Chequia celebra 35 años de la Revolución de Terciopelo entre homenajes y protestas
Homenajes, protestas y el debate sobre el futuro de la democracia marcaron la celebración de los 35 años de la Revolución de Terciopelo en Chequia. El presidente Pavel y el primer ministro Fiala destacan los logros, mientras las divisiones sociales se hacen evidentes.
Este 17 de noviembre, Chequia conmemoró el 35 aniversario de la Revolución de Terciopelo, un momento clave en la historia de Europa Central que puso fin al régimen comunista en Checoslovaquia en 1989. Los actos oficiales incluyeron homenajes en la calle Národní třída de Praga, el epicentro de las protestas estudiantiles que desencadenaron el cambio, con la participación de líderes políticos como el presidente Petr Pavel, el primer ministro Petr Fiala, el ministro de Relaciones Exteriores Jan Lipavský y el líder de la oposición y ex primer ministro de Chequia, Andrej Babiš.
Desde la madrugada, cientos de ciudadanos se congregaron para encender velas y depositar flores en el monumento conmemorativo. A pesar del carácter solemne de las ceremonias, no faltaron las críticas y los abucheos hacia los políticos presentes, reflejando las tensiones actuales en la sociedad checa.
Una oportunidad única
El presidente Pavel calificó la Revolución de Terciopelo como una oportunidad única para construir un país democrático y pidió a los ciudadanos mayor compromiso en la búsqueda de soluciones a los desafíos contemporáneos. Pavel admitió que no todos los objetivos de la revolución se han alcanzado, pero destacó la importancia de proteger las libertades conquistadas hace 35 años.
Por su parte, el primer ministro Fiala subrayó el privilegio de vivir en democracia, en contraste con la represión que persiste en regímenes autoritarios. "Hace 35 años, expresar críticas como las que escuchamos hoy no era posible", señaló, enfatizando los logros alcanzados en estas tres décadas y media.
Babiš, en tanto, utilizó su cuenta de X para criticar al oficialismo, al que acusó de utilizar "los mismos métodos que los comunistas".
Protestas contra la ayuda a Ucrania
La jornada también estuvo marcada por una protesta frente al Museo Nacional, donde un grupo exigió la retirada de la bandera ucraniana del edificio y criticó la política del gobierno hacia la guerra en Ucrania. Esta manifestación, liderada por Ladislav Vrabel, fue respondida por un grupo pro-ucraniano, poniendo en evidencia las divisiones políticas y sociales en el país.
En paralelo, el ministro de Relaciones Exteriores, Jan Lipavský, entregó medallas por servicios destacados a la diplomacia checa en el Palacio Černín, reconociendo a figuras como Věra Jourová y Dana Drábová, así como a instituciones clave en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
Con conciertos, procesiones y debates, Chequia no solo celebró su transición pacífica hacia la democracia, sino que también reflexionó sobre los desafíos que enfrenta para consolidar los valores conquistados en 1989.