La República Checa, una potencia en piscinas

Foto: Zanetta Hardy / FreeImages

Cuatro millones de checos salieron el año pasado de vacaciones al extranjero. Sin embargo, ese número de turistas fue inferior en 130.000 personas al de 2013 y se prevé que seguirá disminuyendo por motivos financieros. Para disfrutar de los baños y practicar la natación en verano, cada vez más checos aprovechan la amplia oferta de complejos municipales con piscinas, o tienen su propia piscina en casa.

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Salir de vacaciones al extranjero se hace cada vez más difícil para los ciudadanos checos. Esto se debe a que la mayoría de las familias checas no dispone de recursos suficientes para salir del país, además de que los precios de los viajes turísticos son cada vez más elevados, y la cotización de la moneda nacional ha bajado.

Ese es uno de los motivos del que la República Checa se haya convertido paulatinamente en una potencia europea en lo que respecta al número de piscinas. Y no se trata solamente de complejos municipales con piscinas que existen en casi todas las ciudades con más de mil habitantes, sino que aumentó el número de piscinas familiares privadas, afirma Bohumil Šťastný, vicepresidente de la Asociación Nacional de Piscinas y Saunas.

”Hoy en día es bastante corriente que las personas, al comprar o construir una casa, quieran tener en su jardín también una piscina. Según datos de los que disponemos, en el país hay alrededor de 500.000 piscinas familiares. En este aspecto figuramos entre las potencias europeas”.

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Un mayor número de piscinas familiares se registra en Europa sólo en España y Francia. La más grande compañía de venta de este tipo de producto en el país vende cada año en Chequia unas 40.000 piscinas, como confirma uno de sus representantes, Michal Dluhoš.

”En total hemos suministrado más de 300.000 piscinas en Chequia a los jardines de casas unifamiliares, desde que hemos entrado en el mercado local. Se trató tanto de piscinas clásicas sobre tierra como de las de mayor tamaño, insertadas en el terreno”.

Mientras que hace unos 10 años el motivo principal por el que los checos adquirían una piscina para su jardín era cuestión de mayor prestigio en la sociedad, actualmente las piscinas representan un producto común y corriente, porque su precio se redujo marcadamente. Por ello cada vez más familias pueden permitirse comprar una para su jardín. En vez de poder permitirse estar sólo una semana de vacaciones junto al mar en el exterior, prefieren quedarse en casa y pasar las cuatro o cinco semanas de sus vacaciones bañándose en su piscina.

Según advierten sin embargo los analistas, para el futuro los propietarios de las piscinas deben contar con que también esta forma de recreo se encarecerá, debido al constante aumento del precio del agua. El llenar una piscina de medio tamaño, de unos 20 metros cúbicos, cuesta actualmente unos 59 euros. Pero se calcula que el precio del agua subirá en los próximos años en un 10% y hasta un 40%, dependiendo ello de la situación actual del agua en cada ciudad o región del país.