución de Terciopelo recordó a los españoles su paso a la democracia

Revolución de Terciopelo, foto: Peter Turnley, Public Domain

En la Avenida Nacional, en Praga, comenzaron hace 30 años los sucesos que desembocaron en la derrota del régimen comunista. El giro hacia la democracia en la entonces Checoslovaquia contó con amplio apoyo del extranjero, entre ellos de España.

La Revolución de Terciopelo | Foto: Peter Turnley,  public domain

En el año 1989 el descontento con el régimen comunista en Checoslovaquia había llegado a su punto máximo. En ello influyó en parte la situación internacional, la ‘perestroika’ en la Unión Soviética, los cambios en Polonia y Hungría, así como la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.

Marco Aguiriano,  foto: Ivana Vonderková
La manifestación estudiantil del 17 de noviembre de 1989 en Praga y la brutal intervención de la Policía comunista contra sus participantes, originó un amplio movimiento popular de protesta que en poco tiempo acabó con el comunismo en Checoslovaquia.

Esos dramáticos acontecimientos que, no obstante, se produjeron de forma pacífica, llegaron a ser denominados ‘Revolución de Terciopelo’.

Los hechos fueron seguidos también con grandes expectativas por los ciudadanos de muchos otros países. En España por ejemplo, se los comparaba con las protestas en ese país en 1968, según comentó para Radio Praga Internacional Marco Aguiriano, secretario de Estado de España para la Unión Europea.

”En España se hablaba de la revolución también de terciopelo del año 68’ en España. Nos estábamos acercando al fin de una triste época, la dictadura franquista, y había una masa crítica de gente que ya querían un cambio hacia la democracia”

”En España se hablaba de la revolución también de terciopelo del año 68’ en España. En el año 68’ nos estábamos acercando al fin de una triste época también en nuestro país, la dictadura franquista y había una masa crítica de gente, incluida dentro del régimen, que ya querían un cambio hacia la democracia. Había toda una generación de gente que miraba con muchísimo interés los acontecimientos de mayo 68’ francés y, por supuesto, de la ‘Primavera de Praga’, y por tanto en el año 89’, veintiún años después, pues era una gran satisfacción, un gran alivio, una gran esperanza ver cómo caía ese ‘burro infame’ y cómo llegaba con promesas y todos los sueños posibles por fin la libertad y la democracia también a este país”.

Marco Aguiriano recordó que él personalmente había visitado Checoslovaquia ese año revolucionario en el mes de mayo y que ya entonces era patente que la sociedad estaba en movimiento.

Václav Havel  (1989) | Foto: Miloň Novotný
”Yo, personalmente, la primera vez que estuve en Praga era en mayo de 1989 y, por tanto, incluí el 1 de mayo, la Fiesta del Trabajo y ya se notaba una cierta ebullición, un cierto movimiento, una cierta libertad de palabra, una cierta voluntad de cambio, etc., que era muy interesante. Era una visita privada, pero yo me interesaba mucho en ese tipo de temas, lógicamente, pues se vivió con una gran alegría por supuesto, como no. Se vivió con una intensidad histórica, romántica, política, cultural y social”.

Durante los pasados 30 años mucho ha cambiado en este país. Chequia llegó a figurar nuevamente entre los países democráticos europeos a los que había pertenecido hasta la Segunda Guerra Mundial, y actualmente es miembro de la Unión Europea y de la OTAN. En el país son respetadas las libertades fundamentales y cambió a mejor el aspecto de las ciudades y pueblos locales, sobre todo el de la capital Praga. Esto también fue destacado por el encargado español para la Unión Europea, Marco Aguiriano.

”Los cambios que se ven a todos los niveles, se ven en la calle, pero se ven sobre todo en la organización del país, en su situación económica”.

”Entre hace 30 años y ahora he vuelto a estar en Praga también en otras ocasiones. Bueno, tengo que decir que en cualquier caso esto es una ciudad magnífica, y lo es y lo era entonces también. Evidentemente estaba menos cuidada y menos preservada supongo, no supongo no, lo veo y lo sé, que ahora. Sí, lógicamente, en aquel entonces no se podía. Aunque hubiera ya movimiento y se notara más libertad y ganas de hablar y de conversar, no era lo mismo, desde luego”.

De acuerdo con Marco Aguiriano, los cambios ahora se ven en todas partes, desde la forma de ser de los ciudadanos, que son más seguros de sí mismo, hasta el funcionamiento del país.

”Los cambios que se ven a todos los niveles, se ven en la calle, pero se ven sobre todo en la organización del país, en su situación económica. Incluso no hay desempleo prácticamente en este país, el crecimiento es sostenido y hay que felicitar al pueblo checo y a sus gobiernos por ello. Sí, desde luego, nunca nada es perfecto, en la vida nada es siempre completamente blanco y completamente negro, sino que hay diferentes grados de gris. Pero la evolución ha sido más que positiva desde entonces, entre el año 89’ y ahora. La última vez que estuve en Praga fue en el 2009. Hacía demasiado tiempo que había venido. Siempre acaban en 9 los años que estoy en Praga. Pero sí, desde luego, es de saludar la evolución de este país y de su ciudadanía”.

“Desde luego, nunca nada es perfecto, en la vida nada es siempre completamente blanco y completamente negro, pero la evolución ha sido más que positiva desde entonces, entre el año 89’ y ahora”.

Esa evolución democrática de la que habló Marco Aguiriano comenzó en Praga el 17 de noviembre de 1989, con una multitudinaria manifestación estudiantil demandando reformas políticas y que fue brutalmente oprimida por la policía.

Prosiguió con la fundación dos días después del llamado Foro Cívico encabezado por el entonces disidente y más tarde presidente checoslovaco y checo, Václav Havel, que pedía libertades y cambios democráticos, además del pluralismo político y el fin de un solo partido, el comunista.

Y los inicios de esa evolución culminaron el 29 de diciembre de 1989, cuando los diputados de la entonces Asamblea Federal de Checoslovaquia eligieron como nuevo presidente del país al líder del movimiento reformador, Václav Havel. Una nueva etapa comenzó el 31 de diciembre de 1992 con la partición de Checoslovaquia en dos estados independientes, la República Checa y la República Eslovaca.